El directorio Franchise Direct acaba de publicar el ranking de las 100 mejores franquicias del mundo, una lista que elabora cada año desde el 2009 y en la que selecciona y valora, de entre los cientos de franquicias que existen en el mundo, aquellas que obtienen unos mejores resultados financieros, desarrollan programas sociales y actúan de forma sostenible entre otros factores.
No sorprende demasiado que marcas mundialmente conocidas encabecen este listado, aunque sí lo hace el hecho de que cinco de los seis primeros puestos estén ocupados por franquicias del ámbito de la alimentación, más concretamente por establecimientos de comida rápida.
Este año 2013, el oro se lo ha llevado Subway, con una amplia penetración en los países anglosajones y cada vez más presencia en Europa. En segundo lugar se encuentra la cadena de supermercados 24 horas 7 Eleven, y les siguen McDonald’s (con más de 33.500 restaurantes en todo el mundo), KFC (con 17.000 restaurantes y alguna que otra crisis de reputación reciente a sus espaldas), Burger King con 12.300 y Pizza Hut, la única pizzería en el top10 con 13.000 establecimientos. En las anteriores ediciones, estas mismas marcas ocupaban también los primeros puestos.
Ya sabemos que el fast food es como la telebasura, nadie la ve pero todo el mundo sabe de qué hablas, vamos, que venden porquería comestible a tutiplén. Ahora bien, en este caso, Franchise Direct no solo ha valorado las ventas sino que también ha tenido en cuenta otros aspectos de responsabilidad social corporativa, como la utilización de procesos sostenibles o las acciones de ayuda al entorno.
Pues menos mal, porque estaba preocupándome muy mucho que la lista la encabecen este tipo de restaurantes (ya no sé si llamarlos así) que preparan sus productos con procedimientos industriales usando materias primas de dudosa calidad y que poco aportan a la gastronomía del lugar. Por lo visto, aparte de contribuir a la obesidad infantil (y no tan infantil), también dedican grandes esfuerzos a realizar buenas acciones que aportan beneficios a su entorno y ejercen su actividad de forma respetuosa con el medioambiente.
Sin duda, los constantes ataques a este tipo de marcas afectan directamente al modo en que éstas enfocan su estrategia de comunicación. Por un lado, existe una tendencia generalizada a posicionar sus productos como alimentos saludables, como por ejemplo en el caso de McDonald’s y la reestructuración de sus HappyMeals, la incorporación de la información nutricional en los envases, o el uso de deportistas famosos como prescriptores como en el caso de Subway .
Pero más allá de los valores que afectan directamente al producto en sí, existe también un esfuerzo por hacer las cosas bien durante todo el proceso y, obviamente, en comunicarlo para diferenciarse de la competencia tocando el corazón de los consumidores. De este modo por ejemplo, Burger King y McDonald’s incorporan un elevado porcentaje de materiales reciclados en la fabricación de sus envases, servilletas, bolsas, etc; Pizza Hut y KFC luchan contra el hambre en Laos, o, por poner un ejemplo más local, Subway dona la recaudación íntegra de un día en uno de sus locales de Tenerife a la Asociación Down Tenerife Trisómicos 21.
Sea por el motivo que sea, haya detrás razones éticas o no (y es mejor no entrar en este punto porque ya me estoy alargando demasiado…), es un alivio saber que las mejores franquicias del mundo no lo son solo por lo que le gusta a la especie humana comer a lo guarro, sino que, en parte, lo son también debido a acciones que acaban beneficiando a la sociedad de un modo mucho más saludable.