ARCEX, un dispositivo de estimulación eléctrica de la médula espinal que funciona de manera no invasiva -es decir, sin necesidad de implantación- ha logrado devolver el uso funcional de la mano y del brazo a pacientes tetrapléjicos. Los participantes sufrían una lesión medular incompleta que les permitía mover todavía las extremidades, pero les impedía realizar tareas como coger un objeto del tamaño de una canica y depositarlo en un receptáculo.
Con la activación de ARCEX, por el contrario, 43 de los 60 participantes con parálisis de las partes superior e inferior del cuerpo en el ensayo clínico han recuperado la capacidad de realizar esas manipulaciones, tal y cómo jugar con un cubo de Rubik. Según el artículo que ahora publica Nature Medicine, el 72% de los voluntarios han experimentado una mejoría de la fuerza y la función tanto del brazo como de la mano tras recibir estimulación eléctrica junto a ejercicios de rehabilitación.
"La lesión de la médula espinal a nivel cervical suele cursar con una alteración permanente de las funciones de los brazos y las manos, y esto tiene un gran impacto en la calidad de vida de las personas afectadas. Uno de los principales obstáculos para desarrollar terapias efectivas es la limitada capacidad de reparación y regeneración del sistema nervioso central", explica a Science Media Centre Eduardo Fernández, director del Instituto de Bioingeniería de la Universidad Miguel Hernández de Elche y director del grupo de Neuroingeniería Biomédica del CIBER-BBN.
En este estudio, "bien diseñado y de gran calidad" según el especialista, se introduce una nueva estrategia terapéutica no invasiva para restaurar algunas de las funciones perdidas como consecuencia del daño medular incompleto en pacientes de más de 12 meses de evolución. Se utilizan electrodos externos que se colocan por encima y por debajo de la lesión, y se activan durante los ejercicios. "Esto es importante porque los efectos de la rehabilitación suelen ser muy limitados una vez que se alcanza la fase crónica de la tetraplejia", subraya Fernández.
Los resultados demostraron que la estimulación eléctrica proporcionó mejoras para un 72% en la fuerza muscular del brazo y en la capacidad de agarre de la mano. "Además, los investigadores no han encontrado efectos adversos importantes y el tratamiento también parece inducir una mejora en la función sensitiva por debajo del nivel de la lesión", celebra el especialista. "El futuro es esperanzador y debemos estar preparados para poder incluir estas nuevas terapias en los tratamientos clínicos habituales de los pacientes con lesiones de la médula espinal".
No obstante, Fernández advierte que no hay que crear "falsas expectativas", ya que el ensayo tiene limitaciones. "No hay un grupo control ni se trata de un ensayo aleatorizado", señala, mientras que "existe una gran variabilidad en las funciones motoras de las personas con tetraplejia". Además, el mecanismo por el que la electroestimulación mejora a los pacientes medulares aún no se conoce bien. "Son necesarios más estudios", concluye.
De la misma opinión es Antonio Oliviero, jefe de Neurología del Hospital Nacional de Parapléjicos (Toledo) y responsable de Investigación e Innovación del Hospital Los Madroños (Madrid). "Es una tecnología fácil de implantar y, probablemente, se pueda implementar en poco tiempo —1 a 3 años— en la práctica clínica. La investigación sigue avanzando, mejorando cada vez el tratamiento de la lesión medular, pero estamos todavía lejos de una cura".
Como limitaciones, destaca igualmente que el estudio no tiene comparador en forma de grupo de control en el que los pacientes hacen solo la rehabilitación sin electroestimulación o con electroestimulación simulada (placebo). No obstante, Oliviero subraya que "se trata de un estudio de excelente calidad sobre un avance tecnológico relevante: la estimulación eléctrica medular cervical transcutánea (no invasiva) asociada a rehabilitación es segura y podría ser eficaz".