La manifestación del pasado 11 de septiembre en la avenida Meridiana de Barcelona puso a prueba un nuevo software capaz de contar multitudes en cuestión de minutos. No hubo dos millones de asistentes, ni un millón y medio, sino cerca de 530.000. Este sistema proporciona casi en tiempo real cifras de asistencia a actos multitudinarios, tras analizar fotografías aéreas y contar cabezas.
El Centro de Investigación de Visualización Computerizada de la Universidad de Florida Central (UCF) en EEUU ha desarrollado un programa que automatiza y acelera el proceso de conteo de personas sobre imágenes para ahorrar tiempo, nada menos que "de una semana a apenas 30 minutos".
El pasado 11 de septiembre, el Observatorio Electoral de Cataluña (OEC) de la asociación Sociedad Civil Catalana se propuso realizar un estudio científico que contabilizara, con el menor error posible, la asistencia a la marcha, que se preveía multitudinaria.
Para ello, dos catedráticos de la Universidad de Barcelona y de la Pompeu Fabra, Josep María Oller y Albert Satorra, utilizaron un nuevo método estadístico, que usaba como base el conteo real de varias zonas de la manifestación. Para ello, enviaron a sus colegas de la UCF hasta 67 fotografías de otros tantos tramos de la marcha en su momento álgido, para que aplicaran su programa informático y contase de forma exhaustiva cuánta gente había en las imágenes.
A gran escala
Si bien se habían contado multitudes digitalmente con anterioridad, nunca antes se había realizado tan a gran escala, con magnitudes de cientos de miles de personas. Gracias a a ese software capaz de identificar las cabezas, los investigadores consiguieron un resultado realista de forma automatizada.
Los datos viajaron de vuelta a Barcelona, donde Oller y Satorra llevaron a cabo la proyección estadística -mediante el método de la integral de línea- para proyectar esas cifras reales y obtener una cifra global.
Así, concluyeron que a la manifestación de la Diada 2015 habían acudido entre 435.000 y 622.566 participantes, lo que deja una cifra media de unos 530.000. Se trata de una cifra muy inferior a la aportada por los organizadores (dos millones) y por la Guardia Urbana (1,4 millones).
Métodos de cálculo
"El método típico de recuento de concentraciones humanas es el método del área", comenta Satorra a EL ESPAÑOL, "se calibra la cantidad de personas que caben en el área o superficie ocupada (de dos a cuatro personas por metro cuadrado) y se multiplica por el área total que ocupa la multitud, con lo que sale una aproximación". Aquí el problema es tratar de saber qué concentración real de personas hay por metro cuadrado.
"Nosotros quisimos probar otro método", explica Satorra, que añade: "Se nos ocurrió un diseño atrevido para hacer un recuento alternativo que se basa en un dato indiscutido, que es la longitud de la manifestación (cerca de 5,4 kilómetros) y fotos en todo el recorrido que cubrieran toda la amplitud de la marcha".
Para controlar la efectividad de este método, sometieron una muestra aleatoria de 15 fotos al método de área, para contrastar resultados: acotaron la superficie de cada foto seleccionada, estimaron la concentración humana y proyectaron los resultados a toda la manifestación: salían 540.000 asistentes. Una cifra muy similar a la obtenida por el método de contar cabezas y aplicar su fórmula estadística (530.000). La diferencia es que con el nuevo sistema el tiempo de conteo se acorta dramáticamente.
En definitiva, gracias al rápido software de sus colegas de la UCF, comprobaron que se puede obtener una estimación casi inmediata de asistencia sin necesidad de discutir sobre la anchura de la avenida o la densidad de personas por metro cuadrado.
El programa informático, producto de la tesis doctoral de Haroon Idrees de la UCF, se había probado antes en La Meca, según Satorra, que se muestra entusiasmado con la posibilidad de dar "un poco de objetividad a estos conteos".
Jóvenes pioneros
Hace ya una década, un grupo de jóvenes creó un simple blog que iba a poner orden y sensatez en las discusiones sobre cuántos asistentes habían acudido a las manifestaciones. Lo llamaron El Manifestómetro. Fueron los primeros en decir alto y claro una evidencia tantas veces obviada por los periodistas: en el eje Prado-Recoletos de Madrid no cabe un millón de personas, ni muchísimo menos.
Javier Salas, miembro de aquella cuadrilla y hoy periodista de Materia-El País, comenta que solían cubrir las marchas entre cuatro o cinco amigos. "Uno iba a la cabecera, otro se quedaba en la cola y otros controlaban los bordes", recuerda. En el momento en el que la cabecera llegaba a su destino -"cuando la asistencia es máxima", apunta Salas- realizaban fotos de control, con las que más tarde demostrarían sus cuentas.
Luego, calculaban la superficie máxima de la manifestación gracias a una herramienta online, el visor del Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas, SIGPAC: sólo tenían que pintar con puntos la superficie sobre el callejero.
"Hacíamos los cálculos teniendo en cuenta que, en el mejor de los casos, caben cuatro personas en un metro cuadrado, y en el peor, una", recuerda Salas. Las imágenes de control servían, también, para demostrar si la marcha era muy concurrida o no. "Luego, con esos datos, el usuario podía decidir".
Sus mediciones llamaron la atención de varios medios de comunicación, sobre todo por las batallas de cifras que había entonces y que sigue habiendo.
"Yo creo que hasta salimos en la tele", recuerda Sergio Rodríguez, otro miembro de El Manifestómetro, ese experimento amateur para medir manifestaciones mediante un método de área, que resultó perfectamente válido desde el punto de vista estadístico.
Una idea similar llegó a adquirir forma de empresa. Lynce nació en 2009 y consiguió acuerdos con la agencia de noticias EFE para realizar cálculos independientes de asistentes a manifestaciones. Utilizaba para ello imágenes aéreas -tenía un pequeño zepelín teledirigido con cámaras de alta definición y un fotógrafo para controlar las zonas oscuras, fuera del plano aéreo- y un sistema informático que era capaz de realizar el recuento de asistentes uno a uno. La empresa echó el cierre en 2012, por problemas económicos.
La panorámica de EL ESPAÑOL
A principios del año 2015, EL ESPAÑOL realizó su primera cobertura original de un acontecimiento, la manifestación del 31 de enero convocada por Podemos. Gracias a la colaboración de 93 Metros publicamos una gran foto panorámica y medimos la madrileña Puerta del Sol para calcular su capacidad: 46.500 personas llena hasta los topes, es decir, cuatro personas por metro cuadrado.