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A mediados de 2024, conscientes de la gravedad de los accidentes cerebrovasculares, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas actualizaron la Estrategia del Ictus del Sistema Nacional de Salud de 2009 para mejorar la prevención y tratamiento de esta enfermedad. Aunque se han logrado avances, los accidentes cerebrovasculares siguen siendo una de las principales causas de discapacidad y muerte en España, con aproximadamente 120.000 casos anuales.

En un contexto como este, cualquier avance en la prevención de los accidentes cerebrovasculares debe ser bien recibido. En esta línea, algunos organismos como los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos afirman que alrededor del 80% de los accidentes cerebrovasculares se pueden prevenir. Por ese motivo, han adoptado unas nuevas pautas de prevención de accidentes cerebrovasculares que han sido publicadas recientemente.

"La forma más eficaz de reducir la cantidad de derrames cerebrales y las muertes relacionadas es evitar que ocurra el primero, un enfoque conocido como prevención primaria", explica Cheryl D. Bushnell, profesora y vicepresidenta de investigación en el departamento de neurología de la Facultad de Medicina de la Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte. 

Múltiples factores

Sin embargo, alcanzar este objetivo no siempre es sencillo, ya que existen múltiples factores en juego: desde la predisposición genética hasta las barreras en el acceso a la atención médica. Refiriéndose a Estados Unidos, señala que la inaccesibilidad o el alto costo de los servicios de salud pueden dificultar que muchas personas reciban la atención preventiva y las pruebas de detección necesarias para prevenir el primer derrame cerebral.

Por tanto, es fundamental trabajar en la prevención, evitando hábitos que aumenten el riesgo y adoptando aquellos que los minimicen. Algo en lo que coinciden tanto expertos como organismos e instituciones sanitarias.

Adoptar una dieta saludable

Seguir una dieta adecuada es fundamental para reducir el riesgo de derrames cerebrales. La dietista Julia Zumpano, de Cleveland Clinic, asegura que "se ha demostrado clínicamente que la dieta mediterránea reduce la incidencia de derrames cerebrales". Este estilo de alimentación, basado en frutas, verduras, cereales integrales, pescado y aceite de oliva, ayuda a prevenir factores de riesgo como obesidad, diabetes, colesterol alto y presión arterial elevada.

Mantenerte en movimiento

La actividad física es clave para mantener la salud cardiovascular y reducir las probabilidades de sufrir un derrame. Cheng-Han Chen, cardiólogo intervencionista, recomienda incluir caminatas cortas durante el día: "Con solo tomar descansos de cinco minutos para caminar cada una o dos horas, puedes acumular más de 30 a 40 minutos de actividad física diaria que de otro modo habrías pasado sentado", señala.

Evitar el tabaco

Fumar duplica el riesgo de sufrir un derrame cerebral, afectando también a quienes respiran humo de segunda mano. La buena noticia es que dejar de fumar tiene un impacto positivo: tras dos años, el riesgo disminuye considerablemente y, en cinco años, se equipara al de alguien que nunca ha fumado.

Moderar el consumo de alcohol

El consumo excesivo de alcohol aumenta las probabilidades de derrame al elevar la presión arterial, favorecer el sobrepeso y contribuir al desarrollo de diabetes tipo 2. También incrementa el riesgo de fibrilación auricular, un tipo de arritmia que aumenta las probabilidades de sufrir un derrame cerebral. 

Descansar lo necesario

Dormir entre siete y nueve horas diarias ayuda a reducir el riesgo de derrame. Tanto la falta como el exceso de sueño se han asociado a un mayor riesgo, por lo que los especialistas recomiendan cuidar este equilibrio para mantener la salud cerebral en óptimas condiciones.

Controlar el estrés

El estrés crónico puede afectar la presión arterial y la frecuencia cardíaca, generando inflamación y aumentando el riesgo de derrame. Según la Cleveland Clinic, es importante aprender a manejar el estrés, ya sea a través de técnicas de respiración, meditación o actividades que promuevan la relajación, para evitar que tenga un impacto negativo en la salud cerebrovascular.

Presión arterial y el colesterol

La hipertensión y el colesterol alto son factores de riesgo clave para el derrame cerebral. Es fundamental monitorearlos regularmente y trabajar con el médico para mantenerlos en niveles saludables. Chen recomienda la dieta DASH, que limita el consumo de sal y alimentos procesados, como una estrategia eficaz para reducir la hipertensión.

Azúcar en sangre

La diabetes tipo 2 aumenta las probabilidades de sufrir un derrame cerebral. Chen sugiere mantener los niveles de azúcar en sangre dentro de un rango saludable a través de una dieta equilibrada, ejercicio y, si es necesario, medicación específica bajo supervisión médica. Mantener el azúcar en sangre estable reduce el daño a los vasos sanguíneos y, con ello, el riesgo de derrame.

Chequeos regulares

El neurólogo José M. Morales resalta que "las nuevas pautas de prevención han sido bien recibidas y esperadas desde hace tiempo". En su opinión, las revisiones médicas son clave para detectar factores de riesgo antes de que se conviertan en problemas mayores. Asistir a chequeos permite al médico monitorear la presión arterial, el colesterol, el azúcar en sangre y otros aspectos clave.