Los riesgos para la salud cardiovascular abarcan múltiples factores ligados tanto a los hábitos de vida como a la herencia familiar: el colesterol elevado, el sedentarismo, la elevada presión arterial, el sobrepeso y obesidad o el tabaquismo son algunos de los más destacados. Ahora, dos estudios recientes liderados por el equipo del doctor José Javier Fuster del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), uno clínico y otro experimental, han identificado un nuevo riesgo: la hematopoyesis clonal, un fenómeno provocado por mutaciones adquiridas en células madre sanguíneas.

"La hematopoyesis clonal emerge como un nuevo factor de riesgo de la enfermedad aterosclerótica, responsable de cuadros clínicos muy relevantes como el infarto agudo de miocardio y el ictus, por lo que su detección puede tener importantes implicaciones terapéuticas", valora José Antonio Páramo, especialista en Hematología en la Clínica Universidad de Navarra, en declaraciones a Science Media Centre. El primer estudio publicado en la revista Nature Medicine, describe este nuevo marcador, pero el segundo, publicado en el European Heart Journal, sugiere que el fármaco colchicina podría ser un tratamiento eficaz.

La hematopoyesis clonal es el resultado de mutaciones somáticas adquiridas y su relación con la ateroesclerosis ya era conocida, pero el orden de los factores no era evidente para los investigadores. O bien este trastorno aceleraba la producción de placas ateroescleróticas en las paredes de las arterias, explica Fuster, o bien eran las propias acumulaciones de grasa arterial la que desencadenaban la hematopoyesis al incrementar la producción de células madre sanguíneas, y con ello, las mutaciones. La primera hipótesis queda confirmada ahora, aclara el investigador, señalando que estas alteraciones no son congénitas sino que se adquieren con la edad

En primer lugar, el estudio clínico trabajó con los datos de más de 4.000 participantes en el estudio PESA. Se trataba de personas sanas al comienzo del trabajo y de mediana edad. Aquellos a los que se les detectó la hematopoyesis clonal sufrieron una mayor incidencia de aterosclerosis con el curso del tiempo, y sirvió de predictor de su aparición. "Si bien no se conocen con precisión los mecanismos implicados, la inflamación parece jugar un papel relevante", apunta Páramo.

Además, estas mutaciones tienden a concentrarse en genes como TET-2, involucrados en la regulación epigenética. El estudio experimental trabajó con ratones con mutaciones inducidas en TET-2 demostró que sufrían más lesiones ateroscleróticas que los del grupo de control. "La administración de colchicina, un antinflamatorio, logró reducir el tamaño de las lesiones", valora el hematólogo. "Ambos trabajos son de gran interés por la demostración del papel de la hematopoyesis clonal como nuevo factor para el desarrollo de la aterosclerosis y el papel de estrategias antiinflamatorias para la prevención de las enfermedades cardiovasculares".

"La combinación de ambos artículos sugiere una vía de intervención de mucho interés", confirma por su parte Carlos Guijarro Herráiz, presidente de la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) y médico en la Unidad de Medicina Interna del Hospital Universitario Fundación Alcorcón. "Aunque la colchicina se ha propuesto como tratamiento del 'riesgo residual inflamatorio', su efecto es modesto y seguimos necesitando mejores instrumentos para reducir el desarrollo de arteriosclerosis, que es junto al cáncer la principal causa de muerte en nuestro país".

"Necesitamos marcadores que identifiquen a pacientes en los que el tratamiento con colchicina ofrezca efectos beneficiosos potencialmente mayores. El problema de los fármacos baratos es que la industria no va a promover nunca un ensayo clínico de calidad, por lo que es importante el liderazgo de grupos de investigación independientes con soporte público (como el propio CNIC en España o varios centros en Canadá que están evaluando el tratamiento con colchicina)", concluye.