Hoy en día se sabe que el estilo de vida en general es lo que marca la diferencia en cuanto a riesgo de enfermedad cardiovascular se refiere: una dieta saludable, un buen nivel de actividad física, la exposición solar, las relaciones sociales, la cantidad y calidad del sueño son solo algunos ejemplos de este estilo de vida, sin olvidar marcadores de salud como la tensión arterial o los niveles de colesterol y azúcar en sangre, entre muchos otros.
Sin embargo, existen otros signos menos conocidos, pero igual de estudiados, que podrían alertarnos sobre un mayor riesgo cardiovascular. Uno de ellos, como explicó hace unos meses el cardiólogo Aurelio Rojas (@doctorrrojas en su cuenta de Instagram), sería el signo de Frank, un pliegue en diagonal en el lóbulo de la oreja que podría estar avisándonos de un mayor riesgo cardiovascular.
Como explica el Dr. Rojas en su vídeo, más de la mitad de la población por encima de los 50 años tienen el signo de Frank, y a su vez presentan factores de riesgo como la hipertensión arterial, diabetes o colesterol elevado. Todos ellos serían señales de alarma para acabar sufriendo alguna patología cardiovascular a medio y largo plazo.
Sin embargo, como también puntualiza Rojas, poseer el signo de Frank en la oreja no implica acabar sufriendo una enfermedad cardiovascular, sino que solo sería un signo indirecto. En medicina existen diversos conceptos a tener en cuenta en este aspecto:
- Causa suficiente: si está presente, el evento siempre ocurrirá.
- Causa necesaria: si no está presente, el evento nunca ocurrirá.
- Factor de riesgo: si está presente, aumenta la probabilidad de que el evento o enfermedad ocurra, pero no siempre implica que dicha enfermedad ocurrirá. Sería el caso de los mencionados factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión o el exceso de colesterol sanguíneo.
En dicho aspecto, el signo de Frank ni siquiera sería un factor de riesgo, sino más bien un signo indirecto de que algo no está funcionando bien en el organismo. De hecho, durante el pasado octubre de 2014 tanto la Sociedad Española de Cardiología (SEC) como la Revista Clínica de Medicina de Familia hablaron sobre ese signo con muy pocos días de diferencia.
Por un lado, un estudio presentado en el Congreso de Enfermedades Cardiovasculares de la SEC en 2014 sugirió que la presencia del pliegue diagonal, con una inclinación de 45º, en el lóbulo de la oreja (signo de Frank) se relacionaría directamente con el riesgo de sufrir un infarto o un ictus. Al menos esa fue la conclusión tras analizar a 300 voluntarios a los que se les realizaron fotografías de ambas orejas, y posteriormente se estudió su historial clínico para relacionar aquellos que tenían antecedentes de enfermedad cardiovascular o no.
"Tras estudiar a estos pacientes pudimos ver que, de los pacientes con antecedentes de accidente cerebrovascular, el 48.9% presentaba este pliegue, mientras que un 27.8% presentaba el pliegue pero no sufrió ningún ictus. Entre los sujetos con antecedentes de infarto, un 45.8% mostraba este pliegue, mientras que un 28.2% tenían este pliegue pero no sufrieron ningún infarto" según explicó el Dr. Esteban López, cardiólogo del Hospital de la Paz de Madrid y coautor del estudio en aquel momento.
La explicación que sugirieron los autores del trabajo fue que, tanto la oreja como la nariz son dos órganos que crecen a lo largo de la vida. Si se padece enfermedad arteriosclerótica, también se sufren pequeñas lesiones vasculares en diversas zonas. En este caso, el pliegue del lóbulo de la oreja o signo de Frank se originaría por un crecimiento desigual a cargo de estas pequeñas lesiones.
"Lo que muestran estos resultados es que la forma del lóbulo de la oreja puede indicar al médico a simple vista que la persona podría padecer una enfermedad cardiovascular o múltiples factores de riesgo"
Finalmente, se publicó un caso clínico en la Revista Clínica de Medicina de Familia ese mismo mes, a cargo de la Dra. García Junquero y el Dr. Fernández Martínez, junto a la enfermera Eva Buller. En dicho caso se habló de un paciente de 58 años que presentaba el signo de Frank de forma bilateral (en ambas orejas) que acabó diagnosticándose de enfermedad coronaria grave.
Como datos anecdóticos en este caso, el signo de Frank sigue generando controversia y aún no está totalmente clara su asociación con la enfermedad cardiovascular. Aunque sí se ha descrito una base genética del mismo, habiéndose detectado relación con el sistema HLA-B27, el gen C3-F de la aterosclerosis y el cromosoma 11.
Además, existen estudios que relacionan el signo de Frank con una mayor asociación a la enfermedad cardiovascular en determinadas etnias, como la caucásica, o los pacientes chinos y latinos. La población japonesa, por su parte, sería la que tendría un menor riesgo a pesar de poseer este signo.