Está claro que si aquí en España ahora es habitual regalar golosinas en Halloween a todos los críos que se acercan a nuestras casas a pedirlas, no es más que porque se nos ha pegado la costumbre de verlo en películas americanas.
Y ya puestos os diré que personalmente me da un poco de pena que estemos dejando escapar nuestra propia tradición para abrazar las costumbres de el otro lado del charco. Pero como la evidencia es esa y allá por las Américas es algo que está arraigado hasta el punto de que los americanos compran cada año por estas fechas unos 300 millones de kilos de chuches, vamos a ver cómo empezó todo esto. Y os aviso que hay más de una teoría.
Un “Día de los Caramelos” para regalar golosinas
Como seguramente habréis pensado más de uno, la principal teoría es que todo esto tiene un origen bastante comercial impulsado por las fábricas de golosinas.
Hace 100 años, las épocas en las que la gente se permitía comer unos dulces eran solo Navidad y Semana Santa, pero los fabricantes de chuches buscaban la forma de impulsar sus ventas fuera de esas fechas. Así fue como se sacaron de la manga el “Día de los Caramelos” -como veis, eso de tener “días de…” no es una cosa moderna para ser trending topic en Twitter, sino que viene ya desde muy atrás-. En un principio, se celebraba el segundo sábado de octubre y se vendía como un día de exaltación de la amistad y la buena voluntad de las personas, pero en realidad el objetivo estaba claro que era hacer una buena caja.
Posteriormente el Candy Day o “Día de los Caramelos”, pasó a llamarse el Sweetest Day o “Día más dulce” y siguió llamándose así hasta los años 50.
¿De dónde viene lo de Truco o trato?
Mientras que los fabricantes de golosinas seguían en su lucha particular por aumentar sus ventas en otoño, a los padres les preocupaba que los más pequeños no se metiesen en problemas con los típicos sustos de Halloween -trucos- y buscaban organizar alguna actividad pacífica que entretuviese a los jóvenes. Y a partir de los años 40 empezó a hacerse popular el hacer un trato consistente en regalar algo para evitar el truco.
Inicialmente lo que se regalaban eran algunos frutos secos, alguna propina o incluso juguetes y dulces caseros, pero viendo que lo del truco o trato había llegado para quedarse los fabricantes de caramelos aprovecharon para sacar partido del asunto retrasando su “Día más dulce” hacia Halloween.
Y así, las familias que no tenían tiempo para preparar dulces caseros, encontraban que comprando unas golosinas ya preparadas, que incluso podían comprarse a granel, empezaron a regalarlas en los tratos de Halloween y, llegando la década de los 70, era prácticamente lo único que se regalaba.
La teoría menos comercial
Otra teoría es la que propone el historiador Bet Kimmerle que sostiene que la costumbre de regalar y consumir golosinas en otoño puede tener un origen antropológico ligado a la necesidad de consumir azúcar en otoño como algo instintivo. No en vano, las comunidades ancestrales utilizaban azúcar y miel para conservar alimentos para el invierno, por lo que el dulce era una parte importante de la dieta a partir del otoño. De esta manera, se preparaban para la escasez de comida fresca durante el invierno.
¿Y tú qué piensas? ¿Cuál de las dos teorías te parece más acertada?
Fuente | The Kitchn