Desde hace años han ido publicándose cada vez más estudios que relacionan el consumo de ciertos alimentos y bebidas con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, y también un menor riesgo de cáncer.
El té en especial es una de esas sustancias, siendo el té verde la variedad más estudiada y de la que se conocen más beneficios. Sin embargo, persiste el mismo sesgo de siempre: los mayores consumidores de té también son los que llevan vidas más saludables, en general.
Recientemente, un estudio publicado en la revista Scientific Reports sugirió que la combinación de la actividad física con el consumo de té se relacionaría con una reducción de la mortalidad específica por cáncer en la población general.
Pero, además, los autores del estudio puntualizaron que el consumo de té verde por sí solo no se relacionaría con una menor mortalidad por cáncer. Y esto importa, dado que los factores protectores pueden ser sinérgicos entre sí, potenciándose, pero no ser tan beneficiosos por separado.
Según algunos expertos, la relación entre el consumo de té y la mortalidad por cáncer se habría exagerado. Como ha explicado recientemente Shikha Jain, oncóloga de la Universidad de Illinois en Chicago, si bien es cierto que este nuevo estudio aporta información valiosa respecto a los factores de estilo de vida y los resultados del cáncer, es necesario analizar la evidencia más amplia cuando se abordar cuestiones dietéticas y se explican a los pacientes.
"Me centro en los cambios de estilo de vida holísticos basados en la evidencia. La nutrición es fundamental, pero es importante no dejarse llevar por la exageración de los estudios individuales".
El té sería solo uno de los elementos dietéticos que se están investigando en pacientes con cáncer, pero no es el único. Como explica Yiqun Hu, autor principal del nuevo estudio, del Departamento de Cirugía Ortopédica del Tercer Hospital Xiangya de la Universidad Central del Sur de Huan (China): "Este resultado es innovador en comparación con estudios previos sobre los efectos protectores del consumo de té contra el cáncer, lo que sugeriría que, al considerar el consumo de té para mejorar el pronóstico del cáncer, no se debe pasar por alto el papel fundamental del ejercicio".
Precisamente esta puntualización es importante, como corrobora la Dra. Jain. Son muchos los estudios que han sugerido que el ejercicio mejora el pronóstico de los pacientes con cáncer, incluyendo una mayor tasa de supervivencia, mejor calidad de vida y menores efectos adversos relacionados con el tratamiento, como la fatiga y el deterioro cognitivo.
Sin embargo, como puntualizan los autores del estudio y la Dra. Jain, aunque el té puede tener beneficios potenciales gracias a su elevado contenido en antioxidantes, es importante recordar que no sería de utilidad sin una buena base de actividad física.
"Les explico a mis pacientes que, si bien ningún alimento o bebida cambiará drásticamente los resultados, una dieta equilibrada rica en alimentos integrales junto a una actividad física regular puede mejorar su salud beneral".
Por su parte, la Dra. Urbi A. Shah, oncóloga en el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de Nueva York, recuerda que es importante evaluar el tamaño del efecto y el cociente de riesgo o razón de probabilidades de cada estudio.
En otras palabras: incluso si los hallazgos son estadísticamente significativos, podrían no ser clínicamente significativos: "Este estudio parece mostrar datos muy convincentes sobre la importancia del ejercicio, pero el beneficio del té es menos convicente, dado el pequeño tamaño del efecto".
Una de las preguntas más habituales para la Dra. Shah por parte de sus pacientes con cáncer es si las bebidas edulcoradas son más saludables que las bebidas que llevan azúcar.
Sin embargo, como ella misma recuerda, las bebidas edulcoradas artificialmente no se consideran más saludables e incluso existen estudios que sugieren posibles aumentos de riesgo de cáncer, e incluso potenciales efectos sobre el metabolismo, lo que en consecuencia da lugar a una peor salud metabólica y a un fracaso en la búsqueda de la pérdida de peso.
En este aspecto, la Dra. Shah suele sugerir a los pacientes que no se centren en un solo estudio en particular, sino que lo más adecuado es tener en cuenta toda la evidencia en su conjunto. Para ello aconseja tener en cuenta la lista de verificación del Instituto Estadounidense para la Investigación del Cáncer y sus recomendaciones sobre dieta y estilo de vida; y también las pautas dietéticas y consejos de actividad física de la Sociedad Estadounidense del Cáncer.