P. Fava
Publicada

El taxista de la vieja escuela, antes que los dispositivos inteligentes se volvieran omnipresentes, era una figura casi mítica: debía memorizar el callejero por entero de su ciudad y estar al corriente de las tribulaciones de la circulación sin que la voz amiga de un navegador le guiase. Ahora, un estudio con más de 9 millones de profesionales ha determinado que estas cualidades encierran un beneficio oculto: oficios como el taxi, y otros que implican la navegación de múltiples recorridos variables como la conducción de ambulancias, protege contra dolencias neurodegenerativas.

Estas son las conclusiones de un estudio realizado por investigadores de los centros sanitarios Mass General Brigham de Boston, a partir de datos de más de nueve millones de personas desglosados por profesiones. Según los resultados que publican en el British Medical Journal (BMJ), y habiendo identificado 433 oficios diferentes, el de taxista se relacionó con la menor tasa de muerte a causa del alzhéimer de todos, empatado con el de conductor de ambulancias. Estos resultados se mantuvieron consistentes tras excluir variables demográficas y sociológicas.

Así, de los nueve millones de individuos investigados entre 2020 y 2022, se registraron 348.328 muertes por causa de la enfermedad de Alzheimer, un 3,88% del total. Sin embargo, entre los taxistas la tasa de mortalidad por este motivo fue únicamente de un 1,03%, es decir, 171 personas de un total de 16.658 profesionales. Para los conductores de ambulancias, la tasa corregida fue incluso unas décimas inferior, de un 0,91% (diez casos en un colectivo de 1.348 personas). Otras profesiones que hacen hincapié en la espacialidad tenían tasas de alzhéimer similares a la media o superiores, como los conductores de autobús (3,11%) o pilotos aéreos (4,57%).

 

"La misma parte del cerebro involucrada en la creación de mapas espaciales cognitivos, la herramienta que usamos para orientarnos, también está involucrada en el avance del alzhéimer", explica Vishal Patel, médico e investigador del Departamento de Cirugía del Hospital Brigham and Women’s de Boston. "Nuestra hipótesis es que los oficios que requieren un procesamiento espacial y de navegación en tiempo real, como los conductores, sufrirán una menor incidencia de mortalidad por alzhéimer en comparación con otros". 

"Nuestros resultados subrayan la posibilidad de que los cambios en el hipocampo o en otras áreas cerebrales de los conductores de ambulancia y taxi sean responsables de esta disminución en la tasa de alzhéimer", explica el investigador senior del estudio, el doctor Anupam B. Jena del Departamento de Medicina del Hospital General de Massachusetts. Sin embargo, recuerda que se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden trazar conclusiones firmes sobre causas y efectos. 

Por otro lado, los autores reconocen las limitaciones del estudio, como que por ejemplo no se pudo determinar un efecto protector para otros tipos de enfermedades neurodegenerativas. Además, hay otra serie de hipótesis que podrían explicar por qué hay pocas personas con alzhéimer en esas profesiones: dado que la enfermedad empieza afectando a la orientación, las personas con síntomas tempranos no serían aptas para esos empleos. 

No obstante, Patel y Jena recuerdan que es extraordinariamente raro que el alzhéimer se manifieste en edad laboral. Pese a que los procesos neurodegenerativos empiezan en la mediana edad, los síntomas no tienden a manifestarse hasta superada la edad de jubilación. Por lo tanto, la hipótesis del ejercicio cognitivo de la navegación como efecto protector contra el alzhéimer es verosímil, concluyen.