La siembra de nubes supone uno de los intentos del hombre por dominar el tiempo más científicos que existen. Se basa en intentar provocar precipitaciones mediante la dispersión de gases, hielo o sustancias como yoduro de plata o sal.
Ahora, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación del Desierto (DRI, por sus siglas en inglés) de Nevada (EEUU) ha trabajado codo con codo con ingenieros especializados en aeronaves no tripuladas de las compañías Drone America y AviSight para equipar una nave multirrotor DAx8 con el material necesario para invocar a la lluvia.
El DAx8 tiene una capacidad de carga de 1,5 kilos pero una autonomía de vuelo limitada a 39 minutos como máximo. El vuelo de prueba, todo un éxito según los miembros del equipo, tuvo lugar en Reno (Nevada) a principios del mes de febrero.
Adam Watts, el científico que lidera este proyecto, destaca que este experimento supone "un hito importante". "Que la Administración Federal de Aviación (FAA) dé permiso para hacer volar este avanzado dron en el norte de Nevada nos ha permitido verificar que los estos aparatos no tripulados son totalmente capaces de llevar cargas útiles para la siembra de nubes", añade.
Nevada es uno de los seis estados de EEUU en los que están permitidos los vuelos de prueba mientras se desarrolla una normativa federal.
En este caso, las pruebas realizadas con el DAx8, según los investigadores, validan el potencial de los drones para mejorar este tipo de operaciones, que hasta la fecha se han realizado mediante la dispersión de sustancias desde el suelo, o con el uso de aviones y cohetes.
La siguiente fase del proyecto será llevar a cabo una operación similar pero con un dron de ala fija, en este caso el modelo Savant de Drone America, que cuenta con una autonomía de hasta 2,5 horas y una capacidad de carga similar a la de DAx8.