La hospitalización de la triatleta belga Claire Michel por una infección de E. coli ha confirmado los peores augurios sobre la calidad del agua del río Sena en estos Juegos Olímpicos. No son las únicas aguas contaminadas: en España, hubo 34 zonas de baño cuya calidad del agua fue insuficiente en 2023 y, en la actualidad, dos ríos y un lago tienen un aviso en rojo y se recomienda no bañarse en ellos.

En 2015, la capital francesa puso en marcha un plan de depuración de las aguas del Sena, para lo que ha invertido cerca de 1.400 millones de euros. La idea es que el río —que ya protagonizó la ceremonia inaugural— fuera el lugar de celebración del tramo acuático de la prueba de triatlón.

En el horizonte está también la intención de que los parisinos puedan bañarse en el simbólico río a partir de 2025. La alcaldesa parisina, Anne Hidalgo, ya lo hizo días antes de que dieran comienzo los Juegos para transmitir confianza a los deportistas.

Un punto de mala suerte: las fuertes lluvias de la semana pasada obligaron a posponer la prueba de triatlón masculino.

Aunque se certificó la calidad de las aguas y la prueba pudo realizarse, el ingreso de Michel —que presuntamente se infectaría durante la prueba femenina— ha puesto el Sena en la diana.

Escherichia coli es uno de los tipos de patógenos que se analizan para determinar la calidad de las aguas. Aunque su presencia es habitual, cuando se multiplica más del normal puede ocasionar problemas gastrointestinales, infecciones de orina u otitits.

Junto a la E. coli, las mediciones de calidad de las aguas se centran en los enterococos intestinales.

Se considera que la calidad del agua es insuficiente cuando la concentración de E. coli supera las 500 unidades de formación de colonias por cada 100 mililitros en aguas costeras y de transición, y de 900 unidades cuando son aguas interiores.

Para el enterococo, las concentraciones son de 185 unidades por 100 mililitros en costa y de 330 unidades en interior.

En la última toma de muestras, realizada el pasado 15 de julio, las aguas del río Duero a su paso por Zamora capital contenían 5.000 unidades de E. coli por cada 100 mililitros, por 1.100 unidades de enterococo, según el Sistema de Información Nacional de Aguas de Baño (Náyade), perteneciente al Ministerio de Sanidad. Por tanto, se considera que el agua no es apta para el baño por posible contaminación microbiológica.

Al otro lado de la península, en la provincia de Valencia, el río Anna (afluente del Sellent, que a su vez es afluente del Júcar) llegó a acumular 1.670 unidades de E. coli y 495 de enterococo, desaconsejando el baño en sus aguas.

La recomendación negativa se extiende a las lagunas de Villafranca de los Caballeros, en la provincia de Toledo. Allí, las concentraciones de E. coli están dentro de lo salubre pero son las de enterococo las que encienden la voz de alarma: 1.300 NMP (número más probable) por 100 mililitros. Se recomienda no exceder los 200 NMP.

Para verificar el estado de las aguas de baño, a lo largo de la temporada se toman mediciones de estos patógenos, considerados contaminación de origen fecal, que pueden proceder tanto desde los entornos urbanos como de las actividades agrícolas o ganaderas.

Entre otras acciones, los fenómenos meteorológicos, como las lluvias torrenciales que asolaron París los primeros días de los Juegos Olímpicos, afectan a la capacidad de los sistemas de gestión de las aguas residuales, por lo que esta contaminación puede llegar al agua de baño.

Esto se debe a que las lluvias intensas desbordan las depuradoras y sistemas de tratamiento de las aguas residuales. Estas, por lo general, llegan a los ríos ya tratadas y descontaminadas, pero las tormentas rebasan la capacidad y hacen que lleguen a los cauces aguas no depuradas.

14 provincias afectadas

En 2023 hubo 34 zonas de baño —correspondientes a 14 provincias— que registraron una calidad del agua pobre en España. Fue el 1,6% del total de aguas nacionales, según el último informe sobre la calidad del agua de baño publicado por la Agencia Medioambiental Europea.

Regiones especialmente afectadas fueron la provincia de León, donde hay seis zonas concentrada en tramos de los ríos Meruelo, Tuerto y Órbigo, y Cáceres, con una decena de zonas de calidad insuficiente en puntos de los ríos Jerte, Tiétar, Tajo y Almonte.

Son las aguas interiores las que concentran la mayor parte de las zonas que no superan el umbral de calidad, pero también se encontraron varias playas, en A Coruña (Sopazos), Asturias (Ribadesella), Girona (L'Escala) y Baleares (Cala Egos).

El porcentaje de zonas de baja calidad en España está en sintonía con la media europea, que es del 1,5%. En total fueron 321 lugares de baño en el continente que no tenían calidad suficiente para disfrutar de sus aguas, según el informe de la agencia europea.

Por otro lado, el 96% de las aguas europeas cumplieron los requisitos mínimos de calidad, y el 85% fue calificado de excelente.

Nuestro país se situó por encima de esta media: el 87,6% de las aguas nacionales tiene una calidad excelente. Sin embargo, ese porcentaje está todavía lejos de países como Chipre, Austria, Croacia o Grecia, con más de un 95% de aguas con la mayor calidad posible.