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Las mascarillas podrían volver a estar muy presentes en España. El Ministerio de Sanidad aconseja llevar estos utensilios durante toda la temporada de gripe y virus respiratorios pero además valora la posibilidad de que su uso pueda ser de nuevo obligatorio en centros sanitarios en escenarios en los que exista una transmisión muy alta. Serán las comunidades las que finalmente decidan si se impone en estos lugares o se recomienda en otros con grandes aglomeraciones como los supermercados, los teatros, los cines o el transporte público.

Así aparece en el borrador de medidas de prevención y control de las enfermedades respiratorias que será presentado este jueves a las comunidades autónomas en la Comisión de Salud Pública. El objetivo no es otro que "garantizar la coordinación entre los territorios independientemente de que cada comunidad o ciudad autónoma pueda estar en un escenario de riesgo diferente o pueda implementar tantas medidas complementarias como considere adecuadas".

El documento plantea cuatro escenarios de transmisión fundamentales, numerados del 0 al 3, siendo este último el de mayor riesgo o incluso riesgo "pandémico". 

En el escenario 2, Sanidad valora la "obligatoriedad de la mascarilla de manera general" en los centros sanitarios y recomienda su uso en supermercados, transporte público y espacios cerrados como cines, teatros, salas de concierto, gimnasios y salas de baile. "Se pueden restringir las visitas de cortesía, siempre valorando la repercusión emocional que puede tener esto en las personas más vulnerables y minimizando las restricción en estos casos", reza el documento.

Asimismo, llegados al escenario 3, además de las anteriores medidas, se podría valorar la adopción de actuaciones "adicionales y excepcionales que se implementarán de acuerdo a la normativa específica". El documento también contempla que cada comunidad "pueda implementar tantas medidas complementarias como considere adecuadas" en función de su situación.

En cualquier caso, independientemente del escenario en el que nos encontremos, Sanidad recomienda el uso de mascarilla a todas las personas con síntomas respiratorios que acudan a cualquier espacio. También aconseja los cubrebocas tanto para el personal sanitario como para los pacientes y acompañantes que acudan a los centros de salud, y aboga por permitir el teletrabajo a las personas contagiadas o con síntomas compatibles con infecciones agudas.

Los expertos en salud pública consultados por EL ESPAÑOL acogen con entusiasmo la recomendación (e indicación) de la mascarilla en centros de salud, hospitales y residencias de ancianos. También lo hacen para lugares públicos y aglomeraciones, eso sí, con matices.

"El planteamiento del Ministerio de Sanidad es totalmente sensato y coherente con la situación epidemiológica", afirma Daniel López Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS y profesor asociado de la Escuela Andaluza de Salud Pública.

"La estrategia que se propone en razón de la evolución de las infecciones respiratorias agudas (gripe, Covid y VRS principalmente) y el uso de la mascarilla como forma de proteger frente al contagio en ámbitos cerrados y sociosanitarios es una medida que llega a tiempo, es lo correcto y servirá no solo para evitar la saturación de centros de salud y hospitales sino para reducir las infecciones".

Sobre los entornos no sanitarios donde podría recomendarse, coincide nuevamente con lo planteado en el documento que Sanidad lleva ante las comunidades.

"Todo lugar que tenga una concentración grande de personas y una interacción cercana entre ellas -y donde no hay necesariamente otras medidas de protección-, es importante que se fomente el uso individual de las mascarillas".

López Acuña apunta que esta medida debe acompañarse de la vacunación de gripe y Covid (y la inmunización frente al VRS) en aquellos grupos de riesgo.

Por su parte, Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, sostiene que la mascarilla es una medida "necesaria" en los hospitales y centros de salud. "Favorecerá la disminución de las infecciones, sin duda ninguna".

A este respecto, recuerda que no debe de plantearse la mascarilla como un elemento negativo "sino protector, y más en una época donde la situación epidemiológica puede empeorar progresivamente" como es el invierno.

Destaca lo positivo que es que tanto profesionales como pacientes y sus cuidadores la utilicen, y también rompe una lanza en favor de otras medidas no farmacológicas planteadas y que, en ocasiones, parecen haberse olvidado, especialmente la higiene de manos.

"La mascarilla es, sin duda, un elemento muy importante, pero el lavado de manos debe favorecerse porque ayudará a parar las infecciones". 

Más allá de los establecimientos sanitarios y las residencias, March observa lo positivo que es el uso de mascarilla en trabajadores que tengan contacto estrecho con mucha gente, "como las cajeras de los supermercados. Es una medida de gran interés".

Donde quizá no la ve tan necesaria es en otro tipo de establecimientos como cines o teatros. Aunque se trate de lugares cerrados, "la gente está callada, sentada, y probablemente no haya mucha actividad de transmisión de los virus".

Pero apostilla que no hay que descartarlo. "Si lo han estudiado, tendrá su valoración y supongo que será útil".