Soy químico y este es el único detergente que siempre recomiendo para la lavadora: "Hay dos ingredientes claves"
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Buscar el mejor detergente para lavadora, al igual que cuando buscamos un jabón de manos adecuado, puede parecer una tarea sencilla, pero la realidad es que el mercado ofrece una amplia variedad de opciones y formatos que pueden dificultar mucho la elección. Desde detergentes líquidos hasta detergentes en polvo, pasando por productos con envases reciclables o fórmulas específicas, las posibilidades son numerosas.
A esto se unen también los ingredientes químicos que componen cada detergente, como enzimas o tensioactivos y que pueden ser determinantes en su eficacia, pero también generan dudas sobre cuál es la mejor opción para cada tipo de ropa y lavado. También encontramos importantes diferencias de precios, que muchas veces no reflejan directamente la calidad del producto.
La realidad es que la elección del tipo de detergente sí importa y puede marcar una importante diferencia en el resultado final que podamos obtener en la limpieza de las diferentes prendas. Sobre esto ha hablado precisamente el químico y experto de la Universidad de Tasmania, Nathan Kilah. Este experto ha compartido los aspectos fundamentales a la hora de elegir un buen detergente y lo ha hecho a través de un artículo escrito en Science Alert.
Según Nathan Kilah, los consumidores deben considerar tanto sus preferencias personales como las necesidades específicas de las prendas que lavan. Cada tejido y tipo de mancha puede requerir un enfoque diferente, por lo que entender las propiedades de los detergentes es clave para obtener mejores resultados. Por ejemplo, resalta la importancia de adaptar la temperatura del lavado y elegir fórmulas que se ajusten a nuestras condiciones específicas.
En su caso, Kilah recomienda lavar la ropa a 20 °C para ahorrar energía y asegurar un buen lavado de las prendas. Además, asegura que siempre opta por detergentes que contienen una amplia gama de enzimas y peróxido activado, ya que estos componentes potencian la eliminación de manchas difíciles, incluso en ciclos de lavado a baja temperatura. También destaca la eficacia de reducir a la mitad la dosis recomendada, una práctica que considera efectiva y más sostenible.
Ingredientes más importantes en los detergentes
Natah Kilah comienza explicando que los detergentes para lavar la ropa, ya sean líquidos o en polvo, funcionan gracias a los surfactantes, moléculas diseñadas para eliminar la suciedad. Estas tienen una doble estructura: una parte se une al agua y otra a los aceites, lo que permite despegar la grasa de las telas y suspenderla en el agua para un lavado eficaz.
Sin embargo, destaca que en aguas duras con alto contenido de sales de calcio y magnesio, estas moléculas pueden formar residuos de jabón, lo que reduce su eficacia. Para contrarrestar este problema, los detergentes modernos incluyen suavizantes de agua y fosfatos, aunque su uso se ha limitado por su impacto ambiental.
Por ello, además de los surfactantes, los detergentes para ropa contienen otros componentes esenciales. Por ejemplo, los polvos suelen incluir sulfato de sodio, que aporta volumen y evita que las partículas se aglomeren. También es común encontrar carbonato de sodio, un compuesto químico que modifica la grasa y la suciedad, facilitando su disolución en agua. Este ingrediente, pariente del bicarbonato de sodio, asegura que es particularmente eficaz en la limpieza de manchas difíciles.
Los detergentes también suelen incorporar agentes oxidantes como el percarbonato de sodio, una mezcla estable de carbonato de sodio y peróxido de hidrógeno. Este componente, activado por un aditivo conocido como tetraacetiletilendiamina (TAED), proporciona un efecto blanqueador suave y es ideal para mantener la ropa limpia sin dañar los tejidos.
Una de las ventajas químicas de los detergentes en polvo es que sus ingredientes se pueden mantener separados en forma sólida, lo que permite mezclar diferentes tipos de gránulos. Esto facilita la incorporación de múltiples funciones en un solo producto, mejorando su eficacia en el lavado.
Muchos detergentes incluyen también abrillantadores ópticos, compuestos químicos que mejoran la apariencia de las prendas. Estos funcionan absorbiendo la luz ultravioleta y liberando luz azul, lo que crea un efecto visual que hace que los blancos parezcan más brillantes y los colores más vivos.
Otro ingrediente habitual son las fragancias, que aunque no contribuyen directamente a la limpieza, ofrecen una sensación de frescura en la ropa al proporcionar un aroma agradable. Este detalle, aunque estético, es valorado por muchos consumidores.
Finalmente, algunos detergentes también contienen enzimas, que desempeñan un papel crucial en la eliminación de manchas difíciles, como las de proteínas, al descomponerlas de forma eficiente. Estos ingredientes hacen que los detergentes sean más efectivos en una amplia variedad de tipos de suciedad.
Qué contienen los detergentes para la ropa
En el caso de los detergentes en polvo, predominan las sales, como el sulfato de sodio, que evitan la formación de grumos y aportan volumen. También incluyen carbonato de sodio, que actúa sobre la grasa y la suciedad, ayudando a que se disuelvan en agua.
Muchos polvos contienen además percarbonato de sodio, un agente blanqueador suave activado por aditivos como la tetraacetiletilendiamina (TAED), que es ideal para mantener los colores y los blancos brillantes.
Por otro lado, los detergentes líquidos tienen como base principal el agua, a la que se añaden ingredientes similares a los de los polvos, como surfactantes, suavizantes de agua y secuestrantes de metales, pero adaptados para permanecer estables en formato líquido.
A diferencia de los polvos, los líquidos no contienen peróxidos, lo que los hace menos efectivos para evitar el crecimiento de moho en la lavadora, aunque incluyen conservantes para evitar la proliferación de microbios en la mezcla.
Los líquidos destacan por su capacidad de aplicarse directamente sobre manchas antes del lavado y versiones como las cápsulas concentradas ofrecen conveniencia, aunque limitan el ajuste de la dosis y pueden ser peligrosas si no se manejan con cuidado.
Enzimas y la mejor temperatura
Las enzimas son proteínas naturales que los detergentes incluyen para eliminar manchas específicas. Funcionan como catalizadores, acelerando reacciones químicas para descomponer grasas, proteínas, almidones y azúcares. Cada tipo de enzima tiene una función concreta, como la lipasa para grasas o la proteasa para proteínas y su origen en microorganismos de climas fríos las hace eficaces incluso a bajas temperaturas.
Sin embargo, las enzimas son sensibles al calor. Si el agua de lavado está demasiado caliente, su estructura se daña y pierden efectividad, como ocurre al cocinar una clara de huevo. Para obtener los mejores resultados, este experto recomienda lavar la ropa entre 15 y 20 °C, asegurando que estas proteínas puedan actuar correctamente y mejorar la limpieza de las prendas.
Que tipo de detergente es mejor
Según Nathan Kilah, químico y experto en productos de limpieza, las decisiones de compra de detergentes están influenciadas por factores como el rendimiento, el precio, la fragancia, las preferencias personales y el impacto ambiental. Por ello, Kilah aconseja experimentar con diferentes productos hasta encontrar el que mejor se ajuste a las necesidades del hogar, el presupuesto y las consideraciones ecológicas, como optar por detergentes con envases reciclables.
Kilah confiesa en dicho artículo que prefiere lavar a 20 °C utilizando la mitad de la dosis recomendada. Su elección incluye detergentes con un perfume agradable, envasados en cartón reciclable, que contienen una amplia gama de enzimas y una fuente de peróxido activado para maximizar la limpieza. Además, Kilah destaca la importancia de conocer un poco sobre todos ingredientes químicos para mejorar los resultados del lavado.
También advierte que muchos fabricantes no revelan todos los ingredientes en sus etiquetas, por lo que sugiere buscar más información en las páginas web de los productos o en las hojas de datos de seguridad (SDS), en las que se ofrecen detalles sobre posibles riesgos químicos.