El psicólogo clínico Javier Urra fue el primer Defensor del Menor en España.

El psicólogo clínico Javier Urra fue el primer Defensor del Menor en España. Daniel Pérez EFE

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Javier Urra, psicólogo y primer Defensor del Menor: "Las palabras disciplina y autoridad han perdido su fundamento"

"Los menores que asesinaron a Belén Cortés pueden reinsertarse" / "Hay jóvenes que se enfrentan con la Policía. En mi época, era impensable" / "Encerrar más de 6 años a un chico de 15 años lo animaliza. Cuando sale es peligrosísimo" / "Los pisos tutelados son lugares de cariño, afecto, límites y amor" / "Los jóvenes se han acostumbrado desde pequeños a conseguirlo todo".

Más información: Belén Cortés, la educadora de Badajoz, dormía en el piso tutelado con pestillo por miedo a sus asesinos

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La muerte de la educadora Belén Cortés en un piso tutelado a manos de dos menores ha impacto incluso a los que han dedicado su carrera a la protección de menores, como es el caso de Javier Urra (Estella, 1957). Este psicólogo clínico fue el primer Defensor del Menor en España y ha presidido la Red Europea de Defensor del Menor. También ha trabajado 35 años en la Fiscalía de Menores de Madrid. Pese a esta trayectoria, nunca había visto un suceso como el de Badajoz: "Es un caso único", asegura a EL ESPAÑOL.

Aclara, eso sí, que sólo conocen los datos que han aparecido en medios. Y aunque "tendría que evaluar el caso en profundidad", lamenta que en estos días haya habido quienes se han aprovechado del presunto asesinato de Cortés para vertir información errónea: "Hoy en día, habla mucha gente sobre temas de los que no sabe".

En base a su experiencia, Urra considera que actualmente los jóvenes no generan más delincuencia que las generaciones anteriores. Sí que le preocupa el aumento de las agresiones sexuales, así como el de la violencia ascendente, aquella que se ejerce sobre los progenitores, que "primordialmente se está dando de hijos varones contra madres".

Comprender por qué se siguen dando estos casos de delincuencia juvenil requeriría de "una respuesta muy compleja". Aunque si en algo incide Urra es en el ámbito de la educación, puesto que la ley actúa cuando el delito ya se ha cometido. Aun así, lamenta que se produzcan escenas que eran impensables hace unos años, cuando las palabras "disciplina" y "autoridad" no habían perdido "fundamento".

¿Estamos fallando como sociedad?

Sí, claro. Categóricamente. Los chicos no nacen así. Lo que pasa es que ven un modo de operar de algunos adultos y hay chicos que son muy complicados. También digo, yo doy clase a alumnos que son jóvenes encantadores. Quiero decir con esto que no se trata de demonizar a los más jóvenes porque también hay adultos muy complicados. La solución pasa por la educación, y luego por la responsabilidad y por la disciplina.

¿Por qué se siguen cometiendo hechos delictivos entre los jóvenes españoles?

Lo primero que hay que decir es que los jóvenes ahora no generan más delincuencia que las generaciones anteriores. Eso no es cierto. Sí que tenemos más jóvenes que generan más violencia filio-parental; es decir, agresiones de hijos a padres, y primordialmente, de hijos varones contra madres. También han aumentado las agresiones sexuales. Aquí tenemos un problema añadido, que no había visto antes, como es el de que se están cometiendo en grupo.

Esa sería la imagen de la juventud y sus delitos a día de hoy en España. Ahora bien, explicar las causas nos llevaría a una respuesta muy compleja. Por simplificar, y en relación por ejemplo con la violencia filio-parental o ascendente, un problema que tenemos en general es el de la sobreprotección.

¿Por qué la sobreprotección es un problema?

Porque nos ha convertido en una sociedad donde a la gente le es muy difícil decir que no. Los jóvenes se han acostumbrado desde pequeños a conseguirlo todo. No aceptan la frustración ni difieren la gratificación. Son muchos niños los que dicen "lo quiero aquí y ahora". Y no sólo estamos en una sociedad que sobreprotege, sino que también la palabra disciplina y autoridad han perdido fundamento. ¿Te pongo un ejemplo?

Adelante.

A los maestros ha habido que nombrarles autoridad para que si un alumno o su padre le agrede, la sanción sea más dura. Es llamativo que hayas tenido que nombrar autoridad a un maestro, porque ya se entiende que la tiene. Es decir, algo nos está fallando.

También ha habido que nombrar autoridad a los médicos. Esto era impensable hace unas décadas. A mis padres, médicos, cómo un paciente les iba a agredir. Era impensable. Pero es que hoy ya no lo es. Y no sólo se ha rebajado la disciplina, también el esfuerzo y la autoridad. Hoy hay jóvenes que se enfrentan con la Policía, no les importa decirle que no. En mi época, era absolutamente impensable. Ése es un problema.

¿Cuál es el otro?

El otro, en relación con las agresiones sexuales, es que vemos que se han producido dos cambios muy llamativos. Por un lado, se ha bajado el criterio de lo que entendemos por infancia. Cualquier padre o madre te dice hoy que su hijo es adolescente cuando tiene 11 años. Un adolescente no es de 11 años, es más mayor.

Pero ya es como que con Internet los niños acceden, por ejemplo, a la pornografía violenta desde muy corta edad. Por ello empiezan a tener unas ideas que no se ajustan en absoluto a lo que es el respeto y una correcta sexualidad. Esto es muy peligroso. Esa es la explicación, creemos, de por qué se están dando más agresiones sexuales.

¿Qué otros motivos pueden estar favoreciendo este incremento?

Habría que añadir el consumo de alcohol. El año pasado hemos tenido 500 delirium tremens, que es una situación en la que el límite entre la vida y la muerte está muy próximo. Como psicólogo forense, me planteo que hay jóvenes que beben y cometen un delito. Y entonces cuando llegan a juicio dicen "no sé muy bien lo que hice porque había bebido". Tengo la convicción moral de que muchos de ellos tenían idea de lo que querían hacer y con quién querían hacerlo.

¿Considera que el presunto asesinato de Belén Cortés por los dos menores tutelados entra dentro de los ejemplos que ha puesto anteriormente de violencia ejercida sobre la autoridad?

No conozco el caso en profundidad y tendría que evaluarlo. Aunque lo importante primero sería evitar la confusión que estoy viendo estos días en determinadas cuestiones. Por un lado, hay que decir que la Ley Orgánica de Responsabilidad Penal del Menor nace hace 25 años. Algunos de los que participamos en la elaboración estábamos amenazados por ETA. Digo esto porque la gente dice que es una ley blanda. No, para nada, es una ley muy dura. 

Hicimos una ley orgánica, el máximo rango que existe, que consiguió la unanimidad de todo el Congreso y el Senado. Es una ley con la que le pones responsabilidad penal al menor. Y dentro de ella hay distintos tipos de centros como, por ejemplo, los centros de máxima seguridad, de los que jamás se ha fugado un chico en España.

En el caso de Badajoz, estamos hablando de protección de menores; y en concreto, de pisos tutelados o conocidos más correctamente como grupo de convivencia. Esto es muy importante porque se trata de un joven que, en principio, no tiene una sentencia firme.

Un grupo de educadores sociales se concentra en Badajoz para expresar sus condolencias.

Un grupo de educadores sociales se concentra en Badajoz para expresar sus condolencias. José Luis Real EFE

No conozco el caso, pero uno de los chicos le había roto la mandíbula a su padre, mientras que el otro había cometido algunos hechos aunque tampoco realmente graves. Ése es el punto de partida. Luego está la fuga, que es bastante fácil teniendo en cuenta que no tienen medidas de seguridad.

Ahí se dispara todo porque, según he leído, cometen muchas tropelías en poco tiempo pero regresan al piso tutelado con una sola educadora, lo cual yo veo muy problemático. Es probable que la educadora les dijera en un momento determinado "no vais a salir". Algo les diría. Y estos, que muy posiblemente habían consumido drogas que incluso podrían haber conseguido de una de las madres como se ha publicado, entraron en un acto de ira o de rencor para matar.

¿Había visto algún caso similar a lo largo de su trayectoria?

En absoluto, es un caso único. No lo había visto en toda mi vida. Resulta también muy complejo porque estos chicos, una vez que ya están en la calle, ya han cometido esos delitos, posiblemente tendrían que haber ido a un juzgado de guardia y decir "oye, estos chicos están disparados, están conspirando, están robando". Es una auténtica llamada de atención y no es para volver a un grupo educativo, sino para internarlos en un centro.

Es verdad que todo esto ha pasado en un fin de semana. Ha sido muy rápido. Pero mi criterio es que no debe de haber un solo educador porque estos chicos son muy difíciles de prever, incluso para ellos mismos. Si el de 14 años le ha partido la mandíbula a su padre, por qué le va a hacer caso a una educadora. Ahora bien, hay que mirar muy bien la proporcionalidad de la medida.

¿Por qué lo dice?

Hay gente que está pidiendo que pongan un vigilante jurado. Desde luego que no. ¿Cómo vas a poner a un vigilante jurado en un grupo de convivencia? ¿Llevarías a un guarda jurado a tu casa, que tienes hijos? No. Un grupo de convivencia es un lugar de cariño, de afecto, de normas, de límites y de amor. Hay miles de educadores que están trabajando y lo están haciendo de maravilla.

Aunque es cierto que en este caso algo ha fallado porque ella ya había denunciado a uno de los chicos. Tenía miedo, y así no se puede estar. El terrible hecho de esta educadora es que ha muerto a manos de los mismos a los que quiere educar. Es realmente terrible.

¿Cree que se debe reformar la Ley del Menor?

En España, una parte pide que se endurezca la ley. La pregunta inteligente es por qué no se ha cambiado en estos 25 años, aunque sí que ha tenido algunas modificaciones. Pues bien, resulta que un chaval de 14 a 16 años puede ser sancionado hasta con seis años de privación de libertad en un centro de reforma. En el grupo de 16 a 18, la máxima son ocho años.

A mí, como padre, como abuelo y como ciudadano, me parecen muy poco seis u ocho años. Pero es que para un chico de 15 años es una parte importante de su vida. Para mí, que tengo 67 años, seis años es poco. Por eso creo que tener más de seis años para un chico de 15 años o más de ocho años para un chico de 17 lo animaliza. El chaval piensa que le han quitado toda su juventud. Y cuando sale, es peligrosísimo.

Quien te está hablando ha sido director y psicólogo de un Centro Piloto Nacional de Reforma con menores muy conflictivos en Cuenca. El primer caso que nos llegó fue el de un chico que le metió 17 veces un destornillador a un guardia jurado en el hotel Claridge de Madrid. Yo sé lo que es que un chaval te ponga un cuchillo en el cuello. Pero también sé lo que le dije: "Me matarás pero no vas a salir".

Sé que trabajar con menores tiene mucho riesgo. La Policía también lo sabe, y que un chaval de 15 años le puede pegar un cabezazo. Un preso, por ejemplo, no va a hacer eso porque sabe que le caen dos años. Lo que sucede es que el adulto reacciona anticipando, mientras que el menor, no. El menor pasa al acto, que puede ser contra la autoridad, contra un compañero o contra sí mismo.

¿Cree que en España se destina el dinero suficiente para la protección de menores?

En España, se emplea muchísimo dinero en menores. Un menor en un centro de reforma cuesta 6.000 euros al mes. Porque ahora todo el mundo dice "que se pongan medios", pero tienen un coste económico. Y en los grupos de convivencia lo que tiene que haber no es un guarda jurado, sino dos educadoras. ¿Crees que si hubiera habido dos educadoras esto hubiera pasado? La respuesta es no. Pero la sociedad tiene que saber que esto debemos pagarlo. 

Y aquí es cuando pienso que no es cuestión de cambiar la ley. Se trata de que haya educación, de que la gente se conduzca correctamente, que tengan valores, virtudes, que haya un respeto. Pero el problema es una patología social. Hombres que violentan a las mujeres. También hay gente que está puesta todo el día de cocaína y alcohol. O quienes pagan en prostitución. Separaciones muy mal llevadas, padres que no quieren a hijos, incapacidad para educar. Todo este maremágnum que tenemos es lo que lleva a tantos chicos problemáticos que sufren y hacen sufrir. Es ahí donde tenemos que cambiar.

Javier Urra advierte que a día de hoy hay jóvenes que son capaces hasta de enfrentarse con la Policía.

Javier Urra advierte que a día de hoy hay jóvenes que son capaces hasta de enfrentarse con la Policía. Daniel Pérez EFE

¿Cuál es el riesgo de que los menores que cometen delitos no vuelvan a reincidir?

En el 80% de los casos no vuelven a reincidir. El pronóstico es peor en las agresiones sexuales.

¿Cómo se consigue que la mayoría de los menores no vuelvan a reincidir?

Primero, porque pueden madurar con la propia edad. Luego también les hacen lo que se conoce como un cambio cognitivo-conductual. Si se trabaja mucho, mucho tiempo, se consigue.

¿Cree que es posible que los presuntos asesinos de Belén Cortés vayan a poder reinsertarse?

Sin duda. ¿Cómo no vamos a creer que se puede sacar adelante a un chico con 15 años? Habrá que ver cuál es su carácter, su temperamento y su personalidad. También hay que ver cuál es su entorno familiar o si tenían problemas de adicciones. Todo esto es ir trabajándolo en el día a día.

Y al final, tendrá que tener una formación laboral para que pueda encontrar un empleo, para que pueda ser feliz sentimentalmente con alguien. Por eso la sanción lo que busca es, por un lado, que la familia de la víctima no sienta que hay impunidad. Esto es esencial. Pero también hay que trabajar con el agresor para que no reincida.

En este sentido, me parece horroroso lo que está pasando actualmente: a personas que han estado en la cárcel o que todavía siguen en ella por un hecho manifiesto y un juicio justo se les está pagando dinero para que escriba un libro o participe en una serie de televisión para contar su verdad. No, usted no tiene que hablar nada, si usted ya está juzgado. Ojalá la población no consuma este contenido porque es lo más amoral que existe y hace muchísimo daño a las víctimas.

¿Recuerda especialmente algún caso en el que se haya logrado la reinserción?

Sí, yo he entrevistado por ejemplo al asesino de la catana, que mató a sus padres y a su hermana con síndrome de Down. Ahora vive en Santander, tiene mujer y una hija. Sé también perfectamente dónde viven las dos chicas que mataron a Clara García en San Fernando (Cádiz). Una de ellas es madre de dos niñas. Es decir, lo que se busca con la ley es la no reincidencia. Porque la ley no puede evitar el primer delito.

La ley está bien planteada, lo que hacen falta son medios. En España, se gasta mucho en los centros de protección. ¿Habría que gastar más? La pregunta es por qué cada vez tenemos más problemas, por qué cada vez hay más chicos que son incontrolables tanto en las aulas como en los hogares. Lo que sucede es que abordar esto es más complejo que decir "cambien la ley". Eso se le ocurre a cualquiera.