El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en una imagen de archivo.

El ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en una imagen de archivo.

Salud

Todas las preguntas médicas tras el anuncio del cáncer del ministro Ángel Víctor Torres: de los "tumores" al tratamiento

El ministro de Política Territorial anunció este domingo que sería operado en abril pero no necesitaría delegar sus funciones.

Más información: El ministro Ángel Víctor Torres anuncia que padece cáncer pero no dejará el Ministerio: le operarán en abril

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El anuncio del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, de que padece un cáncer ha conmocionado a la esfera política española. También es reflejo de la situación actual de la enfermedad en España, que ha dejado de ser un tabú.

La conversación sobre el cáncer es hoy más importante que nunca, a medida que se diagnostica cada vez más, en personas jóvenes y de mediana edad, pero también porque los tratamientos y la supervivencia han mejorado y el número de personas que siguen trabajando después de haber superado un tumor es cada vez mayor.

"Estos días me han llamado algunos compañeros preocupados porque les llegaban rumores sobre mi estado de salud", declaraba el ministro Torres en un mitin este domingo en Gran Canaria.

"Me he hecho unas pruebas médicas que han culminado, que tenemos… tengo unos tumores cancerígenos que hay que tratar, pero es operable, tenemos fecha final de abril. Las cosas caminarán, seguiré en activo y regresaremos más fuertes".

Hasta el momento, no ha trascendido qué tipo de cáncer tiene el ministro y dónde será tratado. No es el primer político al que se le diagnostica un tumor estando en activo. El expresidente del Gobierno de Aragón y compañero de partido de Torres en el PSOE, Javier Lambán, anunció que tenía cáncer en 2021, en el ecuador de su segundo mandato. Esto no le impidió presentarse a las elecciones autonómicas de 2023 y solo decidió abandonar su carrera política tras la elección de Pilar Alegría, ministra de Educación, como secretaria general del partido en Aragón.

Hay casos como el de la exministra Ana Palacio, que fue diagnosticada de cáncer de mama en el año 2000, dos años antes de que tomara posesión de la cartera de Asuntos Exteriores del Gobierno de José María Aznar. Esperanza Aguirre, María San Gil o el expresident de la Generalitat de Cataluña José Montilla han sido otros políticos diagnosticados de cáncer que pudieron continuar con su carrera después de ello.

¿Qué tipo de cáncer tiene?

Ángel Víctor Torres cumplirá 59 años esta misma semana, el 30 de marzo. Aunque la gran mayoría de cánceres en hombres se diagnostican a partir de los 65 años, no es infrecuente la detección de ciertos tumores en personas de su edad.

Según datos de la Red Española de Registros de Cáncer (Redecan), en 2022 se diagnosticaron 46.504 tumores en hombres de entre 45 y 64 años, por 10.132 entre los menores de 44 años y 63.398 entre los mayores de 65.

Aunque en cifras absolutas no parece haber tanta diferencia entre la mediana y la tercera edad, la incidencia por 100.000 habitantes en hombres mayores de 65 años es cerca del doble que entre los 45 y los 64: 1.162,2 casos frente a 642,5.

Los tumores con mayor incidencia en los hombres de mediana edad son los de próstata, pulmón, vejiga y los colorrectales, según los datos de Redecan. El cáncer de próstata es el que tiene un mejor pronóstico de los tres.

"La supervivencia de los pacientes con cáncer de próstata avanzado en los últimos 15 años se ha triplicado gracias al desarrollo de nuevos agentes hormonales, quimioterapia o radiofármacos, pasando de 12-18 meses en 2005, cuando sólo se disponía de quimioterapia, a más de 36 en la actualidad", explica la Sociedad Española de Oncología Médica. Así, la supervivencia a cinco años se sitúa en el 89,8%, la más elevada entre los tumores más frecuentes.

Más importante que el tipo de tumor es el estadio en el que este es diagnosticado. Esto se refiere al tamaño del tumor y su diseminación a tejidos cercanos o lejanos. Es lo que determinará, en gran parte, la estrategia terapéutica a seguir.

¿A qué se refiere al hablar de "tumores"?

La edad es un factor de riesgo en el desarrollo del cáncer. Esto quiere decir que, cuanto mayor sea uno, más probabilidades tiene de que se le detecte un tumor. Esto se debe a que los cánceres pueden tardar años, incluso décadas, en desarrollarse, pues las células van acumulando mutaciones que van inutilizando los controles del propio cuerpo a la proliferación celular descontrolada que es el origen del tumor.

Esto también suele implicar que el cáncer es menos agresivo (crece más despacio) cuando se diagnostica en edades avanzadas. Pero hay que tener en cuenta que el cáncer no es una única enfermedad sino un conjunto de unas 200 patologías, cada una con sus características propias.

Algunos tipos tumorales, como el de páncreas, suelen asociarse a una mayor agresividad, pero dentro de una misma localización puede haber tumores muy distintos. Hoy en día es común la identificación del perfil molecular del tumor, es decir, qué proteínas expresan las células cancerígenas en su superficie, pues cada vez hay más opciones de tratamiento que van dirigidos a estos marcadores específicos.

La gravedad también viene determinada por el estadio al momento del diagnóstico. Cuanto más grande sea o más diseminado esté el tumor, peor se considera el pronóstico.

El ministro Torres habla de "tumores", lo que podría indicar varias cosas: que le hayan detectado no uno sino varios cánceres, que se trate de un cáncer localmente avanzado (se ha extendido a ganglios linfáticos cercanos) o metastásico (se ha extendido a partes lejanas del cuerpo).

Acto seguido, sin embargo, señaló que sería operado en abril, lo que indicaría, en principio, que su tumor no estaría muy extendido. Es pura lógica: si las células cancerígenas se han extendido por todo el cuerpo, no tiene sentido extirparlas quirúrgicamente.

¿Es posible trabajar con un cáncer?

Al anunciar que tenía cáncer y que sería intervenido quirúrgicamente, Ángel Víctor Torres también aseguró que suspendería su agenda pública varias semanas pero no abandonaría el ministerio y tampoco delegaría competencias.

Según el Observatorio del Cáncer de la Asociación Española Contra el Cáncer, el 37,4% de la población diagnosticada de un tumor en España en 2023 se encuentra en edad laboral, por lo que es susceptible de que la enfermedad impacte en su trabajo.

De hecho, hay un 28,4% de los pacientes que afirman haber perdido o dejado el trabajo después de la enfermedad, y un 3% ha tenido que cambiar de trabajo a causa de la misma.

En algunos casos, es el propio cáncer el que impide llevar una vida normal. Algunos tumores pueden comprimir otros órganos, músculos y huesos, causando debilidad o un importante dolor. En otras ocasiones, son los efectos secundarios al tratamiento los que impiden un desarrollo normal de la actividad laboral.

En este último caso, es el tipo de tratamiento el que determinará la recuperación del ministro Torres. Una vez más, dependerá del tipo de cáncer y el estado en que ha sido diagnosticado. Un tumor localizado puede ser extirpado mediante una intervención quirúrgica que no necesite una convalecencia larga.

Tras ella, lo más habitual suele ser la radioterapia, para eliminar células cancerígenas residuales alrededor de la zona de intervención, o la quimioterapia, que las elimina mediante otra vía: como la característica de las células tumorales es su alta proliferación, ataca a las células que se dividen.

Tanto las radioterapias como las quimioterapias actuales han mejorado para ofrecer la misma eficacia con menos efectos secundarios, lo que permite la incorporación más o menos rápida del paciente a la vida laboral, pero eso dependerá del número de ciclos de tratamiento y de las características de la persona.

Con todo, cada vez hay más opciones de tratamiento que se combinan con estas o que las sustituyen por completo y que tienen menos efectos secundarios. Las terapias dirigidas y las inmunoterapias permiten reducir drásticamente los efectos secundarios, de manera que muchas personas pueden trabajar y hacer vida normal estando en tratamiento (con la salvedad de los días que tengan que acudir al hospital para recibir la medicación).

Es importante subrayar, de nuevo, que el itinerario terapéutico es específico para cada paciente. Dos personas con un mismo tumor pueden tener líneas de tratamiento distintas dependiendo de las características del cáncer, los marcadores tumorales expresados, su situación personal, etc.

¿Qué pronóstico tiene?

Una vez superada la intervención quirúrgica, la intención del ministro de Política Territorial y Memoria Democrática es retomar su actividad. Esto no quiere decir que esté curado, ni siquiera en el caso de que no hicieran falta otros tratamientos adicionales.

Torres tendrá que acudir a revisiones con cierta periodicidad para verificar que su cuerpo sigue libre de células cancerígenas. Por regla general, los médicos establecen un plazo de cinco años para declarar que una persona está libre de cáncer, pero, una vez más, esto dependerá del tipo de tumor.

Incluso una vez pasados esos cinco años, muchos oncólogos se muestran renuentes a hablar de curación, ya que el riesgo de desarrollar nuevos tumores siempre es más alto que entre la población general.

En España se suele cifrar en dos millones el número de largos supervivientes al cáncer, pero en realidad se desconoce la cifra exacta.

"¿Por qué no 1,5 millones, por qué no 3 millones? No tenemos un registro, es algo que se infiere por los ratios de incidencia. No hay un número exacto pero lo que sí sabemos es que cada vez son más", explicaba a este periódico Ruth Vera, oncóloga del Hospital Universitario de Navarra y coordinadora del grupo de largos supervivientes de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Hay muy pocos estudios sobre largos supervivientes en España. Uno de ellos, realizado en el Hospital Universitario de Salamanca, observaba que la mayoría son mujeres, con una media de edad de 72 años y con tumores de mama y colorrectales.

Además del heterogéneo grupo de largos supervivientes, hay otros pacientes que viven años y décadas con la enfermedad controlada. Algunos tratamientos introducidos en las últimas décadas han permitido que, aunque el tumor no desaparezca, sí se le puede mantener a raya durante años y los pacientes pueden llevar una vida normal.