Se estima que, en España, unas 800.000 personas padezcan Alzheimer, aumentando cada año a 40.000 el número de pacientes. Una enfermedad para la que cualquier estudio o investigación no es suficiente y para la que, sin embargo, existen complementos naturales que favorecen notablemente su prevención. 

Es cierto que se trata de una enfermedad neurodegenerativa compleja que afecta a millones de personas en todo el mundo, y aunque aún no se ha encontrado una cura, diversos estudios han identificado ciertos factores que pueden influir en su prevención.

Uno de los más importantes es la alimentación. La relación entre lo que comemos y nuestra salud cerebral es cada vez más clara, y dentro de los alimentos que destacan por sus beneficios para el cerebro, las nueces ocupan un lugar especial.

La doctora Anna S. Nordvig, neuróloga del Programa de Trastornos de la Memoria Presbiteriano/Weill Cornell de Nueva York, está especializada en trastornos cognitivos y, especialmente, con el papel de la alimentación en esta enfermedad. 

A la hora de consumir ciertos alimentos para reducir el riesgo de Alzheimer, la especialista recomienda dar prioridad a las grasas monoinsaturadas y minimizar las saturadas. "Es clave dar al cerebro el combustible que necesita para envejecer saludablemente", declara.

Fuente de grasas saludables

Uno de los componentes clave en la prevención del Alzheimer a través de la dieta es el consumo de grasas saludables, en particular las grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas, que se encuentran en alimentos como las nueces.

Estas grasas no solo son esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, sino que también juegan un importante papel en la protección del cerebro contra la inflamación, uno de los principales factores asociados con el desarrollo del Alzheimer.

Mujer con nueces en las manos. iStock

Por otro lado, las grasas saturadas han sido vinculadas con un mayor riesgo de deterioro cognitivo y demencia. Por ello, reducir el consumo de alimentos ricos en estas grasas, como los productos ultraprocesados y las frituras, y aumentar el consumo de alimentos ricos en grasas insaturadas, como las nueces, puede contribuir a la salud cerebral a largo plazo.

Antioxidantes y su efecto protector

Las nueces no solo son una fuente de grasas saludables, sino que también están cargadas de antioxidantes, como la vitamina E y los polifenoles, que son conocidos por su capacidad para combatir el estrés oxidativo y la inflamación crónica.

Estos procesos son fundamentales en el envejecimiento y en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Manos sosteniendo un puñado de nueces. iStock

Diversas investigaciones han demostrado que el consumo regular de nueces puede ayudar a reducir el daño oxidativo en el cerebro, lo que se traduce en una menor pérdida de memoria y una mejor función cognitiva en la vejez.

En particular, la vitamina E ha mostrado efectos protectores en el cerebro, ayudando a mantener la integridad de las neuronas y reducir el riesgo de enfermedades como el Alzheimer.

Las nueces y la memoria

Un aspecto interesante de las nueces es que, además de ser beneficiosas para la salud en general, su apariencia incluso parece recordarnos su función. Si observas una nuez, notarás su forma similar a un cerebro humano. 

Varias investigaciones han vinculado el consumo de nueces con una mejor memoria y mayor agudeza mental, lo que puede ser clave para mantener la mente activa y lúcida con el paso del tiempo.

La revista Nutrients publicaba recientemente una investigación que demostraba que las personas que incluían nueces en su dieta regular presentaban mejores puntuaciones en pruebas de memoria, velocidad de procesamiento y flexibilidad cognitiva en comparación con aquellas que no consumían este fruto seco.

Otros alimentos para la salud cerebral

Aunque las nueces son especialmente beneficiosas, no son el único alimento que puede ayudar a reducir el riesgo de Alzheimer. El pescado azul, como el salmón y las sardinas, es otra excelente fuente de grasas saludables, en particular de ácidos grasos omega-3, que también han demostrado tener efectos protectores sobre el cerebro.

Asimismo, el aceite de oliva, el aguacate y las semillas de chía son fuentes ricas en grasas insaturadas que ayudan a mantener el cerebro en óptimas condiciones. La dieta mediterránea, que incluye todos estos alimentos, ha sido ampliamente estudiada y vinculada con una reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

Filete de salmón emplatado. iStock

Este estilo de alimentación se enfoca en el consumo de frutas, verduras, legumbres y fuentes de grasas saludables, lo que lo convierte en una excelente opción para promover la salud cerebral a lo largo de la vida.

Nueces en tu dieta diaria

Añadir nueces a tu dieta diaria no tiene por qué ser complicado. Pueden ser un snack rápido y saludable, o bien puedes incorporarlas en diversas recetas, como simplemente consumir un puñado de estas en cualquier momento del día, o añadirlas a un yogur natural o utilizarlas como base para salsas.

Otra opción interesante es usar nueces molidas como recubrimiento para carnes o pescados. No solo añaden textura y sabor, sino que también incrementan el valor nutritivo del plato. Incluso puedes hacer postres saludables, como tartas o galletas, utilizando nueces como uno de los ingredientes principales.

Leche con fruta y nueces. iStock

De esta manera, no solo te estarás asegurando consumir un dulce más saludable, sino que también obtienes los beneficios cognitivos de este superalimento.

Una dieta equilibrada

Es importante recordar que aunque la alimentación juega un papel crucial en la prevención de enfermedades como el Alzheimer, no es el único factor determinante. El ejercicio físico regular, el control del estrés, el descanso adecuado y la estimulación mental también son esenciales para mantener una buena salud cerebral.

No obstante, incluir alimentos como las nueces en tu dieta diaria es una manera simple y efectiva de cuidar tu cerebro y reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas.

Al optar por alimentos ricos en nutrientes y grasas saludables, no solo estás protegiendo tu cerebro, sino que también estás invirtiendo en tu bienestar a largo plazo.