Dos sanitarias realizan un escáner a un paciente.

Dos sanitarias realizan un escáner a un paciente.

Salud

Soy neuróloga y estas son las tres señales que te alertan de un ictus: cómo detectarlo a tiempo

Los expertos consideran que la población debería saber reconocerlo, puesto que en un 90% de los casos pueden llegar a ser prevenibles.

23 julio, 2024 17:21

Un 25% de la población mayor de 25 años va a sufrir un ictus a lo largo de su vida. Esta es la estimación que realiza la neuróloga María del Mar Freijo acerca de este accidente cerebrovascular que sufren más de 100.000 personas en España cada año. La mitad de ellos pueden quedar con secuelas discapacitantes.

Por este motivo, la coordinadora del Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares (GEECV) de la Sociedad Española de Neurología (SEN) advierte que es "importante" no sólo conocer qué es el ictus, sino tener en cuenta las posibles señales que pueden ponernos en alerta, sobre todo porque un 90% de los casos son prevenibles.

El problema es que el primer síntoma que aparece, un dolor de cabeza muy fuerte, puede pasar desapercibido. También es posible que se confunda con una migraña. Y aunque estos pacientes no están exentos de sufrirlo, cuando se trata de un ictus suele ir acompañado de otros signos.

La pérdida brusca de fuerza, por ejemplo, es uno de los síntomas más comunes en un caso de ictus. No obstante, no siempre está presente, ya que depende de la zona cerebral en la que se produzca. Esta pérdida de movilidad puede afectar tanto al brazo como a la pierna. E incluso a veces puede llegar a afectar a la mitad del cuerpo.

Alteración en el habla

También puede darse en una zona de la cara. En estos casos, se puede identificar más fácilmente: uno de los cantos de la boca se coloca en una posición más baja que el otro, en una especie de "boca torcida". Si no es reconocible a simple vista, se podría reconocer en el momento en el que la persona comience a hablar.

De hecho, la pérdida repentina de la capacidad del habla es otro de los síntomas comunes en el ictus. Se suele producir cuando el individuo presenta dificultad para articular palabras (conocido como afasia), pero también cuando tiene problemas para encontrarlas (afasia de Broca).

Pueden existir otro tipo de alteraciones en el habla, como por ejemplo aquellas que afectan a la comprensión y a la fluidez. En estos casos, la persona hablará de forma constante aunque sin ningún tipo de sentido, cambiando palabras en las frases e incluso alterando su pronunciación.

Falta de sensibilidad

La pérdida de la sensibilidad, a diferencia del anterior, es uno de los síntomas más complicados de reconocer. Aquellos que lo sufren pueden describirlo como "un acorchamiento" o "un hormigueo".

Al igual que la pérdia brusca de fuerza, este síntoma puede suceder en un solo brazo, en una pierna, en media cara o en la mitad del cuerpo. Aunque suele ser más común que se describa en media parte del cuerpo, y no en una extremidad sola.

Cuando es en una extremidad aislada, es más frecuente que se trate de un problema localizado en dicho brazo o pierna, y no a nivel cerebral. Y es que en el caso del ictus, esta pérdida de sensibilidad se produce de forma rápida y brusca, llegando a afectar a medio cuerpo.

Pérdida de visión

La pérdida de visión, tanto de un ojo como de ambos, también puede ser una posible señal de que estamos ante un caso de ictus. Hay ocasiones en las que se produce una pérdida de visión transitoria; es decir, se recupera la visión en unos minutos.

Se le conoce como amaurosis fugax, y puede tener su origen directamente en el mismo nervio óptico, o bien en algún trastorno cerebral, como sería el caso de los ictus. Tal y como sucede con la sensibilidad, la pérdida de visión en un ictus es brusca y rápida, pudiéndose resolver de forma espontánea y sin una causa aparente.