Imagen de archivo del personal sanitario de un hospital atendiendo a un paciente ingresado en la UCI.

Imagen de archivo del personal sanitario de un hospital atendiendo a un paciente ingresado en la UCI. Europa Press

Salud

Crean una 'calculadora' para predecir si una persona con cáncer morirá en 90 días: el dilema tras el avance

10 octubre, 2024 01:54

Oriol Mirallas realizó su segundo año como médico residente con 27 años. Pese a ser más mayor que la mayoría de sus compañeros de residencia (antes de Medicina, estudió Bioquímica), no estaba "tan curtido" como los más veteranos del hospital y "todo" le sorprendía. "Veía que la tendencia en un proceso agudo en Urgencias era la de ir a por todas, hacer el tratamiento más agresivo posible", relata a EL ESPAÑOL.

En los pacientes oncológicos, el actual adjunto del servicio de Oncología Médica del Hospital Vall d’Hebron cree que la situación era incluso peor: "Estábamos haciendo más cosas de las que deberíamos, y cosas que no llevaban a un beneficio para el paciente". Fue entonces cuando ideó una 'calculadora' con la que pronosticar la mortalidad a 90 días en pacientes con cáncer metastásico. Para ello, recopiló los datos de más de 1.000 pacientes que habían recibido tratamiento sistémico en los últimos seis meses.

Los resultados del estudio acaban de publicarse en la prestigiosa revista The Lancet, con la premisa de "cubrir un vacío en la práctica clínica". Y es que, hasta ahora, para los pacientes oncológicos hospitalizados no tenían ninguna herramienta para saber su pronóstico; tenían que extrapolar los datos ambulatorios. Con PROMISE Score, como se conoce a esta aplicación web, se podrá ajustar el tratamiento acorde a las expectativas del enfermo.

Además del Vall d’Hebron, la precisión del riesgo de mortalidad ha quedado validada con pacientes del Hospital del Mar y del Hospital de Sant Pau. Aunque ya se ha llegado a un acuerdo con "diferentes hospitales del mundo" para realizar un ensayo prospectivo internacional y comprobar si los datos se pueden extrapolar a otras poblaciones. De ser así, la herramienta "se añadirá al criterio de cada médico". Pero, ¿querrán saber los facultativos el riesgo de mortalidad del paciente? ¿Y el propio afectado?

Dato objetivo, decisión subjetiva

Con este modelo pronóstico, se obtiene "un dato objetivo" que ayudará a conocer la evolución del paciente al ingresar en planta. No obstante, la decisión de trasladárselo dependerá de cada médico. Mirallas, por su parte, no se considera partidario de dar esta información: "Si vas a Urgencias y me preguntan '¿cuál es el riesgo' y les respondo "un 95% de mortalidad", pues igual no es un dato para compartir". También dependerá del paciente que se enfrente a esta situación: los hay que piden "mucha información", y también están los que mejor no prefieren saber nada.

"El paciente es el primer interesado en no perder el tiempo". Quien habla en esta ocasión es Pedro Pérez Segura, jefe del Servicio de Oncología Médica del Hospital Clínico San Carlos y miembro de la Fundación ECO. Aunque no ha participado en su desarrollo, cree que es "una herramienta útil" que ayudará a conocer qué pacientes podrían beneficiarse del tratamiento activo y para cuáles será mejor optar por los cuidados paliativos.

En algunos casos, la herramienta también servirá para confirmar las sospechas de los médicos. Por ejemplo, si acude un paciente con cáncer de páncreas y con un peso cercano a los 30 kilos, el resultado será de un riesgo de mortalidad alto que corroborará "lo que ya se está viendo". Aunque bajo ningún concepto se plantea que sea la 'calculadora' la que decida el destino del paciente.

Gracias a esta nueva herramienta, se evitaría a los pacientes con alto riesgo de mortalidad tratamientos invasivos que no mejorarán su pronóstico, reduciendo el sufrimiento innecesario. Aunque, en realidad, su principal función no es la de detectar qué pacientes tienen pocas probabilidades de sobrevivir, sino tratar a aquellos en los que se puede aumentar la esperanza de vida. "Nos sirve para comprobar que no todos los tumores son iguales", señala Berta Martín Cullell, oncóloga del Hospital de Sant Pau y una de las investigadoras del citado estudio.

"Se trata de identificar a aquellos pacientes que tienen un buen pronóstico como para poder luchar más por ellos", prosigue. Por ello la herramienta cuenta con hasta tres categorías distintas (bajo, intermedio y alto), para que no se solapen a nivel de mortalidad entre los dos extremos.

Para Martín Cullell, esta herramienta no supondrá un riesgo añadido al cuidado de los pacientes oncológicos, pues están más que acostumbrados a trabajar bajo presión y con preguntas que siempre giran en torno a la misma: "¿Qué pronóstico tiene?". De hecho, el no tener nada hasta el momento con lo que responder a esta cuestión es "lo que realmente ocasionaba un malestar". Aun así, piensa que "seguro que habrá compañeros que no la utilicen".

El uso generalizado dependerá de si los datos que ofrece la 'calculadora' se correlacionan con la realidad. Para ello necesitarán contar con más pacientes y poblaciones más diversas, para quienes esperan que el nivel de precisión sea similar al obtenido hasta la fecha.