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El cáncer de colon es el tumor más frecuente en España si consideramos a la población general. Sin embargo, al desagregar por sexos, se sitúa tanto para hombres como mujeres en segunda posición. En las mujeres, el primer lugar lo ocupa el cáncer de mama; en los hombres, el cáncer de próstata. Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, en 2023 en España se diagnosticaron 33.769 nuevos casos de este tipo de cáncer y 6.011 personas fallecieron por esta causa.

La próstata es una glándula del sistema reproductor masculino, situada justo debajo de la vejiga y delante del recto. Su tamaño es similar al de una nuez y rodea parte de la uretra, el conducto por el cual se expulsa la orina desde la vejiga al exterior del cuerpo. Su función principal es producir un fluido que forma parte del semen, el cual nutre y protege a los espermatozoides, contribuyendo así a la fertilidad masculina.

Tal como informa la AECC, el cáncer de próstata es una enfermedad que se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada y es raro en menores de 50 años, pero su incidencia aumenta rápidamente a partir de esa edad. Ocurre cuando células prostáticas mutan y se multiplican sin control, pudiendo diseminarse a otras partes del cuerpo, como huesos y ganglios linfáticos, lo que causa metástasis. 

Atención a los síntomas

La detección temprana de este cáncer es fundamental para garantizar la supervivencia de los pacientes. Se estima que alrededor del 75% de los pacientes afectados lo supera. Por ello, es fundamental conocer los síntomas. 

Entre los síntomas que puede aparecer en fase inicial, encontramos estos:

Dificultad para orinar o flujo urinario débil. El crecimiento del tumor o de la próstata misma puede obstruir parcialmente la uretra, dificultando el inicio de la micción y provocando un flujo más débil.

Interrupción del flujo de orina. La obstrucción también puede hacer que el flujo de orina se detenga bruscamente, causando un patrón intermitente.

Aumento de la frecuencia de la micción, especialmente por la noche. La obstrucción puede generar una sensación constante de tener que vaciar la vejiga, incluso cuando no está llena, provocando mayor frecuencia de micciones, conocida como "nicturia" cuando ocurre por la noche.

Escozor o dolor al orinar. El agrandamiento o inflamación de la próstata puede causar dolor o ardor durante la micción.

Aunque menos comunes, estos síntomas también pueden ser un indicio a los que prestar atención:

Sangre en la orina o en el semen. La presencia de sangre puede ser causada por el crecimiento del tumor que invade vasos sanguíneos o tejido cercano.

Disfunción eréctil. La compresión de los nervios y tejidos alrededor de la próstata, así como el impacto psicológico del cáncer, pueden contribuir a la dificultad en alcanzar o mantener una erección.

Factores de riesgo

Según la Sociedad Española de Oncología Médica, el cáncer es una enfermedad genética, ya que los tumores surgen a partir de mutaciones que provocan una multiplicación y crecimiento descontrolado de las células en tejidos sanos. Las causas exactas de este cáncer aún no se conocen, aunque se cree que resultan de la interacción de múltiples factores que aumentan el riesgo de desarrollarlo. Entre ellos:

Edad. Principal factor de riesgo, incrementándose en hombres blancos a partir de los 50-60 años y en hombres negros o con antecedentes familiares desde los 40.

Raza. Más frecuente en hombres negros, quienes además presentan peor pronóstico; menos común en países asiáticos.

Historia familiar y genética.Aproximadamente el 10% de los casos son hereditarios. Mutaciones en genes como BRCA2 y, en menor medida, BRCA1, aumentan el riesgo de cáncer de próstata, junto con otros genes como CHEK2, ATM, y HOXB13.

Dieta y estilo de vida. Dietas ricas en grasas animales, consumo de alcohol y omega-3, y obesidad se asocian con mayor riesgo. El tabaco y la inflamación crónica también podrían influir, aunque con menor evidencia.

Del mismo modo, existen factores protectores, entre los cuales podemos destacar los siguientes:

Dieta. Alimentos ricos en licopeno (como tomate y sandía) y fitoestrógenos (como la soja) y el consumo de café podrían reducir el riesgo.

Ejercicio físico. Puede reducir el riesgo, especialmente en hombres mayores de 65 años que practican actividad vigorosa.

Fármacos. Algunos inhibidores de la 5-alfa reductasa pueden disminuir el riesgo, aunque no se recomiendan como preventivos por posibles efectos secundarios.

La detección precoz

La detección temprana del cáncer de próstata es clave para reducir la mortalidad y mejorar la calidad de vida de los afectados. Desde la introducción de la prueba del antígeno prostático específico (PSA) en los años 70, se han reducido hasta un 21% las muertes por este cáncer.

La prueba de PSA mide los niveles de esta proteína, que suelen estar elevados en los pacientes con cáncer de próstata, aunque no siempre indican la enfermedad, ya que pueden elevarse también en afecciones benignas.

Existen dos tipos de cribado: el cribado poblacional (no implementado en España) dirigido a hombres asintomáticos con factores de riesgo, y el cribado oportunista, que el paciente o el médico impulsan. Además, el examen rectal digital (DRE) y la consulta sobre estos exámenes con el médico son recomendados, especialmente para hombres mayores de 50 años o con antecedentes familiares.