Imagen del nuevo espectáculo de Disneyland París que ocupa incluso Main Street.
El plato preferido de Walt y la conquista de la calle: los secretos del nuevo espectáculo nocturno de Disneyland París
El parque estrena su apuesta nocturna con un elemento muy sorprendente y la combinación de música y las últimas tecnologías.
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El espectáculo musical que cierra todas las noches cada uno de los parques de Disney en el mundo responde a la idea de Walt de convertirse en un increíble beso de buenas noches para quienes han tenido la suerte de viajar, aunque sólo sea por un día, al mundo de la magia y la diversión.
Con esta sutil metáfora, los distintos parques Disney han ido creando broches de oro cada vez más sofisticados y llenos de sorpresas. Que si con drones, luces led, fuentes de agua, fuegos artificiales, obviamente con música... Todos quería el beso perfecto de buenas noches de Walt Disney.
Y ahora el parque de París ha conseguido dar un paso más en la renovación de su apuesta nocturna, con el recién estrenado Tales of Magic, y ha logrado que el visitante ya no sea un espectador para ser parte mismo del espectáculo agrandando todavía más su magia y conquistando la calle principal de todos los Disney, Main Street.
Todo Main Street iluminada en un momento de Tales of Magic.
De esta forma, las paredes de los edificios mágicos de esta calle por la que los visitantes llevan todo el día paseando para arriba y para abajo se convierten de repente en extensiones vivas del Castillo de la Bella Durmiente, donde se van proyectando partes del espectáculo para que nadie, por muy lejos que se coloque, pueda escapar a la música, a las luces, al color.
El responsable de esta nueva maravilla parisina es Tim Lutkin, el director creativo del espectáculo, con una gran experiencia en el mundo del teatro. Por eso, como él mismo explica, en Tales of Magic hay mucha tecnología de última generación pero sobre todo hay miles de historias entrelazadas entre sí y entre las fachadas de esta famosa calle para ensalzar valores como la amistad, el amor, la alegría y la magia Disney.
En los 20 minutos que dura la magia podemos disfrutar de fuentes de agua que salen disparadas, luces estroboscópicas, efectos pirotécnicos, 15 láseres ultrabrillantes y una tecnología innovadora que incorpora 60 luminarias de alta potencia, más de 200 dispositivos LED arquitectónicos y un sistema de sonido inmersivo.
Además, no se han olvidado de los drones que se integran en el desarrollo de la historia creando figuras en 3D en el cielo, perfectamente colocadas y que animan desde el cielo a personajes como Coco, con un papel muy especial.
El restaurante Walt de Disneyland París.
Pero entonces, ¿cuál es el mejor lugar para ver el nuevo espectáculo de la noche de Disneyland París? "Pues si queremos ser partícipes de todo lo que ocurre, frente al restaurante Walt y si queremos formar parte de la explosión de láser y color, cerca del Castillo", asegura Lutkin en una respuesta para todos los públicos.
Y es que en este nuevo espectáculo no sólo el Castillo de la Bella Durmiente es el epicentro de la historia sino que otro de los puntos homenajes directos a Walt Disney, el restaurante con su nombre, Walts que se ha convertido en un balcón perfecto para recibir el gran beso de buenas noches mágico del día.
Por eso, el plan para exprimir Tales of Magic hasta la última gota de luz puede arrancar en Walts donde tomarse el plato preferido de Disney en un menú bistronómico de refinados platos de autor americanos con un toque francés, inspirados en las ciudades de Chicago, Illinois y Marceline, Misuri, donde el creador de Mickey nació y vivió de niño.
De hecho, el mismo hall del restaurante está lleno de fotografías que celebran la vida de Walt y sus logros, junto con imágenes de su hermano Roy y de su familia. Da igual si eliges sentarte en la sala de Fantasyland o de Adventureland, de Discoveryland, de Frontierland o del Grand Canyon, en todas puedes comer el plato preferido de Walt, que sólo se sirve aquí, con una salsa bautizada como Isigny, en homenaje a los antepasados 'D'Isigny' de Walt en Normandía.
Se trata de chili con carne, con tortilla, queso chédar, arroz blanco, judías rojas y lonchas de ternera.
Chili con carne de Walts.
Y no es el único secreto personal de Walt que conserva el restaurante: las letras entrelazadas grabadas en las ventanas se crearon para el balcón de hierro forjado del apartamento del mismísimo Disney en Nueva Orleans Square en el Disneyland original aunque nunca llegaron a colocarse y acabaron en París.
Una conexión multisensorial
El nuevo espectáculo, Tales of Magic es el último estreno desde 2017, cuando ya ese beso de buenas noches optaba por lo último en tecnología, música y pirotécnica para despedir el día. Lo bueno de esta nueva iniciativa es que todo está conectado en lo que llaman una "experiencia multisensorial", incluido el espacio.
Desde que arrancan las primeras notas y las luces se van moviendo, Main Street es capaz de transformarse en un salón de baile del siglo XVIII para recibir a Cenicienta, o una calle londinense con faroles y tejados que recuerdan a Mary Poppins, o se llena de esferas de recuerdos y emociones en la mente de Riley de In&Out y hasta forma parte de la batalla entre Buzz Lightyear y el Emperador Zurg.
En cada escena la música acompaña para crear un espacio total y se oye el piano cerca del famoso salón de Main Street o los efectos de la batalla con impactos diferentes. Todo para que la sensación sea que has dejado de pisar la tierra y vuelvas alrededor de la calle principal y el Castillo en función de las ráfagas artísticas del espectáculo.
Una de las imágenes más apoteósicas de Tales of Magic.
Más de 2.000 personas han trabajado hasta 17.500 horas para lograr avanzados procesos de 3D y con un resultado único. La experiencia se complementa con una banda sonora exclusiva que cuenta con más de 20 temas icónicos de películas de Disney y Pixar, capturando la esencia de la magia Disney.
Eso sí, se ha buscado que todo te suene pero sea original al mismo tiempo con Live in Magic, una canción hecha para el espectáculo e interpretada en francés e inglés por la Noémie Legrand, acompañada de una orquesta de 100 músicos y grabada en los legendarios Air Studios de Londres.
Con tanto mimo y amor sólo queda abrir los ojos, los oídos y el corazón (la boca no vas a poder cerrarla), para que el beso de buenas noches sea el mejor del mundo. Al menos, eso quiere Walt Disney.
