Con la llegada de los meses más fríos del año, es el momento de comenzar a sacar la ropa de invierno del armario, pero también de empezar a pensar en los diferentes sistemas que tenemos a nuestra disposición para calentar nuestras casas. En un contexto actual en el que la factura de luz sigue siendo una gran preocupación para los ciudadanos españoles por su coste, es cada vez más frecuente que se busquen alternativas más eficaces y económicas.
Por ello, a lo largo de los últimos años ha habido cada vez más personas que se han decantado por el uso de las conocidas estufas de pellets, ya que estas permiten reducir el importe mensual de la electricidad, al mismo tiempo que son eficientes para calentar los hogares. Estos aparatos utilizan pellets, que son unos pequeños cilindros de material comprimido (por lo general, de madera), usados como combustible para conseguir calor.
Además de ser un sistema eficiente, las estufas de pellets acostumbran a proporcionar una mayor limpieza que las estufas de leña tradicionales, ya que producen menos emisiones y una menor cantidad de hollín. A todo ello hay que sumar que los pellets son un recurso renovable y, por lo general, son más económicos que otros combustibles fósiles.
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Sin embargo, aunque sobre el papel todo pueden parecer ventajas a la hora de hablar del uso de este sistema para calentar el hogar, la realidad es que también tiene algunos inconvenientes. De hecho, hay una serie de motivos de salud por los que se está dejando de utilizar la estufa de pellets.
Los peligros de las estufas de pellets
A pesar de que se trata de aparatos que, generalmente, son seguros, la utilización de pellets de mala calidad podría incrementar los problemas de salud. Por este motivo, los expertos insisten en la necesidad de alejarse de pellets excesivamente económicos, ya que puede ser un indicativo de que no son la mejor opción para este sistema para calentar el hogar.
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Esos productos que no están certificados pueden llegar a ocasionar que se incremente la cantidad de polvo fino en la casa, haciendo que este pueda llegar ser inhalado por los diferentes miembros del hogar, dando lugar a distintas enfermedades respiratorias y reacciones alérgicas.
De esta manera, siempre que se vaya a hacer uso de una estufa de pellets, hay que asegurarse de usar un combustible que cumpla con todas las normas de seguridad y que sea, por tanto, de una buena calidad. De igual forma, hay que cerciorarse de que la vivienda tiene una buena ventilación, de forma que cuando se acumulen demasiados gases en su interior, puedan ser disipados o expulsados al exterior adecuadamente. No ventilar con frecuencia puede provocar una mayor exposición a los ácaros del polvo y otros agentes patógenos.
Estufa de pellets o bomba de calor
A la hora de elegir un sistema de calefacción para el hogar con el que combatir el frío, elegir entre una estufa de pellets o una bomba de calor depende de diferentes factores, como las propias necesidades de calefacción y refrigeración de la vivienda, así como del clima del lugar en el que residamos, de las preferencias personas y, como no, del presupuesto disponible. En ambos casos, nos encontramos con sistemas con una serie de ventajas y desventajas.
En el caso de la estufa de pellets, nos encontramos ante un sistema de calefacción más ecológico, ya que se trata de un combustible renovable, al estar principalmente fabricado con residuos de madera. Además, ofrece una gran eficiencia y genera un calor constante, lo que provoca que haya una sensación de calor similar a la que se puede disfrutar con las estufas de leña tradicionales. También hay que recalcar que tienen una menor dependencia del suministro eléctrico, si bien es cierto que hay algunas funciones que pueden necesitar de electricidad para funcionar.
Sin embargo, se trata de sistema que no proporcionan refrigeración para poder combatir el calor de los meses de verano, y necesitan de una limpieza y mantenimiento regular, así como de un lugar seco para guardar en perfecto estado los pellets.
Por su parte, las bombas de calor tienen la gran ventaja de que son capaces de enfriar en verano y calentar en invierno, siendo sistemas que tienen una gran eficiencia y necesitan de un menor mantenimiento que las estufas de pellets, a lo que hay que sumar un funcionamiento más silencioso.
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No obstante, también tiene algunos inconvenientes que conviene tener en cuenta, como es el hecho de que la instalación inicial puede ser costosa, sobre todo en el caso de las bombas de calor geotérmicas. Además, para funcionar necesitan de electricidad, por lo que esto puede ser un punto en contra si lo que se está buscando es una reducción de la factura eléctrica. A estas desventajas hay que añadir que son menos eficientes en climas extremadamente fríos.
Como podemos ver, tanto las estufas de pellets como las bombas de calor tienen sus propios pros y contras, por lo que, a la hora de decantarse por un sistema u otro, la decisión dependerá de la región en la que se resida, así como de las propias necesidades en lo que se refiere a la calefacción y refrigeración del hogar, y en el presupuesto disponible para acometer la instalación de este tipo de equipos. En cualquier caso, siempre es recomendable buscar asesoramiento profesional.