Un turista se refresca durante un día de calor de este verano en Sevilla.

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Salud

El calor mató a 2.200 personas en todo el verano en España, pero podrían ser cinco veces más

Agosto fue el mes con mayor número de defunciones según los cálculos del Momo. El de 2024 fue el sexto verano más caluroso desde que hay registros.

25 septiembre, 2024 03:23

Los meses de calor han generado un exceso de 2.216 muertes, la mayoría concentradas en julio y agosto, recoge el Instituto de Salud Carlos III. Sin embargo, otros modelos de estudio estiman una cifra cinco veces superior, con cerca de 12.000 fallecimientos.

El sistema de Monitorización de Mortalidad diaria o Momo es una herramienta del Carlos III que vigila la tendencia de las defunciones en España. Compara las muertes observadas con el promedio de los últimos años y fue muy útil durante la pandemia para tener una visión rápida del impacto de la Covid.

Tras la pandemia, se ha popularizado como sistema para medir el efecto de las altas temperaturas. Aunque, tradicionalmente, hay más muertes en épocas frías, el aumento de la temperatura media producto del cambio climático está cambiando esa tendencia, por lo que se hace importante estimar el impacto del calor intenso.

El Momo calcula 2.216 muertes entre mayo y septiembre, de las que 2.183 son atribuibles al periodo estrictamente veraniego.

Es una cifra inferior a la de los veranos de 2022 (cuando contabilizó 4.789 fallecimientos) y 2023 (se calcularon 3.035 defunciones) pero superior a la de los años previos. Hay que remontarse a 2017 para encontrar una cifra superior.

La mayoría de estas muertes se produjeron en agosto: 1.386, por 771 en julio. En junio (32), septiembre (17) y mayo (11) se estimó un ligero exceso de mortalidad.

Este cálculo refleja un verano muy cálido pero desigual. El de 2024 ha sido el sexto verano más cálido de la serie histórica (que comienza en 1961), con un carácter extremadamente cálido en algunas zonas del interior peninsular.

La temperatura media, ha señalado la Agencia Española de Meteorología (AEMET) este martes en una rueda de prensa, ha sido de 23,1 ºC, presentando una anomalía de 1 ºC respecto al promedio del periodo de referencia (1991-2020).

Sin embargo, como explicaba Rubén del Campo, portavoz de la agencia, durante la rueda de prensa, "el calor intenso ha estado concentrado en el tiempo. Junio fue un mes más frío de lo normal, el primero con carácter frío desde abril de 2022".

Las altas temperaturas se concentraron en dos olas de calor: la primera duró solo tres días, entre el 18 y el 20 de julio, y afectó a 11 provincias. Sin embargo, la segunda duró nada menos que 21 (del 23 de julio al 12 de agosto) y afectó a 31 provincias. Ha sido la segunda ola de calor más larga de la que se tiene constancia: la primera duró 26 días y fue en 2015.

La estimación del impacto de las temperaturas en mortalidad del Momo ha sido tachada con frecuencia de conservadora. Otras herramientas, como MACE (Mortalidad Atribuible por Calor en España), desarrollada por los investigadores Aurelio Tobías (CSIC), Dominic Royé (Fundación para la Investigación del Clima) y Carmen Íñiguez (Universidad de Valencia), multiplican por cinco sus cálculos.

Según este modelo, el efecto del calor a lo largo del verano de 2024 fue mucho más grave: le atribuyen 11.922 muertes, el tercer valor más alto desde que se puso en marcha en 2018.

El número de muertes solo queda por detrás de los dos años anteriores, para los que se estiman 17.859 muertes (2022) y 13.471 (2023).

Calor moderado

"Después de veranos consecutivos muy excepcionales", apunta Dominic Royé, "aunque 2024 fue menos caluroso, sí estuvo por encima de lo que consideramos normal en términos climáticos".

El investigador hace hincapié en que una gran parte de estas muertes, 9.183, son atribuibles a calor 'moderado', es decir, temperaturas por encima de lo normal pero por "debajo del umbral de temperatura extrema" (que está por encima del 95% de las temperaturas registradas).

"Este calor suele tener menos riesgos asociados sobre un rango de temperaturas más amplio, lo que hace que el acúmulo de muchos días de calor moderado nos dé estimaciones importantes de atribución", explica.

"Para poner una analogía, podemos considerar el calor moderado una dosis baja de riesgo pero que, acumulado, también puede llevar a la muerte", continúa. "En cambio, el calor extremo es una dosis letal de forma directa".

Esta cifra de muertes atribuibles al calor moderado es similar a la de los dos años anteriores, que destacan por las defunciones asociadas a calor extremo.

"El impacto de una ola de calor, entendiéndola aquí como calor extremo durante al menos tres días, en la salud humana tiene un efecto adicional, pero, realmente, un único día de calor extremo puede tener elevados riesgos de mortalidad", recuerda el investigador.

La aplicación MACE realiza, además, una estimación por provincias. Así, Madrid habría acumulado 1.070 muertes atribuibles a las altas temperaturas a lo largo del verano, con 11 días de calor extremo.

Barcelona contaría 708 muertes tras nueve días; Valencia, 589 defunciones con solo dos días de calor extremo, y Alicante, 482 tras 5 días.

En cambio, las provincias que acumulan una mortalidad mayor según población han sido León, con 46,7 defunciones por cada 100.000 habitantes (tuvo seis días de calor extremo), y Teruel, con 47,5 muertes, si bien esta provincia vivió nada menos que 12 días de temperaturas muy elevadas.