Malcolm Ledgar con su mujer en Roma.

Malcolm Ledgar con su mujer en Roma.

Salud

Me diagnosticaron un cáncer de pulmón a los 64 años: este es el material popular en España al que estuve expuesto 27 años

Vinculado con el uso y manipulación del amianto, este tipo de cáncer no es de los más frecuentes pero sí de los más difíciles de identificar. 

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El amianto, también conocido como asbesto, es un grupo de minerales fibrosos que, debido a su bajo coste y propiedades excepcionales como la resistencia al calor, aislamiento acústico y térmico, e incombustibilidad, fue ampliamente utilizado en España durante el siglo XX en sectores como la construcción, la industria y el transporte. Sin embargo, sus beneficios quedaron opacados por los riesgos para la salud asociados a su manipulación y deterioro.

Tras décadas de convivencia con este material, se ha demostrado que, al alcanzar el final de su ciclo de vida útil, que oscila entre 30 y 35 años, el amianto puede liberar fibras microscópicas al ambiente, transformándose en una amenaza silenciosa para la salud pública. Estas fibras, al ser inhaladas, representan un riesgo significativo, ya que pueden  causar enfermedades graves como asbestosis, cáncer de pulmón y mesotelioma, las cuales pueden tardar muchos años en manifestarse. 

Esto es lo que ha ocurrido a Malcom Ledgar, un profesional de la construcción de 64 años residente en Nottingham del que se ha hecho eco el Daily Mail. Diagnosticado con un cáncer de pulmón mortal provocado por el amianto tras experimentar un "pequeño y molesto dolor" bajo sus costillas derechas, nunca pudo sospechar inicialmente que se trataba de una afección tan seria. Tal como explica el medio británico, al comenzar a sentir los síntomas, los médicos lo remitieron a una radiografía y a una tomografía computarizada.

El resultado de las pruebas fue descorazonador: padecía mesotelioma, un tipo de cáncer que generalmente comienza en las capas de tejido que recubren los pulmones y que está vinculado a la exposición al amianto. "No tiene cura y actualmente cubre mi pulmón derecho", explica Ledgar. Una situación similar a las más de 2.700 personas diagnosticadas con mesotelioma cada año en el Reino Unido, causando alrededor de 410 muertes.

En sus declaraciones, Ledgar recuerda que en la construcción en los años 70 y 80, "nadie sabía lo peligroso que era" trabajar con amianto. "Siempre te daban los trabajos más duros en tu primer año como aprendiz" y "no había equipo de protección personal ni nada por el estilo". Aunque dejó la construcción a los 27 años, identificó ese periodo como el único en el que pudo haber estado expuesto al amianto. Fue la muerte de un excompañero por asbestosis lo que le llevó a realizarse chequeos regulares durante un tiempo.

Tratando de encontrar el origen de la enfermedad, recuerda que en 2023, en una conversación con su esposa sobre "los viejos tiempos", le recordó las radiografías, que en ese momento resultaron normales. Sin embargo, en septiembre de 2024, un "pequeño y molesto dolor" fue el síntoma que le llevó a descubrir esa enfermedad vinculada al amianto que puede tardar décadas en desarrollarse.

Raro pero agresivo

Según datos de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el mesotelioma es un cáncer raro y muy agresivo, relacionado principalmente con la exposición al amianto. En 2023, se registraron 617 casos en España, ocupando el puesto 29 en incidencia. Este cáncer afecta al mesotelio, una membrana que recubre órganos como los pulmones, el abdomen y el corazón, siendo más común en la pleura.

Uno de los principales problemas es que esta enfermedad tiene un período de latencia largo, de 20 a 50 años, desde la exposición al amianto, y sus síntomas iniciales (dolor torácico, dificultad para respirar, fatiga y pérdida de peso) son inespecíficos, lo que retrasa su diagnóstico. Por ello, la mayoría de los casos se detectan en etapas avanzadas, complicando el tratamiento. Este incluye quimioterapia, inmunoterapia, y en casos seleccionados, cirugía y radioterapia.

En consecuencia, la prevención es factor clave. Por ejemplo, en España se prohibió su uso en 2002. Además, su gestión y erradicación ha sido objeto de atención por las autoridades. Según el Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (INSST), los trabajadores expuestos a fibras de amianto deben recibir formación teórica y práctica periódica que incluya aspectos como los efectos sobre la salud, la vigilancia médica, las medidas preventivas y el uso adecuado de equipos de protección individual, tal como establece el Real Decreto 396/2006.

En el ámbito europeo, el Comité Económico y Social Europeo (CESE) destacó en 2015 que "la erradicación del amianto debería ser un objetivo prioritario de la Unión Europea" y recomendó a los Estados miembros desarrollar hojas de ruta y planes de acción específicos para eliminarlo completamente antes de 2032. Del mismo modo, el Parlamento Europeo, en 2013, propuso crear planes de acción para su eliminación segura antes de 2028 y registrar los edificios que contengan este material.