M. Domínguez
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La Oficina de Prensa de la Santa Sede ha actualizado el estado del papa Francisco, ingresado en el Hospital Policlínico Agostino Gemelli en Roma. El Pontífice, tras una "infección polimicrobiana del tracto respiratorio", ha desarrollado una neumonía bilateral, una de las complicaciones respiratorias más graves y frecuentes.

El Papa, de 88 años, se encuentra llevando a cabo un reposo estricto y ha cancelado hasta el domingo toda su agenda. El comunicado del Vaticano explica que "los análisis de laboratorio, la radiografía de tórax y las condiciones clínicas del Santo Padre siguen presentando un cuadro complejo".

La neumonía es una inflamación de los pulmones, por lo general, causada por la acción de uno o varios patógenos que ingresan por las vías respiratorias. Es bilateral cuando afecta a los dos pulmones, algo que ocurre con frecuencia.

Las infecciones polimicrobianas como la que sufre el Papa son aquellas en las que intervienen más de dos patógenos al mismo tiempo y, por esta razón, su abordaje se vuelve más desafiante. De hecho, estas infecciones pueden producirse por especies diferentes, combinaciones de virus, hongos, bacterias o parásitos. Cada uno de estos microorganismos requiere ser tratado con su propio tratamiento específico y puede ser especialmente grave en pacientes de riesgo.

Pero, además, los diferentes microorganismos que infectan al huésped pueden relacionarse entre ellos, tal y como explica la Sociedad Americana de Microbiología. "El efecto de una infección microbiana en el huésped depende tanto de la identidad de esos organismos como de la forma en la que se relacionan", detalla esta sociedad. La Oficina de Prensa de la Santa Sede no ha revelado, eso sí, qué infecciones afectan al Papa.

Síntomas de la neumonía bilateral

Asimismo, la neumonía se manifiesta en forma de fiebre, tos y falta de aire, y afecta especialmente a aquellas personas aquejadas de enfermedades respiratorias como el asma grave o la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

La Santa Sede ha señalado que el papa Francisco sigue estable, sin fiebre y "de buen humor". A pesar de lo delicado de su estado de salud, por lo que se desprende en el comunicado, está siendo tratado con fármacos y no ha necesitado de intubación.

Así se le llama a la ventilación mecánica, un aparato que se utiliza cuando la insuficiencia respiratoria es grave: va introduciendo y extrayendo aire en los pulmones, produciendo un volumen constante de oxígeno. 

El Sumo Pontífice también ha experimentado en el pasado otros episodios de bronquitis que han sido especialmente severos. 

Las bronquitis y las infecciones de vías respiratorias son especialmente peligrosas para ciertos grupos de población, como las personas mayores. El Pontífice presenta un riesgo adicional y es que cuando era joven le fue extirpado una parte del lóbulo superior derecho de sus pulmones. Hace cinco años compartió cómo fue aquella experiencia a raíz de la crisis generada por la irrupción de la pandemia de la Covid-19.

Tras una neumonía bilateral, las personas pueden perder capacidad pulmonar, que puede ser recuperada mediante rehabilitación. No obstante, un tercio de los pacientes sigue presentando efectos en sus pulmones un año después de la infección.

En su libro Soñemos juntos, el Papa cuenta que, "cuando a los 21 años me enfermé con algo grave, tuve mi primera experiencia con el límite, con el dolor y con la soledad. Me cambiaron las pautas. Durante meses, no sabía quién era y si me moría o no. Ni los médicos sabían si iba a sobrevivir. Me acuerdo que un día le pregunté a mi madre, abrazándola, si me iba a morir".

Entonces, le sacaron "un litro y medio de agua del pulmón" y esa operación le ha hecho especialmente propenso a las enfermedades respiratorias, especialmente en temporadas de resfriados. Este domingo, el Papa agradeció en un tuit en su perfil de X a las personas que se habían preocupado por su estado de salud.