El Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos de la Unión Europea (Rasff) es una herramienta utilizada para el intercambio de información entre las autoridades alimentarias. A través de él, se emiten avisos tras la detección de contaminaciones alimentarias u otros peligros en distintos productos. Las autoridades actúan y retiran el alimento cuando estos son detectados en los diferentes niveles de la cadena de distribución.
La última alerta que afecta a nuestro país tiene que ver con uno de los mariscos más consumidos. Según el Rasff, las autoridades sanitarias han detectado una ruptura en la cadena de frío durante sus tranporte, lo que los hace inadecuados para ser consumidos por el público.
La notificación, en la que se clasifica el incidente como un "potencial riesgo", precisa que el riesgo sanitario fue detectado en un control fronterizo. Se trataba de un cargamento de pulpo procedente de Argelia. Aunque no se han declarado casos de intoxicaciones ni enfermedades a causa de su consumo, la ruptura en la cadena de frío es un problema grave para la conservación de los productos, y favorece el crecimiento de las bacterias en los alimentos.
En el aviso emitido por Europa no se ha informado sobre cuáles son las empresas productoras de este pulpo ni las zonas del país norafricano desde donde procede el producto que se ha retirado. En anteriores ocasiones, la Asociación FACUA-Consumidores en Acción ha criticado la escasa información que brindan estas alertas alimentarias a nivel europeo. También consideran que pueden hacer que el consumidor desconfíe de todos los productos, independientemente de que puedan o no estar afectados.
Por ello, todas las autoridades recomiendan a los consumidores que estén atentos a las comunicaciones oficiales y eviten adquirir productos que puedan haber sido retirados del mercado. La seguridad alimentaria es una prioridad y, en casos como éste, la precaución es esencial para evitar riesgos innecesarios. La colaboración entre las autoridades, distribuidores y consumidores es fundamental para mantener la confianza en los productos alimentarios que llegan a nuestras mesas.
No es la primera vez que RASFF comunica una alerta de este tipo. A principios del mes pasado, se detectó una ruptura de la cadena de frío en atún claro que iba a entrar en España. Estos productos son altamente perecederos, por lo que su seguridad depende de un control riguroso de la temperatura durante todo el proceso de transporte y almaccenamiento. Días atrás, también se emitieron dos alertas similares, en aquella ocasión a relativas a langostinos que ya habían entrado por España.