La obesidad infantil es un problema que preocupa a los expertos en salud pública de nuestro país. En 2019, España era el tercer país de Europa con mayor incidencia de sobrepeso. Este miércoles el Ministerio de Consumo ha presentado nuevos datos con cifras de 2023. Se trata de la información recogida en la quinta edición del Informe ALADINO, realizado por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). El 20,2% de los niños tienen sobrepeso y el 15,9% obesidad, una reducción de 3,1 y 1,4 puntos porcentuales respectivamente respecto a la prevalencia de 2019.

El exceso de peso, el indicador que suma la obesidad y el sobrepeso, se ha reducido 4,5 puntos en total. Ha pasado del 40,6% hace cinco años al 36,1% en 2023. Aun así, las cifras siguen resultando preocupantes, según la AESAN.  Estos datos siguen suponiendo más de un tercio de la población infantil. "A pesar de que pueda ser una pequeña mejora, se trata de valores bastante elevados", lamenta Cristina Cuero, secretaria del Observatorio de la Nutrición y el Estudio de la Obesidad.

Para realizar el estudio han empleado una muestra de 12.678 estudiantes de entre seis y nueve años de casi 300 centros educativos distintos. Además de su peso y sus medidas corporales, se han recabado datos sobre sus hábitos de vida y su alimentación. Para ello, se han realizado encuestas tanto a las familias como a los colegios en los que estudian. El motivo de elegir a menores de esa edad y no mayores es que en los siguientes niveles educativos la comparabilidad es más difícil de realizar, ha explicado Andrés Maragall, secretario general de Consumo y Juego del ministerio.

Diferencias de clase

Si se analiza según la renta familiar, se ve una brecha de más de 17 puntos porcentuales en el exceso de peso. Los niños que pertenecen a familias con ingresos superiores a 30.000 euros anuales representan el 29,2% del total, mientras que los que cuentan con menos de 18.000 euros al año en su familia son casi el 47%. Estos niveles de obesidad y sobrepeso más altos en hogares con rentas más bajas son más o menos constantes desde 2011, el primer año en el que se realizó el informe. Este problema se extiende al resto de elementos medidos en el estudio.

Un factor asociado al exceso de peso son los hábitos alimentarios. Según los datos recabados por la AESAN, siete de cada diez escolares desayunan todos los días algo más que una bebida. Lo que significa que un 30% de ellos no lo hace. De nuevo, si se diferencia según el nivel económico de los niños, hay 17 puntos porcentuales de diferencia entre unos y otros. Suponen el 61% de los menores de renta más baja y el 78% en las más altas. 

La fruta y la verdura son alimentos muy importantes para garantizar una vida saludable. Sin embargo, menos de la mitad de los estudiantes en estas edades toma fruta a diario, el 45,3%. El porcentaje de consumo de verdura todos los días es aún más pequeño, solo lo hace el 23,8%, ni siquiera uno de cada cuatro. En ambos casos, estas cifras son aún menores si solo se tiene en cuenta a los pequeños de hogares con menos de 18.000 euros anuales.

El único dato en el que se ponen por delante los menores de familias con rentas más bajas es en el consumo de bebidas azucaradas. El 3,8% del total de la muestra lo hace de forma habitual (más de tres días a la semana). Sin embargo, al comparar los hogares más ricos con los más pobres, es más de ocho veces superior en el segundo caso respecto a los primeros.

Actividad física y pantallas

El informe ALADINO también deja un dato positivo: siete de cada diez niños españoles dedican, al menos, una hora diaria al juego activo. Además, más del 81% invierte al menos dos horas a la semana a actividades extraescolares. En esta cifra, la brecha económica se ve, sobre todo, en las niñas. Las que pertenecen a familias de rentas más bajas lo hacen en un 64,2% de los casos, mientras que las de mayores ingresos representan el 88%, más de 20 puntos por encima.

Por el contrario, en la investigación también se ha visto que tres de cada diez escolares se exponen a las pantallas durante más de dos horas al día. Algo que se duplica entre niños de menos ingresos respecto a los de mayor renta. Aquellos cuyos padres no llegan a ganar 18.000 euros al año suponen el 41,4% de ese grupo, mientras que los hijos de familias con más de 30.000 solo representan el 22,8%. Aquí también se ve una diferencia de género: los niños son el 31,6% de ese tercio de uso excesivo de pantallas y las niñas el 28,3%.

La iniciativa COSI de la OMS

El informe ALADINO de la AESAN se enmarca en la iniciativa de la delegación europea de la OMS, llamada COSI (siglas de Childhood Obesity Surveillance Initiative). Se inició en 2007 y publicará, también este año, su sexta edición en la que ya participan más de 40 países del continente. Nació con el objetivo de establecer una metodología común que facilitara la comparabilidad de la información en el tiempo y entre los diferentes países. Esta herramienta permite renovar las políticas y las medidas que se implementan para mejorar la salud y la alimentación de la población.