La uróloga Cristina Barrera.

La uróloga Cristina Barrera.

Salud

Los 5 hábitos en España que están dañando tus riñones: el aviso de la uróloga Barrera

Costumbres que tenemos arraigadas pueden acabar provocando perjucios que, sin embargo, son fáciles de prevenir.

11 agosto, 2024 01:50

La salud urológica es un aspecto fundamental del bienestar general, pero a menudo se pasa por alto hasta que surgen problemas graves. La uróloga Cristina Barrera, conocida como @laurologadetiktok, ha abordado recientemente en un vídeo las prácticas cotidianas que, aunque comunes, pueden ser perjudiciales para el sistema urinario a largo plazo.

De esta forma ha destacado los cinco comportamientos que no recomienda desde el punto de vista urológico, explicando los riesgos asociados con cada uno de ellos.

Apretar al orinar

En primer lugar, advierte que la costumbre de apretar al orinar, un hábito que muchas personas adoptan para acelerar el proceso, puede llegar a ser perjudicial a largo plazo. Sin embargo, la micción debería ser un proceso pasivo en el que la orina fluya naturalmente sin necesidad de empujar.

Según un estudio publicado en Neurourology and Urodynamics, este tipo de comportamiento puede llevar a un esfuerzo excesivo en el suelo pélvico, lo que con el tiempo puede contribuir a formas de disfunción urinaria, como la incontinencia, dificultades para vaciar la vejiga completamente, y además aumenta el riesgo de infecciones urinarias recurrentes debido a la retención de orina residual.

También puede afectar negativamente la función neuromuscular de la vejiga. Este hábito puede alterar las señales entre la vejiga y el cerebro, lo que podría derivar en problemas como la vejiga hiperactiva o la disinergia detrusor-esfínter, una condición donde los músculos de la vejiga y el esfínter uretral no se coordinan adecuadamente durante la micción.

Este desajuste puede causar dificultad para comenzar a orinar, intermitencia en el flujo urinario, y una sensación de vaciado incompleto, lo que a su vez perpetúa la necesidad de forzar la micción, creando un ciclo vicioso que afecta gravemente la calidad de vida.

No beber la suficiente agua

Otra recomendación crucial se refiere a la ingesta diaria de agua, en concreto, la doctora y creadora de contenido sugiere que beber menos de 3 a 4 vasos de agua al día puede predisponer a la formación de cálculos renales.

En cuanto a lo que dicen los científicos, la hidratación adecuada es esencial para diluir las sustancias en la orina que forman piedras. De hecho, una investigación en el americano Journal of Urology respalda esta afirmación, mostrando que una ingesta insuficiente de líquidos aumenta significativamente el riesgo de desarrollar nefrolitiasis o cálculos renales que es una condición médica en la que se acumulan trozos de material sólido entre el riñón y la vejiga, especialmente en individuos propensos a esta condición.

La deshidratación puede manifestarse inicialmente con síntomas como sequedad en la boca, fatiga, dolor de cabeza, y orina de color oscuro. A medida que esta progresa, el cuerpo puede experimentar una disminución en la función cognitiva, afectando la concentración y la memoria, así como una reducción en la capacidad física, lo que puede llevar a mareos, debilidad muscular, y una mayor susceptibilidad a los calambres.

Además, la deshidratación prolongada o severa puede tener consecuencias más graves y sistémicas. La falta de agua afecta la capacidad del cuerpo para regular su temperatura, lo que aumenta el riesgo de sufrir golpes de calor, especialmente en climas cálidos o durante el ejercicio físico intenso.

También puede impactar negativamente en la función renal, como ha especificado la doctora, ya que los riñones necesitan agua para filtrar las toxinas y desechos del cuerpo. En casos extremos, puede llevar a la insuficiencia renal, que es potencialmente mortal. La piel también se ve afectada, volviéndose más seca y menos elástica, lo que acelera el envejecimiento cutáneo.

Aguantar las ganas de orinar

Retener la orina durante largos periodos es una práctica que Barrera desaconseja enfáticamente. Este hábito puede llevar a la distensión de la vejiga y, a largo plazo, a la disfunción del músculo detrusor, que es el responsable de contraerse para vaciar la vejiga. Es por eso que una publicación demuestra que la retención crónica de orina puede resultar en una función comprometida de la vejiga, lo que podría requerir intervención médica en casos graves .

Otra de las principales complicaciones es el riesgo aumentado de infecciones urinarias, ya que retener la orina durante períodos prolongados puede permitir la proliferación de bacterias en la vejiga.

Estas pueden ascender por el tracto urinario y causar infecciones que, de no tratarse adecuadamente, podrían propagarse a los riñones, derivando en una infección más grave conocida como pielonefritis. Otra consecuencia significativa es la presión excesiva que se ejerce sobre los músculos del suelo pélvico.

Con el tiempo, esta presión constante puede debilitar los músculos, lo que podría derivar en problemas de incontinencia urinaria o dificultad para controlar el flujo de la orina. En casos extremos, puede llevar a una condición conocida como retención urinaria aguda, donde la persona es incapaz de vaciar la vejiga completamente, causando dolor intenso y la necesidad de intervención médica urgente para evitar daños a los riñones o al sistema urinario en general.

Beber mucha agua antes de dormir

El consumo de grandes cantidades de líquidos en las horas previas a acostarse también es un comportamiento que la experta no recomienda. Beber mucho líquido por la noche puede llevar a la nicturia, una condición que obliga a la persona a despertarse varias veces durante la noche para orinar.

Por ejemplo, una investigación indica que esta dolencia no solo interrumpe el sueño, sino que también puede tener un impacto negativo en la calidad de vida, especialmente en personas mayores.

Además, la nicturia puede fragmentar el ciclo de sueño, afectando tanto la cantidad como la calidad del descanso nocturno, lo que puede llevar a una sensación de cansancio durante el día, disminución de la concentración, irritabilidad, y una menor capacidad para manejar el estrés. La falta de sueño reparador también está asociada con un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud a largo plazo, como hipertensión, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares.

Además de los trastornos del sueño, puede aumentar el riesgo de desequilibrios electrolíticos, especialmente si se combina con una baja ingesta de minerales esenciales como el sodio y el potasio. Un exceso de agua puede diluir la concentración de sodio en el cuerpo, lo que podría llevar a una condición conocida como hiponatremia.

Los síntomas de este problema pueden incluir dolor de cabeza, náuseas, confusión, y en casos severos, convulsiones o coma. Este riesgo es particularmente elevado si se bebe mucha agua en un corto período de tiempo sin consumir alimentos o bebidas que contengan electrolitos.

Subestimar los cálculos renales

Por último, subestimar los cálculos renales es un error que puede tener consecuencias graves. Barrera señala que algunas piedras en los riñones pueden ser tan grandes o estar ubicadas de tal manera que requieran hospitalización o incluso cirugía. Según una investigación, los cálculos renales no solo pueden causar un dolor intenso, sino que también pueden conducir a complicaciones serias si no se tratan adecuadamente, incluyendo infecciones o daño renal.

Los cálculos renales que no se eliminan pueden crecer en tamaño y causar obstrucciones en el tracto urinario, bloqueando el flujo de orina desde los riñones a la vejiga. Esto puede provocar un aumento de la presión dentro del riñón, lo que a su vez puede causar un dolor intenso conocido como cólico renal, y potencialmente dañar el tejido renal de forma irreversible, lo que podría conducir a insuficiencia renal en casos severos.

Además, la acumulación de orina en el riñón puede facilitar la aparición de infecciones urinarias recurrentes, que si no se tratan, pueden propagarse y convertirse en infecciones sistémicas, representando un riesgo de sepsis, una condición potencialmente mortal.

Esta negligente costumbre aumenta el riesgo de desarrollar uropatía obstructiva crónica, una condición en la que el flujo de orina se ve comprometido de manera persistente debido a la presencia de cálculos que no han sido removidos.

Esta obstrucción crónica puede causar un deterioro progresivo de la función renal, con síntomas como disminución de la producción de orina, hinchazón en las piernas o pies, y un aumento en la presión arterial debido a la alteración en la regulación de los fluidos corporales.

Con el tiempo, esta condición puede llevar a una pérdida completa de la función renal, requiriendo tratamientos como la diálisis o incluso un trasplante de riñón. Por lo tanto, no los dejes pasar y busca atención médica y tratamiento de inmediato.