No podemos conocer el impacto económico y social que la pandemia ha tenido en nuestras vidas, pero de lo que sí estamos seguros es de que ha generado una gran necesidad de innovación. En el mundo empresarial, las organizaciones que mejor han sobrevivido a esta situación de incertidumbre son aquellas que han sabido introducir la tecnología en su día a día. La digitalización se ha convertido en una parte fundamental para reducir el impacto de una crisis generalizada, incluso los más reacios a invertir en innovación se dieron cuenta de que era una cuestión de necesidad, incluso se podría decir que de supervivencia.
El mundo post-Covid parece dejar claro este nuevo paradigma, pero del mismo modo que la palabra tecnología está en el epicentro de nuestras vidas y de nuestro futuro, tampoco podemos olvidar otro concepto clave, la sostenibilidad. Ambos términos han ocupado un lugar importante entre los retos a los que se enfrentan las empresas y lo cierto es que son completamente compatibles. El objetivo es crear soluciones tecnológicas que tengan presente como eje vertebral la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente.
Vivimos bombardeados por noticias y sucesos impactantes sobre cómo nuestro comportamiento está destruyendo el planeta en el que vivimos. Esas noticias van acompañadas también por mensajes que demuestran que podemos actuar para cambiar y, aunque no exista un consenso general de la importancia de ser sostenibles, no podemos esperar a que lo haya.
Son múltiples los beneficios que genera la tecnología verde, entre los que podemos destacar el uso óptimo de los recursos, el impulso de la economía circular, la reducción de emisiones y la mejora la eficiencia energética. El último informe elaborado por The Boston Consulting Group (BCG) sobre las características de las empresas más innovadoras del mundo, corrobora todo lo que hemos mencionado anteriormente: los atributos que marcan la diferencia en las organizaciones son aquellos que tienen que ver con sostenibilidad.
No obstante, el concepto de sostenibilidad debe ir mucho más allá. No solo debemos abarcar cuestiones ambientales, también podemos ser sostenibles en el ámbito social. En este sentido, la digitalización será un factor clave para erradicar la pobreza, el hambre y las desigualdades. La transformación digital masiva que afrontamos ha supuesto muchos avances, pero también ha agravado la brecha digital. Los colectivos más vulnerables tienen más complicado el acceso a los beneficios de la digitalización y por ello es cada vez más necesario desarrollar iniciativas a escala global que fomenten que la tecnología y la sostenibilidad a nivel social vayan de la mano.
En línea con esto, en Huawei hemos desarrollado el programa TECH4ALL, con el que hemos puesto en marcha numerosas acciones y programas para ayudar a la inclusión digital en ámbitos como la educación, la salud, la biodiversidad y el desarrollo rural. También estamos desarrollando ecosistemas digitales dirigidos a diferentes comunidades e industrias, con el objetivo de que la tecnología sea universal y accesible para todos. En nuestro informe Mundo Inteligente 2030, hemos dado a conocer algunas tendencias que veremos los próximos años. Estos avances lograrán cambios en la sanidad, además de permitir hacer frente a retos relacionados con la alimentación o el transporte de la población mundial.
Por último y no menos importante es contribuir a cerrar la brecha de género. Demasiadas mujeres se quedan al margen de las oportunidades que trae consigo el sector tecnológico y, aunque el talento femenino supone un 50 % del talento total de nuestro país, la participación de las mujeres en este sector aún está lejos de acercarse a ese porcentaje. Tanto empresas como administraciones y gobiernos debemos unir esfuerzos para crear planes de acción que permitan que haya más mujeres en el mundo STEM. Hemos identificado y analizado el problema, ahora es momento de trabajar para cambiar el paradigma en todos los niveles y a diferentes edades.
Los datos nos indican que la mayoría de los trabajos del futuro serán digitales, por ello es necesario, ahora más que nunca, generar conciencia e incentivar desde todos los ámbitos a una mayor inserción de la mujer en el mundo tecnológico. En este contexto, una de las últimas iniciativas desarrollada por Huawei es la Academia de Mujeres para la Innovación Rural, una institución orientada a ofrecer a mujeres la oportunidad de adquirir habilidades digitales que contribuyan a la transformación de su entorno. El objetivo de este proyecto, como nos dice Berta Herrero, directora de la Academia, es cerrar la doble brecha que impide a las mujeres de las zonas rurales y despobladas convertirse en las líderes que nuestro mundo necesita.
El tiempo es oro, la indiferencia no es una opción y las prioridades están claras. La sociedad y las tecnologías nos están ofreciendo la oportunidad de convertirnos en motores de cambio y de actuar para conseguir la igualdad para crear un mundo mejor.