En los últimos años la demanda de carne en el mundo ha aumentado de forma considerable. Paralelamente y para poder satisfacer esa demanda creciente, se ha disparado el uso de antibióticos en animales criados para el consumo de carne y casi al mismo nivel en las carnes de cerdo, vacuno y aves.
El ejemplo más notable es el de la carne de cerdo en China, donde el aumento del poder adquisitivo ha hecho que se incremente enormemente el consumo de carne de cerdo, en la actualidad su preferida, y como consecuencia de este aumento en la demanda, ganaderos de todo el mundo utilizan a día de hoy casi 4 veces más cantidad de antibióticos por kg de carne para poder suministrar la cantidad de carne demandada por el país asiático. En segundo lugar, en lo que se refiere a carnes tratadas con antibióticos, estarían las carnes de aves de corral.
¿Por qué se utilizan antibióticos en animales para consumo de carne?
El uso de antibióticos en animales tiene dos finalidades muy concretas:
- engordar al ganado con mayor rapidez
- mantener el buen estado de salud de los animales a pesar de que estos se críen en condiciones de hacinamiento y suciedad en las que las enfermedades se pueden transmitir fácilmente de unos animales a otros.
En 2010 se utilizaron 63.000 toneladas de antibióticos para la cría de ganado a nivel mundial, pero según un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, en el año 2030 esta cifra ascenderá hasta alcanzar las 105.000 toneladas. Con estos antibióticos, según los autores del estudio, se consigue proporcionar una gran cantidad de carne para todas aquellas personas que se la pueden permitir.
¿Hay riesgo para el consumidor final?
El uso de antibióticos en animales plantea un problema que podría llegar a ser una amenaza realmente seria para la salud de las personas que consuman carne de animales que hayan sido tratados con antibióticos humanos, pues la exposición continuada a estos a través de la carne puede dar lugar a la aparición de superbacterias resistentes a estos antibióticos y, si no se controlan, podrían llegar a causar enfermedades muy graves.
¿Qué se puede hacer al respecto?
A día de hoy algunas empresas han empezado a mover ficha a propósito de este tema y, por poner un ejemplo, a principios de este mes McDonald’s se comprometió a eliminar los antibióticos humanos de sus suministros de pollo, aunque seguirá utilizando antibióticos veterinarios en el pollo y humanos en las carnes de vacuno y cerdo.
Según es estudio que mencionábamos más arriba, parece poco probable que la situación vaya a cambiar demasiado, pues las legislaciones siguen siendo bastante permisivas y, quizá, la única manera de hacer que esto cambie sería que los consumidores demandásemos productos de mayor calidad pero, por desgracia, sería muchísima la gente que no podría permitírselos.
Fuente | The Huffington Post