Es una realidad que con el paso del tiempo, perder peso se va volviendo cada vez más complicado y no solo por la dificultad de hacerse a unas rutinas sino por algo que depende directamente del organismo, el metabolismo. Por eso, acelerarlo se ha convertido en una búsqueda común para quienes desean perder peso y mejorar su salud de forma sostenible.  Lo sorprendente es que no se trata solo de comer menos o hacer más ejercicio, sino de implementar pequeños cambios en tu rutina y unos cuantos alimentos, como los ricos en proteínas, el té verde o los picantes, además del agua, que pueden hacer una gran diferencia en la velocidad a la que tu cuerpo quema calorías, incluso cuando no estás haciendo ejercicio. 

Un metabolismo más rápido puede ayudarte a quemar más calorías durante el día y mantener un peso saludable sin recurrir a dietas extremas ni cambios drásticos en tu estilo de vida. Para acelerar el metabolismo a través de la alimentación, es esencial conocer qué alimentos pueden ayudar a optimizar este proceso natural. Según expertos, incluir en la dieta alimentos ricos en proteínas como carnes magras, huevos y legumbres puede ser clave, ya que el cuerpo necesita más energía para digerir estos nutrientes en comparación con carbohidratos o grasas. 

Este fenómeno se conoce como el efecto térmico de los alimentos y puede contribuir a quemar más calorías incluso en reposo. Además, las proteínas son esenciales para mantener y aumentar la masa muscular, lo que también impulsa el metabolismo a largo plazo​. Por otro lado, ciertos alimentos, como el té verde o las especias picantes, tienen propiedades que favorecen la termogénesis, es decir, el proceso mediante el cual el cuerpo quema calorías para generar calor. Estos no solo ayudan a quemar más energía, sino que también mejoran la digestión y promueven la sensación de saciedad, lo que facilita el control del peso.

Proteínas como la carne magra

Las proteínas son uno de los pilares más efectivos para aumentar el metabolismo. Cuando las consumimos, nuestro cuerpo requiere más energía para descomponerlas en comparación con los carbohidratos o las grasas. Este fenómeno, conocido como el efecto térmico de los alimentos, puede aumentar el gasto energético del cuerpo hasta en un 15%. Según un estudio publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, una dieta rica en proteínas puede incrementar el metabolismo basal, ayudando a quemar más calorías incluso en reposo. Por eso, incorporar alimentos como carnes magras, huevos, legumbres y frutos secos puede hacer una gran diferencia​.

Té verde

Otro alimento científicamente comprobado que acelera el metabolismo es el té verde. Este contiene compuestos antioxidantes llamados catequinas, especialmente el galato de epigalocatequina (EGCG), que se ha demostrado que incrementa la quema de grasa. Un estudio publicado en el Journal of Nutritional Biochemistry reveló que el consumo regular de té verde puede aumentar la oxidación de grasas y mejorar la termogénesis, el proceso mediante el cual el cuerpo quema calorías para producir calor. Tomar varias tazas de té verde al día, especialmente antes de hacer ejercicio, puede ser una excelente estrategia para potenciar el metabolismo​.

Alimentos picantes

Los alimentos picantes, como el chile o la pimienta de cayena, también tienen la capacidad de acelerar el metabolismo gracias a la capsaicina, un compuesto activo que eleva la temperatura corporal y aumenta temporalmente el gasto calórico. En concreto, investigaciones publicadas en Appetite, la capsaicina puede aumentar la tasa metabólica en reposo y promover la oxidación de grasas. Además, estos alimentos también reducen el apetito, lo que puede ayudar a controlar la ingesta de calorías y, por tanto, favorecer la pérdida de peso.

Agua

Beber agua puede acelerar el metabolismo debido a su efecto térmico y su capacidad para optimizar diversas funciones del cuerpo. Cuando consumes agua fría, el cuerpo necesita gastar energía para calentar el líquido hasta alcanzar la temperatura corporal, un proceso que contribuye a la quema de calorías. Durante una investigación revelaron que beber 500 ml de agua puede aumentar el metabolismo en reposo entre un 10% y 30% en un lapso de aproximadamente 30-40 minutos. Este efecto, aunque temporal, ayuda a incrementar el gasto calórico diario.

Además, mantenerse bien hidratado es esencial para que el cuerpo lleve a cabo procesos metabólicos de manera eficiente. Tal y como desveló otro estudio, publicado en Frontiers in Nutrition, una hidratación adecuada optimiza la oxidación de grasas y la termogénesis inducida por los alimentos, procesos clave para la quema de calorías. La investigación también mostró que la deshidratación leve puede ralentizar el metabolismo y dificultar la pérdida de peso. Además, beber agua regularmente no solo ayuda a mantener el metabolismo activo, sino que también favorece la sensación de saciedad, lo que puede reducir el consumo excesivo de calorías.

Hábitos saludables

Controlar el estrés es otro factor crucial que a menudo se pasa por alto. Cuando estamos estresados, nuestro cuerpo produce cortisol, una hormona que, en niveles elevados y prolongados, puede ralentizar el metabolismo y favorecer la acumulación de grasa, especialmente en la zona abdominal. Incluso el sueño también juega un papel clave en la regulación del metabolismo. Las personas que duermen entre 7 y 9 horas por noche tienen una mayor tasa metabólica en comparación con aquellas que duermen menos. Dormir poco no solo reduce la capacidad de tu cuerpo para procesar los alimentos eficientemente, sino que también puede aumentar los niveles de grelina, una hormona que incrementa el apetito. 

Además, la nutrición antes y después del ejercicio puede marcar una gran diferencia. Consumir carbohidratos antes de entrenar puede mejorar el rendimiento físico y evitar la pérdida muscular, mientras que ingerir proteínas después de un entrenamiento ayuda en la reparación y crecimiento muscular, lo que a su vez acelera el metabolismo. Además, limitar el consumo de alimentos ultraprocesados es esencial para un estado de salud óptimo. Los alimentos de este tipo, llenos de azúcares añadidos y grasas no saludables, pueden ralentizar el metabolismo y promover la acumulación de grasa corporal.