La reciente publicación de las memorias de Elle MacPherson ha producido un gran revuelo en todo el mundo. La razón es que la exmodelo confiesa en un capítulo haber padecido un cáncer de mama y haber rechazado la quimioterapia que los médicos le habían aconsejado. Aunque el tumor sí fue extirpado, cambió la terapia que los especialistas le pautaron por un viaje de sanación de ocho meses de la mano de un 'dentista holístico', un naturópata, un osteópata y un quiropráctico.
"Si la cirugía que se le practicó tuvo éxito, el hecho de que no haya una recaída puede haber sido simplemente fruto de la casualidad", explica Patricia Guillem, catedrática de Epidemiología, Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad Europea de Valencia. Lamentablemente, los casos de personas que renuncian a la quimioterapia por llevar a cabo una terapia sin base científica también se producen en España. De hecho, en los últimos años se han conocido casos que han terminado con la muerte del paciente.
"Las remisiones que pueda experimentar una persona que ha elegido la pseudociencia se deben a remisiones fundamentalmente de tipo espontáneo. Si se demuestra una patología con prueba diagnóstica, la enfermedad avanzará hacia la sintomatología grave con seguridad", advierte Guillem. En la actualidad no existen datos oficiales sobre cuántas clínicas de este tipo existen en nuestro país, pero sí existe una estimación. "Podrían ser unos 15.000 centros, a partir de extrapolaciones", explica Fernando Cervera, biólogo y comunicador en el área de las estafas sanitarias.
Quimioterapia
Si bien no todas esas clínicas proponen terapias sin evidencia científica para tumores, Cervera sostiene que "un gran número engañan a diario a pacientes con cáncer. Es un problema masivo y extendido en todas las ciudades de España". Este biólogo se ha infiltrado él mismo en esas clínicas con cámara oculta y ha colgado los vídeos en YouTube. "Suelen decir que la quimioterapia es un veneno o un negocio de las farmacéuticas, señalan a los médicos y al sistema sanitario público como parte de un entramado interesado en que la gente muera a causa de la quimioterapia", cuenta Cervera.
Al final estos pseudoterapeutas se venden como altruistas, "aunque te cobren miles de euros y te maten en el proceso", lamenta el biólogo. En los últimos años se han producido en España algunos casos con resultados desastrosos. En el año 2018 se publicó en EL ESPAÑOL la historia de Cristina Beraza, una mujer de Hondarribia de 51 años que fue diagnosticada de cáncer de ano. Tras consultar a Juan José García Román, un 'naturista' de Córdoba, que decía haber curado multitud de cánceres, Beraza dejó la quimioterapia y siguió una dieta estricta recetada por este pseudoterapeuta.
Aunque el Servicio Vasco de Salud trató de ponerse en contacto con ella en númerosas ocasiones, el 'naturista' "le decía qué les tenía que decir para que la dejaran en paz, cómo tenía que responder a esas llamadas", contó la hija de Beraza a este diario. Cuando Beraza empeoró, el pseudoterapeuta dejó de contestar y aseguraba que el cáncer ya no estaba en el organismo de la paciente. Cuando la paciente acudió al hospital, ya no había nada que hacer: el cáncer se había extendido y murió un mes y medio después.
La punta del iceberg
También en el año 2018 se conoció el caso de una mujer de menos de 40 años de Girona que falleció por un caso de cáncer de mama triple negativo que decidió tratarse con homeopatía. La paciente terminó acudiendo al hospital porque el tumor avanzó de tal manera que llegó a estar "totalmente putrefacto" y presentaba fiebre. Según manifestó la mujer, el curandero le había dicho que "si sale fuera de la piel es bueno, porque significa que se está oxigenando". El tumor ya había causado metástasis en los huesos en ese momento y falleció poco tiempo después.
Sin embargo, los casos más conocidos en España han sido los de Mario Rodríguez y Rosa Morillo. El primero fue un joven diagnosticado de leucemia que también decidió renunciar a la quimioterapia por el consejo de un 'experto en medicina naturista y ortomolecular' y terminó muriendo en el año 2013 cuando el cáncer ya se había extendido. A pesar de llevar el caso a los tribunales, José Ramón Llorente, el hombre que le convenció fue absuelto en 2018. De la misma manera, Rosa Morillo presentó síntomas de cáncer de mama en 2014 y decidió tratarlo con homeopatía hasta que murió en el año 2017 cuando ya se había extendido a la piel, a la médula y a los huesos.
Otros curanderos como Josep Pàmies o Enric Corbera también se han jactado de ser capaces de curar el cáncer son el poder de sus plantas y de la 'bioneuroemoción', respectivamente. De hecho, Corbera llegó a decir que de cáncer solo se mueren "los gilipollas". Fernando Cervera cuenta que "tristemente en España, muchas personas al año se ponen en manos de pseudoterapeutas ante enfermedades como el cáncer" y explica que estos casos expuestos "sólo son la punta del iceberg de un problema que, por lo que sea, a las administraciones sanitarias que podrían impedirlo les da igual".
Por esta razón, los médicos escuchan con horror mensajes como el de Elle MacPherson que, viniendo de una persona influyente, pueden ser muy peligrosos. "Por desgracia, hoy en día lo que influye sobre la opinión pública no son los estudios científicos o toda la bibliografía que pueda haber publicada sobre un determinado tipo de tratamientos, sino que tiene mucho más peso una información superflua que una persona transmite en redes sociales", lamenta Guillem. "La medicina oficial se basa en el método científico y no engaña. Hay situaciones en las que no puede salvar al paciente, pero se utilizan métodos que han demostrado su eficacia".