Atado de pies y manos: por qué el "fracaso terapéutico" de las contenciones mecánicas se sigue realizando en España
- El Ministerio de Sanidad ha anunciado la intención de hacer un mapeo de las sujeciones físicas que se producen para saber qué recursos "han fallado".
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Jonatan Yuste, diagnosticado de esquizofrenia paranoide, entró "alterado" consigo mismo por la puerta de Urgencias del Hospital General Universitario Morales Meseguer de Murcia. Aunque accedió a que le tumbaran en la camilla, le inyectaran un calmante y fuera ingresdo, le sujetaron cuatro enfermeros, dos médicos, un bedel y dos guardias de seguridad.
Esta escena le alteró aún más por la sensación de cohibición total, como la que tuvo al despertar en la sala de observación: estaba atado de brazos, piernas y cadera. Por "buen comportamiento", al día siguiente ya no tenía las correas. Durante su ingreso, que duró 20 días, a su compañero de habitación sólo lo desataron en dos ocasiones. Además del "respeto" que le da volver al hospital, acabó inmerso en "una fuerte depresión" durante el año y medio siguiente.
De aquel momento han pasado 12 años. Aunque casos como el de Jonatan siguen ocurriendo en España. Se desconoce, eso sí, el número exacto de pacientes con trastornos mentales a los que se les realiza la conocida como contención mecánica. Por ello, Mónica García ha anunciado que el interés del Ministerio de Sanidad pasa por hacer un mapeo de las contenciones mecánicas que se producen por CC.AA.
El objetivo no es sólo "saber cómo y por qué se han producido, sino cuáles son los recursos que han fallado para que llegue a haberla, cuando en muchos casos sabemos que son innecesarias". El psiquiatra del Hospital Universitario de Canarias José Valdecasas coincide con la ministra en que muchas de ellas podrían evitarse.
"La realidad se impone"
El también vicesecretario de la Asociación Española de Neuropsiquiatría cree que en la mayoría de unidades de psiquiatría del país se siguen realizando contenciones mecánicas, aunque hay profesionales y usuarios que defienden la prohibición total de esta técnica para la que no hay un protocolo, ni siquiera de mínimos, a nivel nacional. De aprobarse una ley que la prohibiera, Valdecasas duda que se acabara cumpliendo por los "escasos recursos" que tienen.
La frecuencia con la que se aplica se ha reducido en los últimos años, ya que la opinión de los profesionales ha cambiado. A finales de los años 90, ninguno se planteaba que "era un ataque a los derechos humanos"; mientras que ahora han comenzado a ser conscientes de que "es un fracaso terapéutico".
Independientemente del diagnóstico, la principal indicación es el cuadro de agitación psicomotriz; es decir, que exista un riesgo de agresividad hacia uno mismo o hacia terceros. En estos casos, las alternativas a las sujeciones físicas también son "muy discutidas", como, por ejemplo, las técnicas de contención farmacológica.
Otro método es el conocido como desescalada verbal, en el que el sanitario trata de relajar al paciente para que se encuentr en un entorno más amigable. Aunque para aplicarlo frente a la contención física, a la que se debe recurrir cuando "todo fracasa y hay que retener al paciente", hace falta "tiempo y personas formadas".
"Las contenciones cero es hacia lo que tenemos que ir pero la realidad se impone". Quien habla en esta ocasión es Celso Arango, jefe del servicio de Psiquiatría del Niño y del Adolescente del Hospital Universitario Gregorio Marañón. Valora positivamente el anuncio de Sanidad y su interés por buscar alternativas.
No obstante, recuerda que en aquellos países donde ya se están llevando a cabo hay un profesional por cada persona que está en esta situación. "Supongo que desde el Ministerio estarán contemplando incrementar las plantillas para evitar las contenciones mecánicas".
Para el vocal de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental, Juan Carlos Pascual, el aumento de recursos no necesariamente irá acompañado de una reducción de las contenciones. Desde el punto de vista de la eficacia, entiende que podría ser perjudicial: "Si tuviéramos mucho dinero, las urgencias de psiquiatría de todos los hospitales de España tendrían boxes acolchados. Y en vez de tener una, habría cinco enfermeras. Pero estarían cruzadas de brazos la mayor parte del día".
Estigma hacia la Psiquiatría
Los tres psiquiatras consultados por EL ESPAÑOL coinciden en que el hecho de que sólo se mencionen las contenciones de psiquiatría es por "el estigma" que hay hacia la especialidad. En el Gregorio Marañón, menos del 10% de las que se realizan están en los servicios de psiquiatría. "¿El otro 90% no le preocupa a Sanidad?", se pregunta Arango.
Aunque existen pocos estudios de prevalencia en España, la conclusión a la que llegan apunta hacia una misma dirección: la Psiquiatría es la especialidad en la que menos contenciones se realizan, para la imagen que se puede tener en el imaginario colectivo. Así lo demuestra un informe realizado por la Consejería de Salud y Consumo de la Junta de Andalucía: de los pacientes contenidos, sólo el 1,70% pertenecía a Salud Mental.
Desde la Confederación Salud Mental España confían en que una vez que se lleve a cabo el mapeo propuesto por Sanidad los registros disminuyan. "Está demostrado que en el momento en el que se hacen públicos los datos, el número de contenciones baja", señala su presidente, Nel González. "No dudo de la buena praxis de los profesionales, pero la coerción se práctica por inercia".