David Bueno i Torrens.

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Salud

David Bueno, catedrático de Neuroeducación: "Los niños deberían usar más papel y lápiz y menos tabletas"

12 octubre, 2024 02:33

"La pedagogía tiene mucho por hacer para ajustar la forma en la que educamos con la que evaluamos". David Bueno i Torrens (Barcelona, 1965), profesor de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo, y catedrático en Neuroeducación de la Universidad de Barcelona, resume la paradoja educativa de nuestro tiempo: damos cada vez más recursos tecnológicos a los alumnos en España, pero su nivel en la prueba PISA cae. El autor de El cerebro del adolescente y Educa tu cerebro [Grijalbo] prefiere ser integrador a apocalíptico, defendiendo la flexibilización de las evaluaciones. Pero advierte: en materia de pantallas, hemos ido demasiado lejos.

La neuropedagogía es una disciplina cada vez más popular. ¿Entendemos que el éxito educativo y la morfología del cerebro son indisociables?

Ha habido una explosión brutal de conocimiento sobre el cerebro en estos últimos 25 años, y eso nos permite profundizar cada vez más en sus mecanismos. Pero hay otra parte que me preocupa, y es que lo 'neuro' está de moda. Es un prefijo que se pone delante de cualquier cosa, una marca casi comercial que en algunos casos tiene sentido pero en otros solo sirve para vender un producto.

¿Se refiere a las técnicas y fórmulas que aseguran que puedes 'hackear' tu cerebro para ser más eficiente y exitoso?

No solo para 'hackear': muchas veces te encuentras lo que llamamos 'neuromitos', creencias que se difunden por intereses comerciales pero que no tienen una demostración neurocientífica detrás. Un ejemplo es el famoso 'efecto Mozart'. Los que niños que escuchen música clásica no serán más inteligentes, aunque sí desarrollarán otras habilidades específicas. ¡Pero para eso da igual que sea Mozart o Iron Maiden, que a mí me gusta el heavy!

¿Somos también cada vez más conscientes de la importancia de mantener hábitos neurosaludables para evitar discapacidades en el futuro?

Sí, pero una cosa es ser conscientes y otra ponerlo en práctica. La gente mayor conoce la importancia de tener un cerebro activo y hacer ejercicio adecuado a la edad. Pero no lo veo tanto en jóvenes, y es cuando hay que empezar. Sigo viendo a muchos que no hacen deporte, que consumen alcohol en exceso o que toman drogas. En la universidad vemos a estudiantes que fuman marihuana, que es terriblemente tóxica para el cerebro, y lo saben, porque precisamente estudian Biología.

¿Entra aquí el concepto de 'reserva cognitiva'? ¿Se puede 'fortalecer' el cerebro de cara al deterioro que vendrá con la edad?

Un cerebro bien entrenado funciona en base a las conexiones que establecen las neuronas entre ellas a lo largo de la vida, en función de cómo lo usemos y con qué intensidad. Una persona mentalmente activa, que estudia y aprende, que está pendiente de las novedades a su alrededor, que socializa, tiene un estímulo brutal. Hacer deporte, escuchar música, ver teatro, leer...  generará muchas más conexiones. Y al perder neuronas con la edad, tardará mucho más en notarlo. Puedes ganar una década de calidad de vida cerebral, que es mucho.

¿Delegar funciones en los dispositivos, dejando de memorizar recorridos o de calcular de cabeza porque lo haceel móvil, reduce nuestra reserva cognitiva?

Sí, si no cambiamos estas tareas por otras que nos potencien mentalmente de otra manera. Si aprovechamos para hacer otras cosas cuando no necesitamos usar el cerebro gracias a la tecnología, no hay ningún problema. ¿Deben los estudiantes usar la inteligencia artificial de chatGPT o no? Si lo usan para copiar lo que les dice sin pensarlo, eso perjudica la función cerebral. Pero si lo usan de base para perfeccionar y dar un paso más allá, ahí no hay ningún problema.

Usted sostiene que no hay peligro con el uso de la tecnología sino con el abuso. ¿Cómo podemos marcar adecuadamente los límites?

Si hablamos de niños, hasta los 6 u 8 años no deberían usar tecnología digital para nada, excepto en momentos puntuales como al usar la pizarra digital de su clase. No debería ser en ningún caso ni el instrumento principal de aprendizaje, ni la diversión, ni para tenerlos aparcados y que no molesten. Deben jugar a lo clásico: el cerebro tiene que aprender a través de todos los sentidos, interactuando con el entorno real, físico, natural y social. Luego, entre los 8 años y la preadolescencia, entre media hora y una hora sería un uso razonable. Finalmente, en la adolescencia, entre una hora y dos horas. Más allá lo podemos considerar un abuso.

David Bueno i Torrens. Grijalbo.

David Bueno i Torrens. Grijalbo.

¿Cómo valora la introducción de los dispositivos digitales en las aulas de España?

Si lo usan cuándo y cómo hace falta, para mí es una ventaja. Les abre la mente a un mundo externo al que no tendrían acceso de otra forma. Pero eso no significa que la pizarra digital pueda sustituir al maestro o maestra en Educación Infantil. No canta canciones, no lee cuentos, no transmite a través de la voz, no tiene comunicación no verbal... Cuando se han hecho programas de 'un ordenador por alumno' en España, ves centros educativos que sólo los sacan cuando hace falta. Pero en otros los abren sobre la mesa a las ocho de la mañana y no lo apagan hasta las tres. ¿Qué te pierdes ahí? La mirada de tu profesor, tirar bolitas de papel... todas esas cosas sanas.

¿De ahí la paradoja de los 'nativos digitales', que no tienen en realidad más competencias porque solo aprendieron a usar las aplicaciones más simples? 

Yo le robo la expresión a Francesc Pedró, un filósofo de la educación que conozco bien, para decir que son en realidad 'huérfanos digitales', porque los adultos no les hemos podido enseñar bien. Pensamos que por haber nacido con el iPad debajo del brazo van a saber usarlo, pero hay que aprender también cuándo, dónde y para qué.

¿Se ha producido un retroceso educativo en la capacidad de comprensión lectora y el razonamiento lógico-matemático tras la llegada de las pantallas?

Sí, y ya empezamos a tener los datos. Leer a través de un soporte digital dificulta la comprensión, exige mucha más energía al cerebro para focalizar la atención. En la hoja escrita, por el contrario, las frases no cambian de sitio. En tus apuntes, la frase que estaba en el medio de la página seguirá estando ahí la semana que viene. No existe el scroll que obliga al cerebro constantemente a resituarse y deja menos atención para poder reflexionar y comprender.

¿Se ha podido cuantificar la pérdida de nivel académico, evidenciada por el retroceso de España en clasificaciones como PISA?

Las comparaciones son traicioneras. Ha habido más cambios culturales y sociales que la tecnología. A lo mejor las generaciones actuales puntúan un poquito más bajo, pero han mejorado en capacidad de empoderamiento. En mi época primaba la memorización: el día del examen tenías que ponerlo exactamente como venía en el libro. Tu capacidad de tomar decisiones estaba mutilada. Ahora, vemos a adolescentes involucrados en movimientos sociales, es una señal buena de madurez.

¿Podemos compararnos con alguien? Sí, con Portugal, un país con el que tenemos una permeabilidad absoluta. Y ha mejorado muchísimo en las pruebas de PISA. Hace poco conocí al exministro Nuno Crato que estuvo implicado en este cambio, y me dijo: "¿Sabes cuál es el secreto? Que no hemos cambiado el plan educativo en 20 años".

Efectivamente, Portugal lidera sobre España en Lectura y Matemáticas. ¿A qué se refería el ministro?

A tener un currículum que se pueda actualizar dentro de un sistema general educativo que se mantenga estable. Aquí la tendencia es cambiar algo casi con cada cambio de gobierno. ¡Así parece que estamos trabajando! Y no es tanto por las pantallas, sino porque los docentes se sienten cómodos. No tienen que estar repensando todo cada seis años. Y esta estabilidad se transmite a los estudiantes. Yo abogaría por un pacto de Estado para la Educación, que se fuera actualizando y adecuando a la realidad desde cada territorio, pero manteniendo al menos unas bases comunes y estables.

¿Va a ser necesario dar marcha atrás en la escuela y recuperar el libro tradicional?

Habría que retroceder un poco y usar más papel y lápiz, incluso en la universidad. Prácticamente todos vienen ya con el portátil o la tableta, y te piden que cuelgues tú las diapositivas que vas a proyectar en el Campus Virtual. ¡Y si no viene el texto, a veces se quejan de tener que escribir! La tecnología digital tiene ventajas, pero hay que buscar de nuevo el equilibrio. Los movimientos sutiles de la muñeca y de los dedos al escribir a mano activan más redes neuronales y permiten fijar mejor los conocimientos. Cuando pasas los apuntes a limpio, estás obligando a tu cerebro a reinterpretar lo que está apuntado ahí, con lo que fijas mejor esos aprendizajes.

¿Están sufriendo las nuevas generaciones una 'perdida de vocabulario emocional', como alertan los psiquiatras, que incide en la salud mental?

Pero es que los adultos también somos bastante analfabetos emocionales. Yo fui a un colegio religioso de chicos, y cuando uno se hacía daño y lloraba, la expresión típica del docente era: 'Los hombres no lloran'. Nos hemos ido castrando emocionalmente, fingiendo ser siempre fuertes, pero todos tenemos debilidades. Si no reconoces tus emociones, no las vas a poder gestionar. Y si no hemos educado bien emocionalmente, la tecnología digital lo dificultad todavía más. Todas las barbaridades que se dicen en las redes sociales no las diríamos a la cara. Nos falta racionalizar las emociones, y se nota en salud mental. No es lo mismo un emoticono que ver la cara de la persona con la que estás conversando.

¿Necesitamos una regulación más estricta de las redes sociales para evitar una exposición abusiva, sobre todo para los más jóvenes?

Creo que sí, vamos a necesitar algún tipo de normativa de control especialmente para los móviles, sabiendo que al final son los padres los que van a tener que decidir. Pero no una regulación de obligado cumplimiento. Eso nos acerca un autoritarismo que para mí no es deseable de ninguna manera.