En su última publicación de X (antes Twitter), Miguel Bosé pide a sus seguidores que apunten la siguiente fecha: 26 de julio. El cantante no dará un concierto ese día, sino que participará en un evento "mano a mano" con Josep Pàmies, el agricultor al que la Generalitat impuso recientemente una multa de 1,2 millones de euros por promocionar un compuesto prohibido en España al que le atribuía propiedades terapéuticas contra diversas enfermedades.

No es la primera vez que Bosé y Pàmies coinciden. Ya lo hicieron en julio de 2021, en un acto negacionista en el que el cantante defendió que los niños no debían ser vacunados. En esta ocasión, y bajo el título 'Libertad de expresión y libertad terapéutica', estarán acompañados por Nadiya Popel y Ángel Ruiz Valdepeñas. Ambos están suspendidos por el Colegio Oficial de Médicos de Baleares (Comib).

En el caso de Popel, por prácticas prohibidas como ofrecer tratamientos alternativos a pacientes con cáncer. A Ruiz Valdepeñas, por su parte, se le retiró la colegiación por un periodo de seis años y se le impuso una multa de 16.000 euros después de que la Guardia Civil confirmara que había participado en un parto en un agroturismo de Ibiza en el que falleció el recién nacido. También asistió a una manifestación "contra el nuevo orden mundial" en la que aseguró no entender la utilidad de la mascarilla.

Por este motivo, el Comib ha condenado de forma tajante el acto, rechazando "cualquier actuación contraria a la buena praxis médica". La denuncia se ha producido a través de una nota de prensa publicada el pasado 10 de julio, cuando Bosé hizo pública la celebración del evento. Aunque el propio Pàmies ya lo había promocionado dos días antes en su canal de Telegram, donde cuenta con más de 60.000 seguidores.

Riesgo difícil de paralizar

Pàmies precisamente ha utilizado esta vía para anunciar que "a pesar de las presiones del Comib, 700 personas ya han mostrado su interés por asistir". A falta de dos semanas, los expertos consultados por EL ESPAÑOL creen que se terminará celebrando, pese a "los antecedentes de los participantes".

"Si se realiza en un sitio privado [como es en este caso], lo más probable es que se realice", asegura Fernando Cervera, biólogo y especialista en fraudes sanitarios. En base a su experiencia, cuando ha tratado de paralizar eventos como éste los organizadores se escudan en una falsa libertad de expresión "para promover este tipo de engaños".

Le resulta paradójico cuanto menos que ese sea su argumentario, ya que cuando era miembro de la Asociación para Proteger al Enfermo de Terapias Pseudocientíficas (APETP) Pàmies les denunció porque alertaban en medios sobre sus engaños. "Para estas personas la libertad de expresión funciona siempre en una única dirección: que se les reconozca un supuesto derecho a engañar", indica Cervera. "Pero cuando otros alertan de sus fraudes, ya no les gusta esa libertad e intentan coartarla".

"El Círculo Escéptico sí que va a denunciar [el evento] ante las autoridades sanitarias y ante el Colegio de Médicos por la participación de dos médicos expedientados y suspendidos", avanza Fernando Frías, uno de los mayores azotes de la pseudoterpia en España. Desconoce el recorrido que pueda tener, pues "raramente se han puesto en marcha este tipo de denuncias".

Aunque no existe el concepto de multa preventiva, las autoridades cuentan con la potestad para impedir este tipo de actos siempre y cuando existan sospechas fundadas de que suponen un peligro para la salud. "En este caso, me parece palmario que es un riesgo para la salud", afirma Frías. "Y no sólo me parece fatal que se lleve a cabo este acto, sino sobre todo que las autoridades sanitarias lo toleren".

Del miedo al lucro

Basta con realizar un sencilla búsqueda en Internet para comprobar que Josep Pàmies ha sido sancionado en diversas ocasiones por difundir pseudoterapias. Estas multas, que evita pagar al declararse 'insolvente', no le han impedido al agricultor continuar organizando eventos con el cartel de "aforo completo".

Como explica Cervera, las personas pueden caer en engaños pseudomédicos por diversas cuestiones. Una de ellas es que desconozcan los antecedentes y que los productos que comercializa son un engaño. Otra vía muy común es la del asombro: "Mucha gente quiere creer que hay conspiraciones ocultas y que hay grandes corporaciones farmacéuticas ocultándote que te puedes 'curar' bebiendo lejía".

En el caso de Pàmies también es frecuente la estrategia del miedo. Por ejemplo, si se hace creer que las vacunas en niños producen autismo, ningún padre querrá el mal para sus hijos. Por otro lado, también están los que acuden a este tipo de eventos por pura desesperación ante una grave enfermedad: "Si viene una persona que les promete una cura, pueden agarrarse a él como un clavo ardiendo".

Cervera reconoce que, desde el punto de vista de Pàmies, no es posible saber qué es lo que busca, pero sí que en el camino obtiene lucro social y económico. Adentrándose en el terreno de la especulación, Frías sospecha, viendo la trayectoria del personaje, que debe de haber una parte de ego bastante considerable.

Para conseguir que estos eventos sean una cuestión del pasado, este abogado reclama mayor conciencia y agilidad por parte de las autoridades. No obstante, al ser un sistema sancionador muy garantista, el sancionado tiene derecho a recurrir, por lo que el proceso se puede demorar años (con la posibilidad de que quede anulado); y mientras tanto, "estas personas siguen campando a sus anchas".