Una mujer se coloca una lentilla.

Una mujer se coloca una lentilla. Gtres

Salud

Adiós a la miopía: así son las revolucionarias lentillas orto-k que se usan para dormir y permiten vivir sin gafas

Las lentes de ortoqueratología se han convertido en el tratamiento "con mayor evidencia acumulada" para el control de este extendido defecto visual.

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Pablo García Santos
Publicada

La miopía se ha convertido en un problema de salud pública en todo el mundo. Desde finales del siglo pasado, el porcentaje de miopes se ha triplicado y se estima que en 2050 la mitad de la población sea miope. Este aumento, como explican los expertos, es multifactorial: las causas van desde el componente genético hasta factores ambientales.

En España, los escasos datos que existen apuntan a que la situación no dista en exceso de la realidad mundial, con especial preocupación entre los más pequeños. Según un estudio publicado en la revista Journal of Clinical Medicine, el 19% de los niños residentes en nuestro país de entre cinco y siete años padecen miopía en la actualidad. Un porcentaje que en 2030 podría ascender al 30,2%.

Para evitar llegar a este porcentaje, los autores del citado trabajo recomiendan realizar acciones que promuevan hábitos saludables como, por ejemplo, pasar más tiempo al aire libre, disminuir el uso de dispositivos digitales o dormir más horas. Precisamente durante las horas de sueño se puede corregir la miopía. Aunque no sólo con el descanso en sí, sino con unas lentillas que deberán permanecer puestas mientras se duerme.

Si es usuario de lentillas diarias, puede que el uso nocturno le haya sorprendido, teniendo en cuenta que una de las principales recomendaciones es que no se duerma con ellas puestas. Pero, en este caso, se trata de un tipo distinto, conocidas como lentes de ortoqueratología (también reciben el nombre de "orto-k").

Tratamiento con mayor evidencia

Estas lentillas, fabricadas con un material rígido permeable al gas, están diseñadas para tenerlas puestas durante las horas de sueño. Y tras quitarlas al despertar, la persona con miopía es capaz de permanecer con una visión nítida el resto de la jornada, sin necesidad de utilizar gafas ni lentes de contacto durante el día. 

La aplicación nocturna de las lentes de orto-k se remonta a la década de los años 90. Un número considerable de estudios científicos han demostrado sus beneficios desde entonces. Tanto es así que, como señala a EL ESPAÑOL Laura Batres, profesora e investigadora de la Facultad de Óptica y Optometría de la Universidad Complutense de Madrid, es "el tratamiento que conocemos con mayor evidencia acumulada en el control de la miopía".

Es por este motivo que en niños, a partir de los seis años, se utiliza como tratamiento para el control de la miopía. Como apunta Batres, una de las ventajas es que hay un mayor control, puesto que la lente se pone en casa con los padres. Algunos estudios han demostrado que la ortoqueratología puede frenar entre un 32% y un 63% el crecimiento del ojo; un defecto visual, conocido como longitud axial, que puede provocar complicaciones futuras como el desprendimiento de retina.

En los adultos se utiliza, a partir de los 16 años, como una manera de corregir la graduación. Hay quienes optan por ellas porque no quieren operarse todavía o por indicaciones del oftalmólogo. También suelen ser comunes en aquellos individuos que trabajan en profesiones que dificultan el uso de las gafas o lentillas. Los opositores, por ejemplo, "reclaman mucho este tratamiento".

No es definitivo

Aunque se ha convertido en un tratamiento "revolucionario" en los últimos años, no se puede afirmar que con estas lentes alguien se acueste con miopía y se levante sin ella. La orto-k, explica Batres, trabaja en el epitelio corneal, la capa más externa y una de las más finas del ojo, la cual se adapta suavemente a la forma de la lenteEl paciente no nota nada, pues "estamos hablando de micras de cambio".

Lo que sí percibirá, a la mañana siguiente, es que la graduación se ha reducido a la mitad con la que comenzó. Como la córnea "tiene memoria", cada día se va a ir corrigiendo con respecto al día anterior, por lo que en la primera semana la graduación no va a estar "totalmente corregida". La corrección total se consigue, como máximo, a las cuatro semanas.

Aun entonces se deberán seguir utilizando las lentes, ya que no es un tratamiento definitivo: si se dejan de utilizar, la visión regresa a su estado original. La conocida como cirugía refractiva sí que se entiende como un tratamiento permanente para la corrección de la miopía o de la hipermetropía. En España, el tratamiento con lentes de ortoqueratología puede costar entre 600 y 1.200 euros. Aunque es costoso, comenta Batres, en países como Estados Unidos el precio puede llegar a triplicarse.

La ortoqueratología debe ir acompañada de actividades en las que, por ejemplo, no se fuerce la vista de cerca o se esté expuesto a luz artificial. La combinación de ambos ha demostrado que se puede ralentizar la progresión de la miopía. "Si no hacemos nada, la miopía será, con más motivo, un problema de salud pública en los próximos años", concluye Batres.