"Descálzate en el trabajo ahora mismo, verás qué gusto", dice Jesús Serrano (Madrid, 1980) antes de que se apague la grabadora. Este fisioterapeuta especializado en el ejercicio de los pies es un defensor a ultranza de andar descalzo el mayor tiempo posible.
Serrano, en realidad, iba para ingeniero porque le gustaban mucho los coches. Pero al poco de comenzar Ingeniería Industrial se dio cuenta de que más le gustaba el deporte. Se licenció en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte y en Fisioterapia.
Con sus pacientes hacía todo tipo de ejercicios: de rodillas, espalda, hombros… Y también de pies. Pero veía que estos últimos no surtían tanto efecto debido a "los zapatos convencionales", culpabiliza de ser "el origen del 95% de las patologías modernas del pie".
Serrano atiende a EL ESPAÑOL con motivo de la publicación de su nuevo libro, La salud a tus pies (HarperCollins). El prólogo lo firma Cristina Pedroche, quien acudió a "Chus" después de varias lesiones en el pie. Aunque al principio no le hizo mucho caso, reconoce que a la segunda fue a la vencida y "se le cayó el velo", convencida de que los mejores zapatos son los que tienen forma de pie.
¿Cómo se pasa de empezar Ingeniería Industrial a recomendarle unas plantillas a Cristina Pedroche?
Nunca me habían hecho esa pregunta [se ríe]. Pues empecé Ingeniería Industrial porque me gustaban muchísimo los coches. Pero desde el tercer día ya les dije a mis padres que a mí lo que me gustaba de verdad era el deporte y que quería dedicarme a él. Así que al año siguiente a INEF.
¿Cómo se lo tomaron sus padres?
Al principio les sorprendió porque no lo habían escuchado en su vida. Pensaron que me cambiaba de una carrera prestigiosa con la que podía ganar mucho dinero a dar clases de zumba en un gimnasio. Aunque siempre me respetaron y me animaron a hacer lo que me gustara.
¿A qué se debe que se especializara en el ejercicio del pie?
Considero que el arma terapéutica más potente de un fisioterapeuta es el ejercicio físico. Por eso con todos mis pacientes he entrenado mucho las patologías. Rodillas, espalda, hombros… Y al llegar a los pies, les hacía un pequeño masaje. Pero no mejoraban porque en su día a día utilizaban zapatos convencionales. Descubrí que había una gran oferta de calzado con forma de pie, llamado barefoot en inglés, y que los ejercicios acababan teniendo efecto.
Es verdad que, por ejemplo, Cristina Pedroche al principio no me hacía mucho caso. En la segunda intentona sí que entendió que el problema es que los zapatos no tienen forma de pie, sino que tienen forma de punta y acaban en flecha. Por eso se deforman los dedos y el pie se comprime. Es el origen del 95% de las patologías modernas del pie. Los pies no caben en los zapatos convencionales.
¿Cómo se puede entrenar un pie?
El pie se tiene que entrenar igual que el resto del cuerpo porque no dejan de ser articulaciones, músculos y ligamentos. Es como una rodilla. Cuando a alguien le duele, nadie le discute que haga ejercicio para que deje de doler. Pues si el pie duele, lo entrenas para que deje de doler también.
Aunque para eso es imprescindible que lo entrenes descalzo. Los gimnasios están llenos de personas con el último modelo de zapatilla, que tiene una suela rígida, con puntera estrecha y el pie elevado. Les llamo escayola con cordones porque el pie no se puede mover nada.
¿El elevado precio de unas zapatillas no garantiza que sea un buen calzado?
No. De hecho, en el mercado actual de las zapatillas deportivas se prioriza la estética porque vende más. Todas las zapatillas de running convencionales, que podrán ser muy bonitas por los colores o por el logotipo de la marca, acaban en punta; es decir, desvían los dedos. Y nadie ha sabido explicarme por qué se corre mejor con el dedo gordo torcido. Pues porque obviamente no es así.
El dedo gordo torcido es el fabricante número uno de juanetes. No sólo con las zapatillas deportivas, también con el zapato de traje o el tacón. Las grandes marcas han dejado de ver la salud del pie del paciente para ver los números de facturación anuales. Dan la batalla por la estética y no por la salud. Es un proceso lento, pero al final creo que se debería priorizar la salud de los usuarios frente a la estética que está provocando un montón de problemas de salud.
¿Es un mito que el ir en el día a día con zapatillas deportivas supone un beneficio?
Claro, porque si la zapatilla no tiene forma de pie, éste va a estar comprimido todo el día. Cuando se habla de que el zapato de tacón es muy lesivo estamos todos de acuerdo. Pero con los sneakers no. Y si los llevas, por ejemplo, para dar un paseo por Toledo, al andar 10 kilómetros por un terreno empedrado, vas a llegar a casa con un bulto rojo en el dedo gordo que será el origen de un juanete. Es un peligro el pensar que toda deportiva es mejor que el zapato de tacón, cuando a veces son más causantes de patologías las deportivas que el tacón.
¿Hemos normalizado que lo primero que queramos hacer al llegar a casa sea quitarnos los zapatos porque nos molestan?
Sí. Mucha gente que trabaja de uniforme da por hecho que le toca sufrir, que tiene que tener dolor de pies hasta que llega a casa. Y cuando se descalzan dicen "ay, qué gusto". Pero es que el pie está llamado a estar descalzo. Hay muchos niños que desde muy pequeños tienen una lucha constante con sus padres. El niño quiere ir descalzo. Y la madre le dice "¡que te pongas las zapatillas!". Tiene que acabarse con eso.
¿En qué sitios diría que se debe estar descalzo?
El pie tiene que estar descalzo en casa, en la piscina, en la playa, en los parques infantiles, en las clases escolares de Educación Física o en los gimnasios. En todo sitio seguro el pie debe estar descalzo. Y en los que no, porque te puedas manchar, enfriar o pinchar, pues ponerte el zapato adecuado con forma de pie y que permita a tu pie seguir moviéndose con naturalidad.
¿Por qué hay que estar con los dedos deformados para estar guapo? No tiene sentido. Luego nos llama la atención las mujeres jirafas de Tailandia que se ponen anillos en el cuello. "¡Qué barbaridad!", pensamos. Pero es que es la misma tontería que ponerte zapatos estrechos para estar más guapo aunque te tuerzas los dedos. El ser humano cae en las mismas chorradas de siempre.
¿Hay machismo en el mundo del calzado, como dice Cristina Pedroche en el prólogo de su libro? ¿Está causando más problemas en los pies de las mujeres que en los de los hombres?
Creo que los pies sufren en ambos géneros porque al final tanto en hombres como en mujeres hay zapatos estrechos. No sé si es por el machismo, pero lo que está consensuado es que el zapato estrecho es más bonito, más elegante. Y por eso a la gente le cuesta ir a bodas bajándose de un tacón o quitándose el famoso castellano.
Yo voy descalzo a las bodas y nadie se da cuenta de nada porque el zapato que llevo es negro, de piel y brillante, pero es comodísimo. Puedo bailar lo que me dé la gana porque nunca me roza nada. ¿Por qué hay que sufrir en una boda teniéndote que poner una tirita o llevando unas bailarinas? El ser humano, a veces, es estúpido.
¿Qué tan perjudicial puede llegar a ser el zapato convencional?
El zapato convencional, el que vemos en todas las tiendas y centros comerciales, es perjudicial porque no cumple los requisitos para respetar la anatomía ni la biomecánica del pie. Ningún bebé nace con un tacón en el talón. Es algo que la industria del zapato nos ha impuesto, hemos considerado que debemos llevar unos centímetros de tacón. Pero no hay ningún estudio que demuestre que esto tiene algún beneficio.
El pie del ser humano está hecho para ir plano. El hueso del talón, que es el calcáneo, es de los más densos de nuestro cuerpo y está perfectamente diseñado para soportar carga. Si nosotros elevamos el talón, el peso no recae en el calcáneo sino sobre la parte delantera del pie. Todo lo que sea elevar el talón provoca un desequilibrio postural y muscular que a la larga puede causar problemas.
¿Las plantillas sirven para evitar lesiones en el pie?
El problema que tenemos hoy en día es que la principal causa de las lesiones modernas es el calzado estrecho. Como nos hace daño, se ponen plantillas. Pero lo primero que hay que hacer es eliminar el calzado estrecho. Es cierto que a veces algunos pacientes son los primeros que no quieren cambiarlo.
Lo puedo entender. El problema es que no se da la batalla. En muchas consultas de Podología si vas con unas Converse por un problema de juanetes, te hacen plantillas para ese calzado, pero el podólogo no le comenta que esas Converse son la causa de su juanete. Esto es lo que tiene que cambiar, y los podólogos deben ser los primeros que adviertan a los pacientes.
Esto es un problema para los adolescentes y sobre todo para los niños. Por culpa de la moda, sus padres les ponen los zapatos que les parecen bonitos. Y por eso todos los años en consulta vemos niños de ocho años con juanetes o dedos en garra. Los niños no tienen la culpa, porque nadie les ha dicho que cuando tengan 30 años se van a tener que operar porque su padre, que no tiene ni idea de zapatos, les ha puesto un zapato estrecho.
¿Acabar con los juanetes sería tan sencillo como dejar de utilizar zapatos estrechos?
Claro, porque es la principal causa. Hay estudios que vinculan el ir descalzo con la ausencia de juanetes. En cualquier tribu africana o del Amazonas en la que vayan descalzos, no hay juanetes porque el pie va desnudo. Tienen los pies muy anchos y musculados. ¿Quién tiene juanetes en esos países? Los policías, que llevan botas; y los niños de familias más adineradas que van al colegio con calzado.
En el caso de los niños, ¿hasta cuando recomendarías que los niños estén sin calzado?
En niños, cuanto más tarde usen zapatos, mejor. Y sólo usarlo en sitios donde sea peligroso. Si el niño está en casa, en el jardín o en la playa, no tiene que utilizar ningún tipo de calzado. Si va a un centro comercial, pues se puede poner algún calzado blando. Aun así, creo que se abusa del uso de zapatos convencionales en niños porque "mira qué mono está con las Converse". Esto debería acabarse.
El pie de un niño hay que estimularlo. Que tenga el cuarto de juegos en casa lleno de estructuras estimulantes, como un rocódromo, una barra de equilibrios o una alfombrilla sensorial. También hay que llevarles al campo a trepar árboles descalzos. Todo lo que sea estimular es el mejor gimnasio para sus pies.
¿Hay niños que llevan zapatos en España con el peso de una escayola?
Claro. Por ejemplo, el calzado que imita a las zapatillas de los jugadores de baloncesto. Son unos zapatones con los que los pobres niños van con el pie empotrado. Es una zapatillas que intentas doblarla y no se puede. Esto provoca que los músculos que tienen que trabajar para doblar el pie del niño se van muriendo. Por eso mucha gente adulta no puede andar descalza ni por el suelo de su casa porque les duelen los pies.
En el caso de los adultos españoles, ¿cómo es la salud de sus pies?
Cualquier adulto que se mire los pies se dará cuenta que sus dedos convergen un poco. El dedo gordo está torcido hacia el siguiente, porque han adoptado la forma del zapato convencional, que es el que provoca distintos problemas (juanetes, dedos en garra, uñas encarnada o el neuroma de Morton, entre otros). Y esto está provocado porque el pie está a merced de lo que diga la moda.
Mucha gente no se plantea que el problema de su pie se corrige usando un zapato con el tamaño y la forma correcta del pie. También pueden andar todos los días descalzos, unos 5 ó 10 minutos, y al final el pie se pone en forma y reinstauran la salud real del pie, devolviéndole su funcionalidad habitual.
¿Influye el asfalto?
Es cierto que todo hoy en día es liso. Al ser todo liso, el pie está poco estimulado. Pero por eso abogamos que la gente vaya más tiempo descalza. Es cierto que la casa es lisa, pero tenemos muchos espacios naturales a nuestro alrededor en los que el pie puede ser estimulado.
Cada año hay corredores que hacen maratones descalzos. ¿Qué pasa, que son unos locos? No, probablemente es que llevan mucho tiempo descalzos y son capaces de correr 42 kilómetros. Es igual que si pones en forma una rodilla eres capaz de hacer más cosas que alguien que esté todo el día sentado. Al final, si usas los pies, van a estar en forma. Si están encerrados todo el día, pues se atrofian, como cualquier otra parte del cuerpo.
¿Cree que algún día la mayoría de las personas irán descalzas por la ciudad y no le sorprenderá a nadie?
Bueno, eso ya pasa en Australia. Allí van descalzos a todos lados, conducen descalzos, van a parques infantiles descalzos, los centros comerciales están llenos de gente descalza; o sea, que eso ya existe en otros países. Es un tema cultural.