Aunque probablemente a los habitantes de Suiza no les guste que su país sea percibido como un paraíso fiscal y a pesar de que no siempre aparece en la lista de territorios marcados con esta denominación, la realidad es que, debido a la peculiaridades y al hermetismo de su sistema financiero, el estado helvético es empleado para lavar y para ocultar dinero de origen ilícito.
Ahora, un periodista suizo ha creado un bot de Twitter que busca ponerles las cosas un poco más difíciles a los dictadores que visiten este país con el objetivo de esconder fondos sustraídos a sus ciudadanos. El programa, cuyo nombre es GVA Dictator Alert, monitoriza todos los vuelos de dictadores que aterrizan y despegan desde Ginebra y publica automáticamente los datos en la red social del pájaro azul. Con ello, pretende llamar la atención sobre posibles visitas injustificadas al territorio y arrojar un poco de luz sobre las transacciones sospechosas que se llevan a cabo en el país helvético.
GVA Dictator Alert monitoriza más de 80 aviones registrados como propiedad de 20 gobiernos autoritarios y represivos. Desde su lanzamiento en abril, ha publicado los datos de más de 60 aterrizajes y despegues en su página de Twitter. Azerbaiyán, Baréin, Catar, Rusia y Arabia Saudí son algunos de los territorios controlados, elegidos a través del índice de democracia elaborado por la Unidad de Inteligencia de The Economist, que monitoriza las libertades en 167 países.
En busca de patrones sospechosos
El proyecto emplea los datos recogidos por observadores aficionados en los alrededores de Ginebra. Para ello, la herramienta comprueba las señales captadas por sus antenas, que rastrean los vuelos que entran y salen del espacio aéreo de la ciudad, y publica los correspondientes a los aviones controlados.
Esta idea surgió cuando François Pilet, su creador, trabajaba en una investigación sobre Teodoro Obiang, el líder de Guinea Ecuatorial que lleva en el poder más de 30 años. En el artículo, publicado en L'Hebdo, describía meticulosamente los frecuentes viajes que Obiang hacía a Ginebra. Y pensó que, de la misma manera que le había rastreado a él, podían controlar a los demás.
Por supuesto, el periodista reconoce que algunos de los dictadores monitorizados pueden tener razones legítimas para ir a Ginebra. Al fin y al cabo, la ciudad suiza es la sede de las Naciones Unidas y de muchas otras organizaciones internacionales. Pero también puede suceder que su desplazamiento obedezca a otros motivos como la evasión de impuestos o el blanqueo de dinero, como ha ocurrido en varias ocasiones.
"Creo que cada vez que veamos un avión de, digamos, Guinea Ecuatorial, deberíamos pensarlo", explica Pilet. "¿Por qué viene? ¿Lo hace por razones diplomáticas, porque sus representantes están teniendo debates políticos, o vienen para esconder el dinero que le han robado a su gente?", se pregunta.
La herramienta, que aspira a ampliar su alcance y monitorizar los viajes de estos aviones a más ciudades e incorporar nuevos aeroplanos a la lista, busca ser el punto de partida que ayude a periodistas a encontrar patrones que les permitan tirar del hilo para investigar. Por el momento, gracias al bot, cada vez que un avión registrado a nombre de estos gobiernos entra en Ginebra, se publica un tuit que les recuerda que lo sabe todo el mundo.