Hoy por fin es la noche de Halloween. Muchos niños de todo el mundo están ansiosos por salir a la calle a comer chucherías, vestirse con disfraces monstruosos y pasárselo en grande.
Esta tradición tan popular en Estados Unidos y que cada vez se está arraigando más en Europa, España incluida, es un nuevo dolor de cabeza para todos los padres que se preocupan por la salud de sus hijos. Sin embargo, según explica la dietista norteamericana Emily Fonnesbeck, esto no debería ser ningún problema. Ella, de hecho, recomienda que los más pequeños disfruten de los caramelos en Halloween tanto como quieran y, aunque puede parecer una locura, sus argumentos son muy acertados.
¿Truco o trato?
Pues no es ningún truco. Emily Fonnesbeck tiene una teoría y es la de fomentar que nuestros hijos aprendan a escuchar a su estómago. Ella sostiene que si se acostumbran a que los padres dictaminen qué comer y cuándo hacerlo, nunca aprenderán por ellos solos. Todo lo contrario, con su fórmula aprenderán por ellos mismos.
Esta teoría que puede parecer una temeridad de padres irresponsables tiene cada vez más adeptos entre sus filas. La fórmula de “microgestión” –que defiende Fonnesbeck– asegura ser más eficiente a la larga que la tradicional forma de control que acostumbramos. Que los niños maduren, a fin de cuentas.
Pero no hay que cruzarse de brazos
Esto no significa que los padres deban dar la espalda a sus hijos y dejar que enfermen. Lo que la dietista propone a los padres es que les estimulen a conocer su cuerpo y lo que ocurre en él mediante preguntas. Por ejemplo, preguntarle: “¿Cómo te has sentido después de tomar ese caramelo?” o “¿Crees que sentirás algo diferente la próxima vez?”. Esto puede ayudar a que los niños aprendan a diferenciar lo que sus pequeños cuerpos disfrazados de monstruos tratan de decirle.
Este sistema es, según Fonnesbeck en su entrevista para Bon Appétit, mucho mejor que otros donde los padres obligan a sus hijos a racionar los caramelos hasta las navidades. La dietista afirma que ella deja que sean sus propios hijos los que determinen cuando quieren comer caramelos. Y no solo el día de Halloween, sino el resto del año.
Un día de muchos caramelos en Halloween
Además, una noche de excesos de azúcar y chocolatinas no es algo malo. Una dieta equilibrada y sana permite ciertos días de excesos. Esto debe ser algo puntual y debemos cuidar cuando haya muchos “días especiales” como ocurre en Navidad. Pero un día como hoy nos da la oportunidad de aprender y enseñar una lección a nuestros hijos muy valiosa con respecto a la alimentación. No todo iba a ser fiesta.
Independientemente de qué hagamos con los caramelos en Halloween, la educación alimentaria de los más pequeños debe ser una cuestión diaria. Lo importante es hablar las cosas con tiempo. Así evitaremos los llantos y los enfados. Y es que si esperamos a que los caramelos estén delante de sus narices no nos van a escuchar con facilidad. Sin embargo, si vamos experimentando poco a poco estas nuevas formas de educación conseguiremos buenos resultados.
Aún así, ¡cuidado! No vaya a ser que tu hijo no oiga bien a su estómago y se pase de demasiado con los caramelos en Halloween. No queremos que el día de los difuntos lo pases en urgencias. Esperamos que disfrutéis de la fiesta. Y, por supuesto, no olvidéis mañana de contarnos vuestra experiencia. Disfrutad esta noche de divertido terror.
Fuente: “Why you should let your kids eat all the Halloween candy they want” en Bon Appétit.