No está entre los más frecuentes, pero no por ello hay que dejar de prestarle la atención que se merece. Según los datos del Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, el cáncer de páncreas es el octavo más frecuente en nuestro país con una incidencia en 2023 de 8.993 casos. La mayoría de ellos, en personas entre los 65 y 70 años.
“El cáncer de páncreas es una forma de cáncer que se presenta en tan solo el 1,8 % de todos los casos nuevos de cáncer”, afirma el Dr. Samrat V. Jankar, gastroenterólogo y cirujano gastrointestinal,en declaraciones a Parade. A pesar de ese dato, es una de las principales causas de muerte por cáncer. El motivo es que normalmente se detecta en una etapa avanzada, ya que sus síntomas son compartidos por otras enfermedades.
Además, como señala la AECC, “para este tumor no disponemos hoy en día, de un programa de cribado o screening que nos lleve a un diagnóstico precoz. Como en el resto de los tumores para llegar al diagnóstico nos basaremos en la historia clínica detallada, pruebas de imagen, estudios de laboratorio y características patológicas de la enfermedad”. Entre ellas, la más característica es la que se conoce como colangiopancreatografía.
Síntomas ambiguos
Ante las dificultades para detectarlos en una etapa temprana, Dr. Jankar señala la necesidad de no despreciar ninguna señal, aunque pueda corresponder a cualquier otra causa o enfermedad. “Si nota cambios en sus hábitos intestinales, o siente dolor en la parte superior del abdomen o la espalda”, advierte, “consulte a un médico, ya que estos son síntomas iniciales que suelen pasar desapercibidos”.
Entre los signos tempranos, menciona cambios en el tránsito intestinal, como estreñimiento o diarrea. Cualquier cambio que se vuelva frecuente y no sea normal para la persona no debe ignorarse.
El cáncer de páncreas también puede causar dolor en el abdomen o la parte baja de la espalda, ya que un tumor en esta zona podría presionar la columna vertebral. Este dolor, explica, suele intensificarse al acostarse y mejora al inclinarse hacia adelante.
Otros posibles síntomas tempranos incluyen pérdida repentina de peso, fatiga e ictericia (color amarillento en la piel). “Algunas personas también pueden experimentar indigestión después de las comidas o dificultades para digerir los alimentos”, explica el Dr. Jankar, quien también menciona otros síntomas menos comunes como coágulos de sangre, depresión o hinchazón en la cara y el cuerpo.
Ante cualquiera de estos síntomas, el Dr. Jankar aconseja acudir a un médico lo antes posible. “Probablemente se solicite una tomografía computarizada para ayudar a diagnosticar la afección”, indica. También pueden analizarse muestras de sangre para detectar niveles elevados de enzimas que podrían indicar cáncer de páncreas. Si estas pruebas no son concluyentes, podría ser necesaria una biopsia para confirmar el diagnóstico.
Prevenir para reducir riesgos
Como explica la American Cancer Society, no se conocen las causas exactas, pero se han identificado varios factores de riesgo y algunos mecanismos genéticos implicados. Los oncogenes promueven el crecimiento celular, mientras que los genes supresores de tumores controlan esta división y desencadenan la muerte celular en el momento adecuado. El cáncer puede surgir cuando mutaciones activan oncogenes o desactivan genes supresores.
Las mutaciones genéticas pueden ser hereditarias o adquiridas. La mayoría son adquiridas después del nacimiento, en ocasiones por exposición a agentes como el humo del tabaco, aunque a menudo ocurren sin causa externa aparente. Por eso, la American Cancer Society recomienda adoptar algunos hábitos que pueden ayudar a reducir las posibilidades de sufrirlo.
Evitar el hábito de fumar es fundamental, ya que se considera el principal factor de riesgo prevenible para el cáncer de páncreas. Se estima que el riesgo es aproximadamente el doble en los fumadores y que alrededor de 25% de los cánceres pancreáticos son a causa de fumar cigarrillos.
Mantener un peso saludable y realizar actividad física regularmente también pueden ayudar a reducir el riesgo. Del mismo modo, una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras y granos integrales, y limite el consumo de carnes rojas, procesadas y bebidas azucaradas, es esencial para reducir factores de riesgo.
El consumo excesivo de alcohol se ha vinculado con el cáncer de páncreas y otras afecciones como la pancreatitis crónica, que aumenta el riesgo de cáncer pancreático. Por tanto, el especialista recomienda evitar la ingesta de todo tipo de bebidas alcohólicas.
Finalmente, reducir la exposición a ciertas sustancias como los disolventes y otros agentes químicos en el entorno laboral puede ser otra medida efectiva para disminuir el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.