La Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid ha activado el protocolo de actuación tras haber detectado la fiebre hemorrágica Crimea-Congo en un paciente que acudió a Urgencias del Hospital Rey Juan Carlos (Móstoles) el pasado 19 de julio. Cuatro días antes, el varón de 74 años había sufrido una picadura de garrapata en el municipio de Buenasbodas (Toledo).
Con éste, ya son 14 los casos que se han registrado en España, donde han fallecido cinco personas a causa de esta enfermedad desde 2013. La fiebre hemorrágica Crimea-Congo es endémica en la zona de Castilla y León, Extremadura y la Sierra de Madrid. Oficialmente, también adquiere esta categoría en regiones de África, los Balcanes, Medio Oriente, el oeste y centrosur de Asia y el suroeste de Europa.
La Comunidad de Madrid, a través de un comunicado, ha informado que el paciente ha sido trasladado a la Unidad de Aislamiento de Alto Nivel del Hospital Universitario La Paz-Carlos III. Aunque se encuentra en una situación clínica estable, al igual que sucede en la mayoría de los casos que presentan síntomas: suelen ser leves (fiebre, cefalea, mialgias y mareos) y duran unos cinco días.
En algunas personas esta enfermedad sí que puede progresar hacia un cuadro grave con manifestaciones hemorrágicas en la piel y mucosas. También son frecuentes los sangrados por la nariz y las encías o la orina, vómitos de sangre o heces negras.
Cómo se transmite
También se está realizando un seguimiento a los contactos más cercanos del paciente diagnosticado para comprobar que no se ha producido una transmisión. Además de a través del ganado, el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo se transmite al ser humano principalmente a través de garrapatas, tal y como ha sucedido en este caso.
En concreto, es transmitida por las garrapatas del género Hyalomma. Aunque, como indicaba Francisco Javier Membrillo, vicepresidente y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc), en este artículo de EL ESPAÑOL, en un estudio reciente llevado a cabo en el Bierzo detectaron el virus en "el 10% de los demás géneros, por lo que estamos ante una enfermedad endémica".
Por ello los especialistas recomiendan utilizar ropa de colores claros, para que resulte más sencillo ver las garrapatas que se pueden adherir. No obstante, la transmisión también puede darse entre personas en casos de contacto estrecho con sangre, secreciones, órganos u otros líquidos corporales de los infectados.
Aumento de las garrapatas
Al igual que ha sucedido con otras especies, el cambio climático ha provocado un sobrecimiento de la población de garrapatas, así como una modificación de las rutas de las aves migratorias, lo cual ha facilitado la entrada del virus en algunos puntos de España.
Debido a la influencia de los factores climáticos y ecológicos, el vocal de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (Sempspgs), Adrián Aguinagalde cree que "lo más probable" sería que tuviéramos algún caso esporádico.
Serían, eso sí, de forma ocasional entre los individuos más expuestos —es decir, personas en contacto con animales o que realicen actividades al aire libre en el campo— y entre los meses de mayo y agosto en las zonas de mayor serodetección hasta el momento. Aguinagalde, de hecho, considera que con los datos actuales que se manejan "el término correcto no sería endemia".