Ver comida, al igual que comerla es un placer para los sentidos y es que muchas veces comemos “por los ojos” y eso a veces nos juega malas pasadas, pero normalmente la vista juega un papel fundamental en nuestro gusto por la comida, y por supuesto el olfato, pero, ¿que pasaría si la comida fuese apetecible pero no oliese?
Pues pasa que nos encontramos con cosas tan curiosas e increíbles como estos postres y comidas hechas a base de técnicas de costura como el crochet o el tricotado, haciendo un ejercicio de detallismo y habilidad encomiable, y que sobre todo consigue su objetivo, despertar nuestro apetito sin ni siquiera oler, y sin ni siquiera ser reales.
Os dejo con estas maravillas, esperando que alguno de nuestros lectores, se atreva y nos haga una para poder compartirla.
Fuente: Gran angular