[Lee esta historia como si fuera 20 de diciembre de 1990]
El 20 de diciembre de 1990, hace ya un cuarto de siglo, nacieron la primera página web y el primer servidor web. Un equipo de científicos del CERN (la Organización Europea para la Investigación Nuclear) había creado los dos primeros navegadores que entendían el lenguaje HTML y a través de ellos pudieron acceder a archivos de hipertexto, los enlaces que hoy en día constituyen el ingrediente básico de Internet.
La World Wide Web, que estableció los ingredientes básicos para que Internet sea como lo conocemos hoy en día, daba sus primeros parpadeos. Tim Berners-Lee, considerado como el padre de la Web, y su equipo habían materializado a finales de 1990 una propuesta que el físico británico había presentado un año y medio antes, en marzo de 1989, y que apenas despertó interés en sus superiores.
La Web se ha traducido comúnmente al castellano como la Red. Aunque cuando Tim Berners-Lee trabajaba en un nombre para su invento quizá pensaba más bien en la otra traducción de web: telaraña. Se decantó por este nombre tras descartar otros como Information Mesh (malla de información) o The Information Mine (la mina de la información).
Lo cierto es que Berners-Lee concibió un sistema para estructurar e intercambiar información a través de Internet que permitía desplegar una gran complejidad de una forma muy sencilla. La metáfora de una telaraña, donde cada parte que nace se conecta con las demás, encaja con el concepto de hipertexto, que permitía vincular unos recursos con otros de una forma más natural.
Jefe, tengo una idea
Tim Berners-Lee, el principal artífice de este sistema, había empezado a trabajar en él una década atrás. En 1980 era un joven de 25 años, y pasó una estancia de seis meses en el CERN en donde desarrolló un prototipo de software llamado ENQUIRE, que utilizaba el concepto de hipertexto. En 1984 regresó al centro de investigación, que en aquella época se convirtió en el nodo más grande de Internet en Europa. Atención: Internet existía desde los años 60, pero en una moldura muy diferente a la que conocemos ahora.
En su segunda estancia, Berners-Lee quiso combinar las ventajas del hipertexto con Internet. El CERN, como toda institución mastodóntica, tenía necesidad de facilitar una comunicación fluida entre sus departamentos y empleados. Los mecanismos que se usaban en aquel momento para gestionar la información no eran del todo efectivos, lo que hacía difícil que los científicos compartieran datos.
La propuesta que Berners-Lee elaboró en 1989 no recibió una gran atención por parte de sus superiores. No se descorazonó y siguió trabajando en ello. Pasaría más de un año y medio hasta que el físico británico se vio en condiciones de presentar una propuesta remendada. Entre tanto, había conocido al ingeniero belga Robert Cailliau, también empleado en el CERN, que apoyó el proyecto y colaboró en su mejora.
El trabajo también recibiría el apoyo del jefe de Berners-Lee, Mike Sendall, quien le animó a que experimentara con su idea en un ordenador NeXT (que fabricaba la empresa que Steve Jobs creó tras salir de Apple). Era noviembre de 1990, el pistoletazo de salida de la World Wide Web ya se había dado. En apenas dos meses un equipo del CERN trabajó en la propuesta diseñada por el físico británico y el ingeniero belga.
Berners-Lee creó el primer navegador para la World Wide Web en ese mes y lo hizo sobre el software que usaba NeXT. Quedaba exportar el trabajo a un lenguaje que funcionara en Windows, un sistema más extendido. De ello se encargó una becaria, la estudiante de matemáticas Nicola Pellow, que programaría el Line Mode Browser.
En las Navidades de 1990, el equipo del proyecto logró acceder a archivos de hipertexto a través de los navegadores que acababan de crear. Las herramientas HTTP (HyperText Transfer Protocol) y HTML (HyperText Markup Language) habían sido desarrolladas, junto con el concepto de URL (Uniform Resource Identifier). Internet estaba a las puertas de transformarse en un espacio popular.
Para qué sirven HTTP y HTML
Lo que Tim Berners-Lee buscaba con su sistema no era otra cosa que una comunicación más eficaz entre los diferentes científicos que trabajaban y colaboraban con el CERN. Para eso inventó estas dos herramientas. HTML es el lenguaje, un código que permite estructurar la información según sus propias reglas, mientras que HTTP es un protocolo de transporte, un método para que las máquinas puedan enviarse paquetes de datos entre sí.
La ventaja del hipertexto con respecto al texto plano es la posibilidad de expandir el significado de un término, una frase, una imagen o cualquier elemento visible. Los enlaces están en el origen del término "Web", pues son los que relacionan las páginas y entrelazan la información.
El gran logro de la World Wide Web fue que se convirtió en un estándar global: todos los navegadores leen HTML y todos los servidores entienden HTTP, para lo que distintos fabricantes han tenido que implementar estos estándares.
Esto ha ocurrido así gracias a que el 30 de abril de 1993, el CERN liberó la tecnología que se había creado en su centro. A partir de ese momento, cualquiera podría utilizar HTTP y HTML de forma gratuita. Cailliau fue uno de los principales impulsores de este movimiento, que se llevó a cabo después de que la Universidad de Minnesota empezara a cobrar una licencia por el uso de Gopher, un protocolo de su propia creación basado en una interfaz de menús de texto con información altamente jerarquizada.
Al año siguiente, el CERN dejaría de encargarse del desarrollo de la World Wide Web, mientras que Berners-Lee fundó el W3C (World Wide Web Consortium) con vistas a crear estándares para la Web, así como publicar recomendaciones periódicamente. En 1999 publicó Weaving the Web, un libro donde explica cómo se gestó el proyecto.
Se puede decir que la Web pasó de la teoría a la práctica hace 25 años. De ahí que la página del CERN, en su breve historia de la World Wide Web, desde los años 60 a 1995, subtitule el año 1990 como "el nacimiento de la World Wide Web".