Una enfermera atienda a una persona ingresada por Covid-19. (Archivo)

Una enfermera atienda a una persona ingresada por Covid-19. (Archivo) Quique García EFE

Salud

Los cinco grandes enigmas de la Covid en España cinco años después: de las muertes sin contabilizar al 'paciente cero'

Los epidemiólogos consideran probado que el coronavirus ya estaba presente desde principios de año, y había transmisión desde enero.

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Los primeros meses de la pandemia de Covid-19 en España, que dejaría oficialmente, según el INE, más de 150.000 víctimas mortales en nuestro país, estuvieron marcadas por el trauma y la confusión. Los hospitales se enfrentaban al riesgo de colapso, el material sanitario escaseaba, la población se veía confinada y obligada a improvisar su vida laboral y educativa, y los bulos y la desinformación galopaban en las redes. 

Cinco años después, un esfuerzo ingente de investigación científica y la puesta en común de políticas sanitarias ha convertido a la Covid-19 en una de las enfermedades respiratorias más estudiadas. Sin embargo, hay factores difusos que nunca han llegado a esclarecerse, y que probablemente no lo harán nunca. La cifra real de muertes atribuible directamente a la enfermedad, el momento en el que llegó el coronavirus SARS-CoV-2 o cómo se originó realmente son algunas de ellas.

¿Cuánta gente murió?

Las dudas sobre cuántas muertes han sido atribuíbles en estos últimos cinco años a la infección por el coronavirus SARS-CoV-2 comenzaron muy pronto, cuando se pudo observar un drástico contraste entre las cifras que ofrecía Sanidad de fallecidos oficiales y los datos de mortalidad excesiva del Sistema MoMo (Monitorización de la Mortalidad Diaria) en base a datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Estos se refieren a las defunciones que están por encima del promedio observado en el mismo promedio en años anteriores.

El sistema MoMo no indica la causa de esas muertes, que debe ser completada por la epidemiología y la salud pública. Así, el último año de sobremortalidad elevada fue 2022 con un exceso de 33.000 casos, principalmente atribuidos a las olas de calor. Pero para los dos años anteriores, la causa predominante no puede ser otra que la Covid-19, argumenta el epidemiólogo Daniel López-Acuña, exdirector de Acción Sanitaria en Situaciones de Crisis de la OMS.

"Tuvimos una sobremortalidad de alrededor de 60.000 casos en el año 2020, y de 25.000 en 2021", apunta López-Acuña. Existió un decalaje de tiempo entre las defunciones y su inclusión por parte de Sanidad como víctimas de la pandemia, por lo que decenas de miles de estos casos han terminado contabilizándose. El problema son los que nunca fueron reconocidos como Covid porque a los pacientes no se les realizó una prueba PCR -la única disponible entonces- o sufrían coinfecciones y enfermedades crónicas que se consideraron causa de muerte.

"Ha habido un acúmulo del efecto agudo del Covid, de sus secuelas crónicas y de la 'tripledemia': infecciones simultáneas de Covid-19, Virus Respiratorio Sincitial (VRS) y gripe", advierte López-Acuña. Así, la OMS considera que los 7 millones de muertes atribuidos en el mundo a la pandemia son una subestimación: la cifra se acercaría a los 20 millones. Un informe publicado en 2023 estimaba en miles las muertes subestimadas en las cinco primeras olas en nuestro país. "Es factible que haya habido entre 8.000 y 10.000 muertes más de las registradas", afirma el epidemiólogo.

¿Quién fue el 'paciente cero'?

La 'neumonía atípica de Wuhan' empieza a ser noticia en diciembre de 2019, pero su extensión fue fulgurante y desapercibida, recuerda Joan Caylá, coordinador de la Unidad de Investigación en Tuberculosis de Barcelona y exjefe del Servicio de Epidemiología de la Agencia de Salud Pública de Barcelona. El 31 de enero, se identificaron en Roma dos turistas chinos por PCR llegados desde Milán. "Asumiendo que se contagiaron dos semanas antes, y con una tasa de transmisión de dos a tres personas, el virus se extendía en Italia desde comienzos de año".

El 21 de febrero ya se registraba transmisión comunitaria en Lombardía a causa de "una persona contagiada por un amigo chino", pero Caylá subraya que el coronavirus ya producía infecciones autóctonas. "Los primeros casos en Austria se dan el 25 de febrero, pero no son personas chinas, sino del norte de Italia". Oficialmente, un turista alemán en Gomera a finales de enero fue el primer paciente en España. Pero el primer caso peninsular fue detectado ese mismo 25 de febrero en el Clínic de Barcelona. Aunque residía en la ciudad condal, había estado en Lombardía entre el 12 y 22.

"Hay mucha gente que va de España a Italia de vacaciones en invierno, y viceversa", valora López-Acuña. El aeropuerto de Milán no solo fue un gran foco de intercambio, sino que hoy se sabe que hubo eventos amplificadores como el partido de fútbol del Atalanta-Valencia del 19 de febrero. "Recordemos que el propio Centro Europeo de Control de Enfermedades afirmó que había un riesgo muy bajo de transmisión del SARS-CoV-2. Lo que no se entendía bien ni en España ni en el resto del mundo es que había transmisión también por personas asintomáticas".

Trabajos de desinfección en la piazza del Duomo, en Milán

Trabajos de desinfección en la piazza del Duomo, en Milán Efe

¿Cuántos contagios hubo?

Que las PCR -siglas en inglés de 'reacción de cadena de polimerasa'- fueran las únicas prueblas para diagnosticar el Covid y que solo se realizaran a viajeros chinos produjo un enorme infradiagnóstico, coinciden los epidemiólogos. El estudio pionero de seroprevalencia 'ENE-COVID' liderado por el Instituto de Salud Carlos III reveló a finales de 2020 que casi el 10% de los españoles había estado expuesto a esas alturas, el triple de lo que se esperaba. Hoy en día no sería posible, explica López-Acuña. "Los estudios serológicos reconocen la positividad por anticuerpos sean por infección o por vacunación".

La elevadísima tasa de vacunación que ha permitido doblegar la pandemia en nuestro país es uno de los factores que difumina la evidencia inmunitaria, y hace imposible determinar cuándo y cuánta gente se contagió. Pero hay evidencias de que la transmisión comunitaria en nuestro país se diseminaba desde enero, advierte Caylá. "El exceso de muertes en la semana que va del 2 al 8 de marzo, nos hace pensar que la gente que moría en esta semana se habría infectado entre el 3 y el 9 de febrero".

¿Cuál es el verdadero origen de la Covid?

Murciélago, civeta, pangolín... La lista de animales sospechosos de haber albergado el precursor del coronavirus SARS-CoV-2 que dio el salto al ser humano no ha cesado de rondar las investigaciones. Un reciente artículo en la revista Nature apuntaba el pasado febrero al perro mapache o tanuki (Nyctereutes procyonoides), un animal que se vendía enjaulado en el mercado de Huanan de Wuhan pese a las prohibiciones. Además de ser un huésped frecuente de virus zoonóticos, habría tenido más contacto con los trabajadores del mercado que otras especies.

Una hipótesis más polémica es la que vincula la Covid con el Instituto de Virología de Wuhan, que ha sido mantenida tanto por el FBI como por la CIA sin pruebas epidemiológicas que de momento lo sostengan. "La realidad es que cada vez se registran más enfermedades emergentes al inteferir el hombre en espacios reservados a la fauna salvaje", valora Caylá. "Lo más probable es que sea una zoonosis, pero nunca tendremos la seguridad total. Pero esto ya lo veíamos al comienzo de la pandemia de SIDA: si alguien quería salir en revistas, lo hacía especulando".

Perro mapache (Nyctereutes_procyonoides) (Piotr_Kuczynski/Commons)

Perro mapache (Nyctereutes_procyonoides) (Piotr_Kuczynski/Commons)

¿Fueron efectivas todas las medidas?

"Durante el primer año y medio de la pandemia, no tuvimos ningún mecanismo que atenuara tanto el riesgo de infección como su severidad", recuerda López-Acuña. Ya en 2020 la revista Nature confirmó que el confinamiento, por duro que resultase, salvó 450.00 vidas en los primeros compases. A continuación, las medidas más exitosas hasta la llegada de las vacunas han sido "la mascarilla y las restricciones a la interacción en los espacios físicos muy concurridos".

Por otro lado, otras medidas como la desinfección se han demostrado excesivas al descartarse que el virus pudiera transmitirse a partir de objetos contaminados (fómites). Esto brindó algunas de las escenas más surrealistas de la pandemia, recuerda el epidemiólogo. "La gente iba al supermercado y limpiaba todos y cada uno de los productos... Eso fue infundado. Pero lavarnos las manos fue importante, era la manera de eliminar los restos de virus por contacto".

Caylá, por su parte, destaca que los países que llevaron a cabo políticas de 'Covid Cero' en lugar de mitigación tuvieron menos mortalidad en la primera ola y una menor caída del PIB, según publicaron en la revista Medicina de Familia de SEMERGEN. "Hubo movimientos confusos: se suspendió el Mobile World Congress pero se siguieron permitiendo eventos multitudinarios. Hubo interferencias políticas", lamenta. El aeropuerto de Barajas, como fue el de Milán, fue un vector tanto para la sobremortalidad en Madrid como en la llegada de la Covid a Latinoamérica.

Finalmente, el caos del rastreo en el verano de la desescalada deja sensaciones contrapuestas. "Se contrataron miles de rastreadores para ayudar a los servicios de salud pública. Pero formarlos llevó tiempo. Había que censar a los contactos, comprobar si hacían cuarentena... La Covid generaba decenas de miles de casos cada día, era inasumible", recuerda Caylá. "En epidemiología se usa una idea de los bomberos: apagar un fuego cuando es pequeño es fácil; si dejas que se extienda, se vuelve más difícil".