Jimmy Carter se ha convertido este martes en el primer ex presidente de Estados Unidos en cumplir los 100 años de edad. Su presidencia se extendió entre los años 1977 y 1981, por lo que lleva nada menos que 44 años retirado de la política. Sin embargo, durante estos años se ha dedicado a distintas obras, como construir hogares para familias con necesidades o luchando por los derechos humanos y la paz en oriente medio. Además, al contrario que otros ex presidentes que eligieron retirarse en grandes ciudades, Carter volvió junto a su esposa a Plains, la ciudad del estado de Georgia de 800 habitantes en la que crecieron.
En el año 2015 le diagnosticaron un melanoma que había causado metástasis en el hígado y en el cerebro. Llevó a cabo un tratamiento de inmunoterapia con un medicamento llamado pembrolizumab y radioterapia. El ex presidente se recuperó y tal y como explica en este artículo The Conversation su éxito se calificó de milagroso: "Lamentablemente, las células tumorales de un melanoma pueden entrar en estado latente y pasar inadvertidas. No es extraño que aparezcan nuevas metástasis después de diez años o más sin evidencia de enfermedad".
El año pasado, Carter anunció que estaba recibiendo cuidados paliativos, destinados a las personas en una fase terminal de su enfermedad. Entonces se especuló que la razón por la que estaba recibiendo este tratamiento era el regreso de esta enfermedad. En cualquier caso, incluso en esta situación Carter ha demostrado una fortaleza inusual: si bien la media de tiempo que duran los cuidados paliativos de un paciente estadounidense está en los 70 días, este ex presidente lleva dos años recibiéndolos.
Las claves de Carter
Pero, ¿cuáles han sido las claves de Carter para llegar a los 100 años y tener esa fortaleza? Aunque la investigación en longevidad avanza rápidamente, todavía no se sabe qué hace que una persona llegue a ser centenaria. Todo apunta a que se trata de una combinación entre genética, hábitos de vida y, sí, suerte. Sin embargo, tal y como explica este artículo de EL ESPAÑOL, los científicos también han encontrado evidencia sobre el efecto protector que brinda el estado mental. Sobre todo, entre aquellas personas que se consideran resilientes y que tienen un propósito en la vida.
Después de abandonar la Casa Blanca, Carter se ha mantenido ocupado durante décadas ayudando en la construcción y en la rehabilitación de casas para familias con bajos ingresos. En algunas entrevistas ha confesado que trabajar en este proyecto con la asociación Habitat for Humanity le hacía muy feliz. Además, en esos años también fundó el Carter Center junto a su mujer, una ong destinada a combatir enfermedades y perseguir la paz en el mundo. De hecho, Carter también puede presumir de ser ganador del premio Nobel de la Paz en el año 2002.
Otro de los aspectos que los expertos destacan que podría estar detrás de su longevidad es la calidad de su red de apoyo. Tal y como se explica en este artículo de EL ESPAÑOL, el hecho de tener una vida social activa se ha relacionado con un menor riesgo de padecer enfermedades como el alzhéimer, la depresión o, incluso, las cardiovasculares. Los expertos destacan que en cuanto a amistades, vale más la calidad que la cantidad. En el caso de Jimmy Carter, el ex presidente siempre ha reivindicado el apoyo de su mujer.
Jimmy y su esposa, Rosalynn, han estado casados durante 77 años hasta que ella murió el año pasado. El funeral de Rosalynn, tal y como explica The Conversation, no tuvo lugar en la capital estadounidense, sino que se hizo en su iglesia baptista local de Plains a la que acudieron políticos de alto nivel. La mujer de Carter murió a los 96 años. Today también recoge que el matrimonio era bastante activo físicamente y el ex presidente es conocido por haber corrido hasta los 80 años, cuando una lesión de rodilla le empujó a cambiar su actividad deportiva por la natación.
Este último medio también apunta a que su personalidad abierta, su resiliencia demostrada y también su fe cristiana podrían tener mucho que ver en su longevidad. "La longevidad de Carter es notable. En Estados Unidos, los centenarios sólo representan un 0,03% de la población y el 78% de ellos son mujeres", señala The Conversation.