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Los que lo conocen bien saben que no es difícil encontrar a Eneko Atxa, chef vasco con cinco estrellas Michelin, comprando en un mercado, en una tienda tradicional o a las puertas de una panadería de esas en las que el olor a producto recién hecho te arrastra desde la calle.

A él le gusta lo bueno, lo natural, pero sobre todo, adaptar sus platos a lo que da la tierra en cada punto de España donde se mueve, que sus creaciones sepan al lugar donde se está.

Por eso, Cocinillas lo acompaña al Mercado de Triana, en pleno centro de este famoso barrio de Sevilla, donde el cocinero vasco lleva la propuesta gastronómica del hotel Radisson Collection Magdalena Plaza. Busca lo mejor para que sus platos sepan a Eneko Atxa y huelan a Andalucía y en la conversación con los pescaderos, polleros o verduleros se nota que se entienden. Parecen adivinar lo que quiere el chef estrellado en cada puesto.

Durante el camino, hace la lista de la compra casi de memoria, pero deja muchos huecos a la espera de ver qué tienen hoy los mostradores del mercado porque, como él mismo insiste, su "menú es el que es, pero la despensa es del lugar donde se encuentra".

Cabezas y dientes de ajos sobre la cocina. iStock

En el carrito empiezan a caer verduras, "tomates de varios tipos que están buenísimos", también algo de pescado, "lo que haya dado el mar ese día" y huevos ecológicos, "de los que saben a huevo".

Sin embargo, si le preguntamos qué es lo que nunca falta en su cesta de la compra habitual, Eneko Atxa tiene muy claro lo que le gusta: "Yo siempre compro unos buenos ajos. Es un producto por el que merece la pena pagar un poco más para que sean realmente buenos y den un sabor de base increíble y que al final tampoco es tanto dinero".

Y no es el único alimento por el que este cocinero, que cuenta en su chaquetilla con cinco estrellas Michelin en total, apuesta por que sea de primera: "Ocurre igual con las cebollas y las patatas, que no cuestan mucho dinero más que sean de buena calidad y la diferencia cuando las guisas se nota muchísimo", aclara el propio Eneko con la seguridad de saber cuál es el secreto para que los platos consigan tantos matices de sabores y olores.

Mar y montaña

Este chef que, desde su restaurante Azurmendi, abraza con una mano el mar y con la otra la tierra, es consciente de que a la hora de establecer un menú en casa tenemos que adaptarnos a un presupuesto que nada tiene que ver con un restaurante tres estrellas Michelin.

Por eso él tiene claro dónde pondría el empeño: "A lo mejor en un pescado podemos optar por alguno más barato, de los de temporada, y seguro que están igual de ricos. Lo mismo pasa con la carne, podemos ir a opciones más económicas. Pero con la base del guiso, mejor que los ingredientes sean buenos. No cuesta tanto".