En España, la supervivencia a 5 años de cáncer de mama se ha disparado durante las últimas décadas. Pero puede que este incremento no se esté dando por igual en todo el territorio. Pese a que no existen datos oficiales al respecto, un nuevo estudio español ha concluido que las mujeres con cáncer de mama que residen en zonas más desfavorecidas presentan una supervivencia más corta.
Además de una supervivencia más corta, las mujeres que viven en puntos más desfavorecidos tienen menos probabilidades de recibir una atención acorde con las guías de práctica clínica (las recomendaciones, basadas en la evidencia, que siguen los sanitarios para optimizar la atención a los pacientes). Por ello, y tras considerar tanto la edad como las características del tumor, hallaron que el tener un mayor riesgo de muerte en las zonas más desfavorecidas equivalía a un año de vida perdido.
Según el estudio, que se ha publicado en la revista BMJ Quality & Safety, la diferencia aumentó con el tiempo. A un año, la supervivencia para las mujeres que vivían en las zonas de mayor nivel socioeconómico era del 96,8%, en comparación con el 93,5% de las que lo hacían en lugares con menos recursos. En cambio, la supervivencia a cinco años para las primeras era del 85,6%, frente al 78,4% de las segundas.
Los investigadores no han hallado ninguna diferencia en cuanto al tipo de tratamiento que reciben las pacientes. Aun siendo los mismos, la atención sanitaria no siempre garantizó la mejor calidad de vida posible: las mujeres que vivían en las zonas de nivel socioeconómico más alto tienen un mayor número de probabilidades de someterse a una biopsia del ganglio linfático centinela. Esta técnica poco invasiva sirve para determinar el estadio de la enfermedad. Aunque en el estudio también se asoció a una mejor supervivencia.
Un cáncer más avanzado
En las zonas más desfavorecidas, también son menos frecuentes las reconstrucciones mamarias tras la mastectomía. Una de las posibles causas es "la preocupación económica"; es decir, que por ejemplo necesiten más tiempo de baja laboral. También se reducen las oportunidades de recibir ciertos tratamientos en el tiempo recomendado, como la cirugía en los 30 días posteriores al diagnóstico o el inicio del tratamiento adyuvante en las seis semanas después de la cirugía.
Es la primera vez que en España se evidencia cómo pueden afectar las desigualdades socioeconómicas en la atención sanitaria a mujeres con cáncer de mama. "Hemos obtenido un resultado que, en cierta medida, esperábamos encontrar", asegura a EL ESPAÑOL Dafina Petrova, investigadora Miguel Servet en el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada y primera autora del estudio. En otros países ya se había demostrado que las pacientes con un nivel socioeconómico más bajo tienen una menor supervivencia.
Los investigadores también han demostrado que las mujeres residentes en zonas más desfavorecidas presentaban más comorbilidades y se encontraban en estadios más avanzados en el momento del diagnóstico. Uno de los posibles motivos de esta detección tardía es que tienen menos probabilidades de haber sido diagnosticadas mediante cribado.
Aunque en el estudio se incluyen todos los nuevos casos de cáncer de mama invasivo en mujeres diagnosticadas entre 2010 y 2014 en seis provincias españolas con registros de cáncer de base poblacional, Petrova reconoce que en él han encontrado el "patrón económico claro" que se observa en España, con las zonas más desfavorecidas en el sur.
Estas desigualdades bien podría explicar que las comunidades septentrionales se caracterizasen por tener tasas más altas que las meridionales. Sin embargo, según calcula la Asociación Española Contra El Cáncer (AECC), de las 10 regiones con la tasa de mortalidad por cáncer de mama más alta en 2024, sólo una se encuentra en la mitad sur. Es cierto, eso sí, que es la que registra el número más alto. Se trata de Cáceres, con 40 muertes por cada 100.000 mujeres.
En el otro extremo, se posicionan Navarra (17), Guadalajara (18) y Granada (21). Esta última precisamente se encuentra en el citado estudio, junto con Castellón, Gipuzkoa, Girona, Navarra y Tarragona. La mayoría de las mujeres que residían en las zonas de nivel socioeconómico más bajo eran de la provincia andaluza, mientras que las que residían en zonas con un nivel más alto se ubicaban en Gipuzkoa, Navarra y Girona.
Para conocer cuáles son las causas de estas desigualdades aún serán necesarias más investigaciones. Petrova expone varias hipótesis que, aunque no se pueden sustentar en su estudio, sí que cuentan con el respaldo de los oncólogos que han participado en el mismo.
Cree que uno de los factores que juega un papel muy importante son los estructurales; esto es, desde la disponibilidad de los procedimientos que se dan en los centros que atienden a estas pacientes con cáncer de mama hasta los tiempos de espera que se registran para realizar determinados tratamientos.
En España, de hecho, se han llevado a cabo algunos estudios que han demostrado la importancia que pueden tener los recursos disponibles de cada centro. Por ejemplo, las pacientes con cáncer de mama tratadas en hospitales más pequeños tienen una menor supervivencia.
Estos resultados coinciden con una de las hipótesis que se baraja en el estudio que encabeza este artículo. Y es que las intervenciones sanitarias más novedosas llegan antes a las personas que tienen un nivel socioeconómico más alto. "Tenemos que encontrar la manera para que la innovación en los tratamientos de cáncer llegue más rápido a los centros que atienden en las zonas más desfavorecidas", concluye Petrova.