A medida que se van cumpliendo años, vamos experimentando diferentes cambios que nos hacen sentir el paso del tiempo, una sensación que realmente se puede tener a cualquier edad. Sin embargo, existen dos edades en las que el cuerpo envejece de forma drástica, momentos en la vida de una persona en la que se experimenta un "bajón" que hace que sea más que evidente el envejecimiento.
La ciencia, a través de diferentes estudios, ha podido comprobar los momentos exactos en los que tiene lugar un envejecimiento notable en el cuerpo humano. Es en ellos en los que se da de una forma más pronunciada esa "cuesta abajo" de una persona, que en todo caso hay que tener en cuenta que dependen en gran parte de cada persona, así como su actividad diaria o de sus hábitos y estilo de vida.
Según un estudio de la Universidad de Stanford, que se ha publicado en la revista Nature, se determina que el primer escalón que experimenta un ser humano se produce a los 44 años, cuando empieza a quedar patente que se ha dejado la juventud atrás. En ese momento, las combinaciones de moléculas que componen el organismo son totalmente diferentes a como eran en etapas previas, contando con un metabolismo más lento, mientras que los músculos y la piel sufren un desgaste más acusado y aumenta el riesgo de sufrir un problema cardiovascular.
El segundo escalón, que es aún más evidente, llega a los 60 años de edad, a partir de la cual el sistema inmunológico se resiente, el metabolismo disminuye, se producen importantes cambios en la composición molecular, y diferentes sistemas, como el encargado de la regulación de la función renal, se debilitan.
El estudio se ha realizado mediante la recopilación y análisis de más de 135.000 muestras de ARN, metabolitos, proteínas, bacterias y lípidos de más de un centenar de participantes. En todo caso, conviene aclarar que el envejecimiento se produce en cada persona de una manera diferente y que depende de distintos factores como la genética, el clima, los hábitos de vida o la actividad y condición física de cada persona, sin olvidar las condiciones higiénico-sanitarias del lugar de residencia y otros condicionantes.
Causas del envejecimiento prematuro
Una vez conocidas las dos edades en la vida de una persona en la que se sufre un envejecimiento drástico, conviene hablar del envejecimiento prematuro, que en este caso se evidencia en la apariencia de cada persona. El estilo de vida que se mantiene en la actualidad, sumado a otros factores externos y la propia genética, pueden llevar a que se produzca una aceleración en los tiempos y grados del daño de la piel. Este envejecimiento prematuro se produce principalmente por:
- Exceso de sol: los radicales libres y la radiación ultravioleta e infrarroja son grandes enemigos para la piel, por lo que la falta de protección frente a ellos hará que cada vez sea más evidente el paso del tiempo en la piel.
- Cambios hormonales: la bajada de testosterona en el caso de los hombres y la bajada de estrógenos y subida de progestágenos en mujeres, además de los diferentes cambios y las patologías que son cada vez más habituales en las hormonas suprarrenales y tiroideas también contribuyen a este envejecimiento.
- Falta de ejercicio: cuando una persona no se ejercita lo suficiente, se reduce la estimulación de la circulación, lo que afecta a la nutrición de la piel. Además, provoca cambios en el tránsito intestinal.
- Excesivo consumo de azúcar: cuando se tienen malos hábitos alimenticios, con un consumo en exceso de azúcar, da lugar al proceso de glicación, que es una reacción química que afecta al envejecimiento de la elastina y el colágeno.
- Falta de sueño: la calidad en el sueño es fundamental para poder combatir el envejecimiento prematuro. En el descanso nocturno es cuando se producen los niveles más elevados de la hormona de crecimiento, que favorece la regeneración celular. Además, no descansar lo suficiente generará un mayor estrés, que a su vez afecta a la calidad del sueño y desencadena la producción de cortisol, que rompe las cadenas de elastina y colágeno.
- Mala alimentación: otro factor que influye notablemente en el envejecimiento de la piel es una mala alimentación, que viene dada por incluir en la dieta comida basura que tiene falta de nutrientes y está repleta de grasas, colorantes, conservantes y que, además, contiene pocos antioxidantes.
- Deshidratación: un cuerpo deshidratado se encarga de distribuir el agua a los órganos principales del organismo, haciendo que se reste a la piel y al aparato digestivo, con las consecuencias que ello tiene para el cuerpo.
- Contaminación: la contaminación presente en el ambiente hace que se formen radicales libres con los que se producen agresiones físicas y químicas que afectan de una forma directa a la piel.
- Tabaco: uno de los principales responsables del envejecimiento prematuro es el tabaco, puesto que acelera bioquímicamente el proceso de envejecimiento al mismo tiempo que agota las reservas de nutrientes que ayudan a que la piel se mantenga sana.
De esta manera, conviene tenerlo en cuenta para adoptar las medidas pertinentes que permitan hacerles frente y proteger la piel y organismo frente a esos factores externos que sí se pueden controlar, no así con los genéticos que también tienen una notable influencia, pero contra los que no existe más posibilidad que tratar de paliarlos con un estilo de vida saludable.