Juan Rodríguez de Rivera
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Los hábitos de vida saludable pueden conseguirnos tiempo y también calidad en nuestra vida, pero ¿sabemos realmente para qué los queremos? De lo único que los seres humanos podemos tener certeza es de que la vida acaba para cada uno cierto día, después de más o menos años. Saber cómo queremos llegar a vivirla es la gran pregunta a la que cada uno de nosotros nos debemos enfrentar. Por suerte, contamos con la ayuda de la gente que ya ha vivido y que ha dejado sus reflexiones para poder madurar nuestra propia respuesta.

En este sentido, el famoso psiquiatra Enrique Rojas intervino en un programa de la Cadena Cope donde ha compartido cuáles son los cinco aspectos de los que la gente se arrepiente más en el momento de vivir. Vamos, "cuando una persona está en el lecho de muerte con la tarjeta de embarque porque tiene una enfermedad que ya no tiene arreglo", detalla Rojas. Si bien cada persona tiene sus motivos personales para vivir, el experto señala que muchos coinciden en una pequeña lista de arrepentimientos.

Según este experto, el primer arrepentimiento tiene que ver con haber trabajado demasiado. El trabajo puede ser en algunos casos una fuente de motivación, pero vivir centrado en este aspecto requiere irremediablemente que sacrifiquemos nuestro tiempo libre. Tiempo que podemos estar dedicando a nuestras familias y amigos o, incluso, a cultivar una afición que simplemente nos haga felices realizar. De hecho, descubrir un propósito más allá de ir a trabajar en la vida es un aspecto que se relaciona con mejor salud en la tercera edad.

Vivir con propósito

"El proceso de envejecimiento es muy largo y empieza cuando somos jóvenes. Con esto me refiero a que debe ser a lo largo de la vida cuando nos dediquemos a buscar esos intereses y objetivos. Se ve claramente cuando una persona se jubila, no quiere hacer nada más y enferma al poco tiempo", explicaba Andrés Losada, vicepresidente de Gerontología en la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en este artículo de EL ESPAÑOL. Lo que en la cultura japonesa se conoce como ikigai, que significa la razón de vivir y que consideran que es determinante para la salud.

El segundo arrepentimiento más común en el lecho de muerte es "el de haberle dado una importancia excesiva a cosas que realmente no lo tenía", explica Rojas. Algo que él mismo ha denominado como justeza de juicio. Aprender a darle el valor que tiene a cada suceso de nuestra vida está muy relacionado con la calidad y la prevención de problemas en nuestra salud mental. En este artículo de EL ESPAÑOL, Pilar López vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental sostiene que a las consultas de Psiquiatría llegan muchos casos que no llegan a ser trastornos.

"Este es un problema que ha existido siempre. Llegan pacientes a consulta que lo que están es insatisfechos con su vida, pero no tienen un trastorno mental como tal. Los políticos deberían brindar herramientas emocionales a través de la educación a los jóvenes, pero no están interesados en prevenir", denunció López. Sobre este aspecto, Rojas apunta a que el tercer arrepentimiento más común en el lecho de muerte es "no haber sabido disfrutar de la vida lo suficiente", algo que supone también un examen interior.

El cuarto arrepentimiento, según Rojas, es "no haber hecho en la vida lo que yo quería, sino lo que otros querían que yo hiciera, mi familia, mis padres, el entorno…". De hecho, este es el arrepentimiento que Bronnie Ware, una enfermera de paliativos australiana que escribió el libro The top five regrets of the Dying (o Los cinco arrepentimientos de quienes están muriendo, en inglés), señala como el más frecuente de todos. "La mayoría de las personas no han honrado ni la mitad de sus sueños y tienen que morir sabiendo que fue por decisiones que tomaron o no tomaron", explica Ware en su página web.

Ware también coincide en que muchos se arrepienten de haber trabajado demasiado, pero añade otros como "desearía haber tenido la valentía de expresar mis sentimientos", "desearía haber mantenido el contacto con mis amigos" y "desearía haberme permitido ser feliz". Ware habla de manera directa sobre estas preocupaciones: "Muchas personas reprimen sus sentimientos para mantener la paz con los demás. Como resultado, establecen una existencia mediocre y nunca se convierten en quienes tenían capacidad de convertirse".

El último de los arrepentimientos que ha señalado el psiquiatra Enrique Rojas es el de "no haber sabido encontrar respuesta a los grandes interrogantes de la vida". Con esto, Rojas se refiere a buscar "el sentido de la vida". Estos grandes interrogantes son, tal y como expresan, un misterio y según el experto se puede encontrar sentido o consuelo en cultivar una espiritualidad o, también, en ejercitar la reflexión filosófica.