El traslado activo es una de las formas más prácticas y sostenibles de aumentar la actividad física diaria.

El traslado activo es una de las formas más prácticas y sostenibles de aumentar la actividad física diaria. EFE

Salud

Las personas que van en bici al trabajo tienen hasta un 51% menos de riesgo de morir de cáncer

Una nuevo estudio demuestra los beneficios de moverse por la ciudad en bicicleta o a pie y refuerza la idea de reestructurar las ciudades.

17 julio, 2024 02:31

La ciencia ha demostrado los beneficios de la actividad física en numerosas ocasiones. Reduce el riesgo de padecer todo tipo de enfermedades cardiovasculares y patologías como el cáncer de colon y la diabetes, entre otras. También disminuye el estrés, la ansiedad y la depresión, además de aumentar la autoestima y proporcionar bienestar psicológico en general.

El problema es que muchas veces las personas no encuentran el tiempo para incorporar estas prácticas a su vida. Para solventarlo, hay quienes aprovechan el trayecto al trabajo para caminar o ir en bicicleta. Una investigación publicada este martes en la revista BMJ Public Health asegura que este hábito reduce hasta un 47% el riesgo de muerte en comparación con quienes iban en coche o transporte público.

Los propios investigadores han señalado que este "traslado activo" es una de las formas más prácticas y sostenibles de aumentar la actividad física diaria y que cada vez hay más pruebas de sus beneficios. Trabajaron con los datos de 82.297 personas de entre 16 y 74 años de Reino Unido durante 18 años.

Los resultados muestran que quienes iban en bici a trabajar tenían un 10% menos posibilidades de ingresar en el hospital por cualquier motivo y un 24% menos por enfermedad cardiovascular. Asimismo, el peligro de morir de cáncer se reducía en un 51%.

Caminar también mostró beneficios, aunque en menor medida. Redujo un 11 % los ingresos hospitalarios por cualquier causa y un un 10% por enfermedad cardiovascular. Borja del Pozo, investigador de Salud en la Universidad de Cádiz (UCA), lo achaca a que la primera actividad conlleva un esfuerzo físico mayor que la segunda. "Normalmente cuando caminas, sobre todo para ir a tu puesto de trabajo, no sueles hacerlo rápido". A más intensidad, más beneficio, agrega.

Otro dato que resalta en el trabajo publicado en BMJ Public Health es el perfil mayoritario de quienes usaban estas prácticas. Quienes iban a pie al trabajo o a estudiar solían ser mujeres, más jóvenes, recorrer distancias más cortas. También tenían menos probabilidades de tener hijos a cargo y sus ingresos familiares y niveles educativos eran más bajos. Por otro lado, quienes usaban la bicicleta eran mayoritariamente hombres, jóvenes y con menos probabilidades de ser propietarios de viviendas o cuidadores. Ambos perfiles tenían en común que desempeñaban, normalmente, un trabajo por turnos y que residían en una ciudad.

Situación socioeconómica

El investigador de la UCA ve claramente la relación entre estas prácticas y la situación socioeconómica de la gente. Por un lado, las personas de mayor renta tienden a vivir en zonas más alejadas de la ciudad. Si estos barrios no cuentan con una buena conexión de transporte público, estarán más obligados a depender del coche particular. Por otro lado, quienes tienen un nivel más bajo de ingresos suelen residir dentro del núcleo urbano de su población y pueden, incluso, no disponer de coche propio. "Esto es casi un reflejo de las circunstancias socioeconómicas actuales", indica.

Para del Pozo es un acierto que los autores hayan tenido en cuenta los datos de hospitalizaciones y recetas de medicamentos. Esto demuestra que cambiar el coche por la bicicleta "mejora la vida individual, la salud de las personas y la situación económica", señala del Pozo. En el artículo se observó que a quienes iban al trabajo en bicicleta les recetaban menos medicamentos tanto para la salud física (30%) como mental (20%). Lo mismo ocurría con los que hacían el recorrido caminando: se asoció con una probabilidad un 10% y un 7% menor, respectivamente. "Si previenes las patologías, necesitarás menos ayuda farmacológica".

El científico también destaca los resultados de otros estudios anteriores que demostraron que la actividad física puede tener el mismo efecto que un medicamento, sobre todo respecto al control de la glucosa en los diabéticos. Al final se trata de una parte de la población que, primero, va menos al médico porque se siente mejor y, segundo, necesita menos medicación. Por lo tanto, no solo beneficia al bolsillo individual, también ayuda a los gobiernos a ahorrar dinero en gastos sanitarios.

Reorganizar las ciudades

Los autores de la investigación encontraron una desventaja del traslado en bicicleta. Los ciclistas tenían el doble de probabilidades que los que iban en coche de ser ingresados en el hospital tras un accidente de tráfico. Del Pozo achaca esto a la organización de las ciudades y a cómo faltan infraestructuras "en condiciones" que favorezcan que la población adopte estas prácticas. Por eso, el científico insta a que los gobiernos las creen: "Se trata de hacer las ciudades para las personas y no para los coches". Lo ideal, agrega el científico, es que el entorno urbano forzara a todos a adoptar este tipo de hábitos, independientemente del nivel social. 

Del Pozo expone que, según la distancia que se recorra, ir a trabajar en bicicleta o caminando puede servir para alcanzar los requisitos mínimos recomendados para mantener una buena salud. La mayor parte de la población no cumple las guías porque hacer ejercicio físico planificado, como ir al gimnasio o a correr es casi imposible de encajar en su ritmo de vida. Hábitos como este podrían hacer que las incorporen a su rutina sin invertir un tiempo extra.

El investigador de la UCA recalca que hay que diferenciar entre los conceptos de ejercicio y actividad física para fomentar de verdad que la población se mueva más. El primero comprende practicar deporte y acciones como ir al gimnasio. El segundo, añadir intensidad y movimiento a cosas del día a día como las tareas de la casa o el traslado al trabajo. Para conseguir ese objetivo hay que entender estos hábitos de una forma que permitan "construir un día a día más activo".