El desigual mapa de la eutanasia en España: por qué Cataluña registra más del doble de solicitudes que Madrid
- La diferencia entre ambas comunidades ha aumentado un 145% desde 2021, pero la "baja calidad de los datos disponibles" dificulta saber a qué se debe.
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Desde la entrada en vigor de la ley, el 25 de junio de 2021, un total de 1.515 personas han pedido la eutanasia en España. La distribución de las solicitudes presenta diferencias autonómicas. En 2023, de hecho, se hicieron más acuciantes. La comunidad con más solicitantes fue Cataluña (219). Le siguió Madrid, aunque a una distancia considerable, con 89 solicitudes. La diferencia entre ambas ha aumentado un 145% en sólo dos años.
El Ministerio de Sanidad destaca en el último informe que "existe una notable diferencia en la implementación a través de las diversas CC.AA. con una distribución muy desigual". Argumentan también que "esta variabilidad dificulta la posibilidad de establecer conclusiones homogéneas" de ámbito nacional.
"En España, el sistema de datos es muy pobre. Y mientras esto no se solucione, poca evaluación se puede hacer", señala a EL ESPAÑOL Francisco Javier Resa, coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor y Cuidados Paliativos de Semergen y responsable de la Comisión de Bioética y Buena Praxis en el Hospital Hestia Madrid.
A su juicio, la desigualdad entre las dos regiones más pobladas puede deberse a la estructura de la atención sanitaria. En Cataluña está más articulada, en comparación con Madrid. El factor social es otro de los componentes principales en una petición de eutanasia. La sensación de Resa es que "en Cataluña hay un clima bastante más concienciado". Aunque no puede asegurar que esta sea la causa que explique la diferencia.
Limitaciones en los datos
Para Derecho a Morir Dignamente (DMD), como ya comentaron en este artículo, "la baja calidad de los datos disponibles no permite dar una respuesta" clara al desigual mapa. Además de las "diferencias socioculturales", la asociación observa que las autonomías que "han hecho un mejor trabajo de implementación de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia (LORE) presentan porcentajes más altos".
Esto no sólo se traduce en porcentajes más altos, sino también en una mejor formación de los sanitarios y más mecanismos para atender a los pacientes. Otra de las posibles causas son "las desigualdades de acceso en entornos rurales o urbanos". El inconveniente es que, "a pesar de los avances, aún se carece de datos respecto al lugar de residencia", tal y como señala Sanidad en el citado informe.
La ausencia de esta información "limita la comprensión de los determinantes biopsicosociales que puedan influir en estas decisiones". Aunque el lugar de residencia no es el único dato que no se registra en el Sistema de Información de Eutanasia (SIE). En él, por ejemplo, sólo se registran las solicitudes que ya cuentan con un informe favorable (o desfavorable) por parte del médico responsable.
Por ello podrían no estar reflejadas en el informe aquellas solicitudes presentadas a un médico que se haya declarado objetor de conciencia, y que no hayan encontrado uno nuevo a tiempo, o que hayan sufrido retrasos por otros motivos. Con lo cual, existe el riesgo de que haya "una posible subestimación de los casos".
Tampoco se reconoce las razones de las denegaciones que se realizan. En 2023, un total de 188 fueron denegadas. En un 63% de ellas obtuvieron el informe desfavorable por parte del médico responsable. Y pese a que la ley indica que desde que se solicita hasta que se recibe la eutanasia no deben pasar más de 35 días, la media en 2023 se situó en 75 días. "Habría que agilizar los plazos", apunta Resa.
Con respecto a las solicitudes presentadas, Extremadura y Murcia son las que más eutanasias han llevado a término, con un 100%. Aunque en ambas 'sólo' se solicitaron en dos ocasiones. Tras ellas, País Vasco es la región que presenta el porcentaje más alto (81%), habiéndose realizado 47 de las 58 eutanasias solicitadas.
En Cataluña, pese a ser la comunidad que registra más solicitudes, las prestaciones de ayuda a morir realizadas respecto a las solicitadas caen hasta el 43%. En Madrid, en cambio, el porcentaje fue del 39%. A la baja, se posicionan Aragón (12%) y Cantabria (16%).
Difícil mejorar sin saber
La conclusión del Ministerio es que "aunque se han logrado avances isgnificativos en la implementación de la eutanasia en España, el proceso requiere mejoras, especialmente en la recopilación de datos, la formación de profesionales y la atención a los determinantes socioeconómicos".
El problema, opina Resa, es que —al igual que otras legislaciones sanitarias— la implementación de la ley de eutanasia tiene una regulación comunitaria. Y en este sentido, considera que cada una ha ido a una velocidad distinta: "En Madrid, por ejemplo, la puesta en marcha de los comités se ha demorado mucho". Y hasta bien entrado 2022, "había comunidades que no tenían la estructura burocrática".
A ello se le suma la falta de indicadores claros que permitan saber que se está cumpliendo con la legislación. Como indica Resa, "en el propio informe de Sanidad se reconoce que es necesario mejorar los sistemas de información". Tiene dudas de que esta mejora se vaya a producir a corto plazo. Prueba de ello es la estrategia de cuidados paliativos, en la que también se carece de un número importante de datos. "Y, al final, lo que no se mide, no se puede mejorar", concluye.